Les voy a comentar un interesante libro, que aunque se publicó el año 1986 no por ello ha perdido interés, todo lo contrario, sigue siendo una referencia muy importante para comprender la vida de uno de los más grandes cantaores de todos los tiempos, don Antonio Chacón.
Este fundamental texto fue escrito por el insigne flamencólogo y querido amigo José Blas Vega, que lamentablemente nos dejó el pasado 24 de Octubre. Su inmenso legado será referencia obligada para tratar el flamenco en la época que le tocó vivir. No le fue fácil escribir sobre este arte, puesto que la leyenda y la deformación en parte de la tradición oral alterada por el tiempo dificulta la comprensión.
En una de las últimas veces que hablé con Pepe Blas Vega, le pregunté si había mas cosas que agregar a esta biografía, me dijo que sí; pero que era bastante difícil una nueva edición. Desgraciadamente con su marcha definitiva hemos perdido esta información inédita; de todas formas la obra en cuestión lo aclara todo sobre el biografiado, a lo que si le añadimos una lectura pausada, unido a la excelente calidad del papel que está compuesto lo encontraremos como el primer día de su puesta a la venta en 1986, y leerlo varias veces.
Con el prólogo de otro eminente flamencólogo, nuestro también viejo amigo Agustín Gómez, nos va dando paso a una lectura informativa hasta alcanzar su final en la página 273, que dividido en 12 capítulos expone la vida del personaje y todo lo concerniente al análisis de su obra discográfica y la documentación gráfica que pudo reunirse del gran cantaor que todavía está en la mente de los buenos aficionados.
Lo más curioso está al principio, verán ustedes porqué, hasta la fecha de esta edición todos creíamos que Chacón había nacido en Jerez de la Frontera en 1865 y que murió en Madrid en 1929, y poco más. Pues no, señoras y señores, Blas Vega nos lo ha dejado todo muy clarito, efectivamente, Antonio Chacón García nació en la capital del vino, el miércoles 26 de Mayo de 1869, siendo bautizado en la iglesia de San Miguel, y que acto seguido fue entregado al matrimonio formado por Antonio Chacón Rodríguez y María García Sánchez, que criaron al niño como hijo propio, puesto que sus padres biológicos son desconocidos.
Quedamos perfectamente informados de su infancia y juventud. A los doce años y con pantalón corto, ganó su primer sueldo de seis reales como artista en un bautizo. El año 1886 fue decisivo para la carrera del cantaor, ya que conoció y escuchó a Enrique el Mellizo, figura que tanto influyó en su manera de expresar el cante. Otro gran maestro clave para su formación fue Silverio Franconetti y Aguilar al que respetó incluso después de muerto, poniéndose de pie y quitándose el sombrero cuando hablaba de él.
El biógrafo nos dice en otro apartado, que Chacón llegó a Sevilla por primera vez contratado por Silverio ganando la fabulosa cifra de 16´25 pesetas diarias, cantidad muy alta para aquel tiempo; fue cuando Fernando el de Triana decía que, Antonio Chacón fue el primer revolucionario del cante andaluz. Triunfar como artista en el Café de Silverio fue para don Antonio como entrar por la puerta grande del cante y de paso poder actuar en los más importantes establecimientos.
Una amena lectura creada por la pluma de Blas Vega, nos da otras claves para conocerlo mejor. En 1889 coincidieron tres importantes fechas para Chacón, consiguió librarse del servicio militar, la muerte de Silverio, y la gira triunfal por toda España para consagrarse como la máxima figura del flamenco. Y por fin Madrid, cumpliéndose su sueño de cantar en la capital de España, donde se quedó para siempre, y donde murió en su domicilio de la calle Toledo el 21 de Enero de 1929, descansando sus restos en el cementerio de la Almudena.
Mas cosas que nos cuenta el autor es que, en el terreno privado y sentimental Chacón compartió su vida con Ana Ariza Urbano primero en Sevilla hasta su último domicilio al lado de la castiza Plaza Mayor.
Perfectamente explicado quedan los movimientos de don Antonio por los madriles en donde impartió su magisterio, primero en Los Gabrieles, que todavía está en pie desafiando al tiempo en el número 17 de la calle Echegaray, que para los que no conozcan la villa y corte, está muy cerca del Congreso de los Diputados. El otro local, Villa Rosa, está en la Plaza de Santa Ana, al lado de la puerta del Sol. En Villa Rosa, salvo esporádicas salidas a provincias fue donde terminó su vida, ya que de aquí se metió en la cama para no levantarse más.
Blas Vega, defensor a ultranza del maestro jerezano utiliza aquí los alegatos en su defensa para responder a los que acusaron a Chacón de ser el culpable de traer la Opera Flamenca y las posteriores consecuencias negativas. La biografía Chaconiana contó con el mejor abogado defensor contra los dedos acusatorios que le declararon culpable de la decadencia del cante hasta el año 1956, en que comenzó la recuperación con la celebración del primer Concurso de cante Flamenco de Córdoba.
Como cantaor siempre quiso estar acompañado por los mejores guitarristas, como por ejemplo Ramón Montoya y su paisano Perico el del Lunar, padre. Aparte claro está de otros maestros de la sonanta.
Termina la biografía en la página 137. A partir de aquí, y hasta el final, se ocupa de la discografía grabada en cilindros de cera y en discos de pizarra, aportando incluso los números de la catalogación de las matrices.
Trascendental es el capitulo en el que se ocupa de los cantes que utilizó, comenzando por los cantes sin guitarra, la seguiriya, la serrana, las soleares, el polo, la caña, la petenera, los tientos. Es preciso detenerse e interesarnos por los distintos estilos de malagueñas que creó, en el que por cierto lo fue todo, lo mismo que en la granaína y la media granaína. Muy importante fue su labor en los cantes de Levante, que en su prodigiosa garganta alcanzaron todo su esplendor. Destacó al mismo tiempo embelleciendo el mirabrás y los caracoles, lo mismo que el fandango, la saeta, o las bulerías, y la milonga.
El final del querido libro está reservado para exponer los elogios de escritores, poetas, artistas y personas importantes del flamenco, concluyendo con fotos del genio del cante en distintas etapas de su carrera.