Álvaro de la Fuente Espejo, Flamencum Revolutum, Ediciones Saludos Flamencos, Córdoba, 2ª ed., 2020
UNA MISCELÁNEA VALIENTE DE LO JONDO
José Cenizo Jiménez
Es una miscelánea de temas y enfoques, una recogida de trabajos dispersos entre los que encontramos apartados dedicados a reflexiones, críticas o reseñas (de libros, de discos, de espectáculos), semblanzas u opiniones sobre diversos artistas (especialmente relacionados con Puente Genil -Córdoba- o con estilos como el zángano citado), unos jugosos diálogos entre un ficticio Agorero de lo jondo y el autor, artículos sobre didáctica del flamenco entre otros temas, etc.
Nuestro investigador, adicto al flamenco y a sus variopintas polémicas, empezó, según dice, entusiasmado con Mundo y formas del cante flamenco, como tantos, para luego volver a entusiasmarse con investigadores posteriores como Manolo Bohórquez, Andrés Raya, Gregorio Valderrama o, sobre todo, el alabado músico y musicólogo Faustino Núñez, al que califica como “el gran revolucionario de la Nueva Flamencología”, más científica basada en datos y comprobaciones.
Se muestra, pues, harto de los aficionados y escritores de lo jondo digamos ortodoxos, acomplejados, “que sólo ven un camino”. Para de la Fuente el flamenco es un género culto desde todas las perspectivas y, así, encuentra absurda la distinción flamenco / música y por ejemplo Fosforito sería, sin más, un genio del cante y, por ende, de la música, con lo que estamos totalmente de acuerdo desde luego pues el flamenco es música, música y poesía, danza… Muchas parcelas, como dice, que cabe estudiar entrando de lleno en las polémicas que se tercien y a las que no renuncia nuestro autor.
Creemos que la parte más sustanciosa y sustanciada, por su calado de investigación, es la dedicada a la exposición sobre el zángano de Puente Genil. Distingue entre el folclórico y el flamenco y nos acerca a las versiones de Dolores de la Huerta, Fosforito, Perico Lavado, etc.
Otro valor del libro es la aportación de partituras, fotografías o resúmenes y conclusiones muy útiles. También nos ha llegado, por cuestiones de afinidad profesional, el discurso sobre la necesidad de llevar el flamenco a las aulas no sólo los “días de…”, sino durante todo el curso. En definitiva, el aficionado tiene en sus manos una lectura variada, amena, con humor si se tercia y con profundidad científica si es necesario.