Toreros Gaditanos en la Génesis del Fl.


Discos Flamencos
Carmen de la Jara
Fonoruz. 2019
Antonio Nieto Viso


Toreros Gaditanos en la Génesis del Flamenco


Canta. Carmen de la Jara
Guitarra. Juan José Alba


Compás. Diego Montoya
Fonoruz. 2019
Autor. Antonio Nieto del Viso


El 16 de marzo de 2019, en la tertulia Flamenca Tomás el Nitri del Puerto de Santa María, el doctor don Guillermo Boto Arnau pronunció la conferencia titulada “Toreros Gaditanos en la Génesis del Flamenco” para exponer que el Flamenco se creó entre los toreros y sus familiares en Cádiz a finales del siglo XVIII.

Para ilustrar esta lección flamenca, el doctor Boto contó con la colaboración especial de la cantaora Carmen de la Jara, que acompañada por el guitarrista Juan José Alba, y el compás de Diego Montoya, hicieron disfrutar a los privilegiados asistentes con doce cantes tan perfectos, tan perfectos, que decidieron llevar al estudio de grabación tan memorable recital bajo la más absoluta ortodoxia histórica, pero no solo eso, sino que la artista con su voz flamenca endulzada con las mejores esencias de su tierra, y dominado el arte introduciéndole con su personalidad un enriquecimiento digno de todos los elogios.

Carmen, muy gaditana en todo momento del recorrido estilístico, abrió con caracoles, según nos los lo dejó don Antonio Chacón, con la clara y noble intención de ir creando el ambiente para ir empatizando con el público.

Con letras tradicionales, dio toda una lección por derecho con la liviana como introducción. Controlando en todo momento la armonía, desarrolló la serrana como eje central, que podemos catalogar como antológica, que completó sabiamente con una rondeña.

Como gran conocedora de los estilos por seguiriyas, se pellizcó en su interior para exponer el estilo de Jerez de Manuel Molina. Más adelante, volveremos a valorar otras variantes seguiriyeras de alta calidad interpretativa.

¡¡¡Ole, ole, ole ¡!!. Vayan nuestros aplausos escritos ante tanta naturalidad cantaora. Cante mecido con sus curvas melódicas basándose en escuelas clásicas muy sabiamente acometió la ejecución del polo que nos sobrecoge por su alto conocimiento y calidad interpretativa.

Con su fino oído atesora en su memoria la tradición y lo aprendido escuchando a grandes maestros., Magnificó unos esplendorosos tientos rematados con el perfil de unos tangos del terruño.

En el ecuador de la obra, nos llevamos la grata sorpresa de escuchar la cabal del Planeta en una versión actual añadiéndole añejos matices que nos traen a la memoria aquellos legendarios tiempo. A mi juicio, esta cabal es de lo mejor que hemos escuchado hace bastantes años. Inmejorable, lo tenemos muy en cuenta.

La guitarra, el compás, y el cante de Carmen suenan a gloria en el mirabrás dentro de los cánones y de la fidelidad, a la que le añade la contrabandista como juguetillo de cierre y el sabor a sal marina de la bahía.

Muy conocedora de su oficio, y acostumbrada a bregar con los estilos, es maestra en esto de interpretar con mucho conocimiento el prefacio de la malagueña de Enrique el Mellizo, para acto seguido sobrecogernos en los melismas de la malagueña doble de este genial malagueñero que dejó una escuela para para las grandes voces de la historia del Cante a lo largo de las generaciones, y así será por los siglos de los siglos.

En cierta ocasión, Fernando Quiñones dijo algo así como que: “Cádiz y La Habana son dos ciudades muy parecidas”: Tenemos que decir que tenía razón. Como buena viñera que es Carmen, ha sabido dibujar con su voz una nostálgica milonga recreándose en su tercio inicial y pasarse a la vidalita que gaditanizó (si se me permite la expresión) con la rumba que nos dejó el Cojo Pavón.

Vuelve por los caminos del sentimiento con la seguiriya de Los Puertos de Curro Dulce, demostrando una vez más, que no se le resiste ningún palo del Cante. Es digna de admiración en la petenera de la Rubia con retazos de un romance. Una fusión que de forma diacrónica en su trayectoria puede haber creado otros estilos, al que bautizaríamos como romance por peteneras.

Cierra con un fin de fiesta programado por bulerías con letras alusiva a grandes figuras del toreo como fue como Juan Belmonte.

Enhorabuena Carmen de la Jara, y muchas gracias por haber puesto tu alma y tu corazón al servicio del Cante grande con este extraordinario manojo de cantes.