Verdades ocultas y medias mentiras


Discos Flamencos
Pedro Javier González
El Pescador de Estrellas, 2007
Pablo San Nicasio Ramos


Este es un músico de los que se han pateado medio Mundo, quizá todo, con muchísimos de los artistas que más masas mueven en el panorama sonoro español. Manolo García, Alejandro Sanz, etc. Colaborador en los proyectos de jazzeros, poperos y clásicos (ahí estuvo con la gran Victoria de los Ángeles) Pedro Javier González no debería, sin embargo, pasar a la historia sólo como un buen guitarrista que hizo de banderillero. Y, tristemente, puede que así sea.

Porque sabe bregar con la guitarra, y para muestra sus anteriores trabajos discográficos, que los hay, donde dejó claro lo versátil de su concepto musical y la más que notable riqueza de sus manos.

Ahora, con “Verdades Ocultas y Medias Mentiras”, nos lanza su mayor apuesta flamenca. Aunque sin serlo del todo.

Porque estamos más bien ante un disco instrumental. Protagonismo absoluto para la sonanta, eso sí, pero entendiéndola como una generadora de melodías, no tanto de falsetas y timbres flamencos de corte más polifónico. Melodías apoyadas por la flauta, violín, bajo, chelo…lo que toque en cada momento.

La guitarra de Pedro Javier González no es de las que se lleve la palma en lo que a alzapúas, rasgueos, uña de “superglue” y golpeos en la tapa se refiere. Su estética es la que sigue la línea (más bien la lleva a la par) de músicos como José Luis Encinas, y esto, quede claro, con muchos matices. Aquí hay más tela que cortar.

Diez cortes en los que adivinamos sus pasados y presentes jazzeros, rockeros, poperos y sobre todo flamencos. Que también los tuvo, y bastante premiados, por cierto.

Abre este trabajo la rumba “Anda ya”. Toda una muestra de conocimiento comercial, de buena técnica y recursos al servicio de una música que, por fuerza, debería ser más conocida y pinchada de lo que ha sido. Con una tímbrica acústica muy paralela a la que han venido realizando algunos de sus “jefes”. Esta rumba la firmaba cualquiera. Es “pata negra”.

Y en la misma onda se sitúa “Camino del Mar”, tanguillos melódicos, de una belleza tremenda, popera sí, pero un verdadero filón hecho con una guitarra flamenca, que es mucho. En este, como en otros temas, vemos que la estructura se basa en solos improvisatorios, más que en falsetas establecidas, de ahí que haya mucho hueco a los instrumentos que lleva con él, sin tener que responder a clichés de compás herméticos.

La fórmula rumba-pop con guitarra se repite en las pistas “Medias Mentiras”, “Tabú”, “Alegrías” y la final, “Xarnego”. Es decir, hibridismo flamenco como mucho pero, repetimos, buena guitarra.

Una pista de swing total: “El Charlatán a la perdiz”, no estamos tampoco ante flamenco pero qué bonita suena la guitarra en el Bronx.

El flamenco más centrado llega en la bulería “Dime que sí” y sobre todo en el tema con aires de rondeña “Verdades Ocultas”.

Para el comentario final me dejo una joya. La apuesta de un músico por la música en sí misma. Su versión de “La leyenda del tiempo” supone un curioso y a la vez muy valioso arreglo de un tema mítico que, por cierto, no estaría de más presentar a todos los aprendices de guitarristas (clásicos, flamencos o lo que sea) en la forma que aquí firma Pedro Javier. Ahí le has dao. Me recuerda a las sugerentes versiones que el gran guitarrista clásico Carles Trepat hizo no hace mucho de los temas de Quintero, León y Quiroga.

Disco en el que intervienen al violín Olvido Lanza, Roger Blavia a la percusión, el gran Joan Albert Amargós en algunos arreglos, Domingo Patricio con la flauta, Manuel del Fresno con el violochelo y Toni Terré al bajo.

Pedro Javier González no puede seguir siendo una “verdad oculta”, como es para los aficionados a la guitarra flamenca, haciendo “medias mentiras” con su guitarra, como hace cuando se va de gira con otros. “La pela es la pela”, sí, pero esto es la pura verdad. Y él lo sabe.

Una cosa queda clara: cuando un guitarrista de calidad quiere revindicarse, opta por hacer cosas como esta, guste o no a los estadios para los que ha tocado, en este caso un artista como Pedro Javier. Nos queda saber si su concepción de la guitarra flamenca está representada al completo en esta propuesta. Esperamos más toque solo para la próxima.

No obstante, mucha suerte porque en este disco hay honestidad.