Entre otras causas, con la muerte de de don Antonio Mairena, acaecida el 5 de Septiembre de 1983. El arte flamenco, de la mano de algunos cantaores y no cantaores buscaron en la heterodoxia otras formas de expresión con las consecuencias que todos podemos comprobar conforme se han desarrollado los acontecimientos. La decantación en estas manifestaciones a puesto a cada uno en su sitio, mandando al rincón del olvido para separar el grano de la paja. Hoy nos encontramos con una realidad en la que el flamenco de calidad sigue su curso sin tener que renunciar a la pureza, un elemento indispensable para no romper con el pasado que el tiempo pulió y que hemos recibido como herencia desinteresada, por eso es nuestro deber defender este rico patrimonio.
Sirvan estas apreciaciones personales para transmitirle a ustedes las sensaciones que me han llegado escuchando el nuevo trabajo de Argentina contenido en el Cd. “Un viaje por el tiempo” que está sonado con fuerza. Este es su tercer encuentro discográfico con lo que demuestra que sigue avanzando en su carrera dominando cada vez mejor los cantes, merced al estudio y la pasión con la que se entrega, con la que el aficionado recibe la grata sensación de confiar en el presente y el futuro, porque junto ha ella hay valores para continuar esta obra que nació en Andalucía hace aproximadamente unos doscientos años.
En los trece cortes que contiene “Un viaje por el cante”, escuchamos sabiduría, juventud y templanza sonora al ismo tiempo, aunque pongo de manifiesto mi desacuerdo con el sonido de los instrumentos, que en ocasiones pueden molestar al oyente. Por lo demás, todo perfecto, con la temática de las letras adaptadas a su condición femenina en el tiempo del verbo, que unido a la capacidad creativa nos ofrece un flamenco fresco, pero amparado en la audición de viejos maestros y demás coetáneos que están en la mente de todo buen conocedor.
Argentina se transforma por unos minutos en lucentina y malagueña para regalarnos el fandango de la calle Rute que creara Rafael Rivas al que enlaza con el verdial de Lucena que cierra sin despeinarse con la jabera.
Bajo el título “acordándome de Chano” esta muy brillante en el garrotín y los cantes del Piyayo musicalmente excelente. Sobrecoge en el recuerdo a Chano Lobato, que tuvo una gran categoría artística y humana que nos acordaremos siempre de él, mientras cierra con su voz en una grabación de las muchas que afortunadamente nos dejó.
En este recorrido musical por los rincones del cante, la cantaora sensible y romántica templa la voz a la realidad de la vida con la malagueña de Baldomero Pacheco. Demuestra su fino oído y una correcta formación en una magnifica serrana, aunque mi percepción sonora me dice que el acompañamiento instrumental podría haber sido otro. Onubense hasta las cacha, está estupenda interpretando los fandangos de Rebollo que sabe completar con la forma natural del estilo del Gloria.
Tiene otro gran detalle recordando a Rafael Romero en la caña y el polo, dos cantes iguales pero con matices que los hace diferentes por los hemistiquios. Aquí ha grabado a conciencia para que todos percibamos la diferencia entre uno y otro inspirándose en la capacidad creativa que tuvo Enrique Morente (a mi me lo parece).
Desarrolla una magistral milonga en la que alcanza lo sublime. Las cantiñas son puras, y además muy bien arropadas musicalmente. Con la base mairenera se recrea en la fidelidad de Pinini con la romera como enlace y terminar por alegrías correctamente.
Sonoramente hablando, nos vamos con Argentina al Levante para escucharle la murciana y la taranta de Linares con los esquemas del Cojo de Málaga que sirvió más tarde a Gabriel Moreno rematando con otra taranta linarense que ha dejado para la historia el maestro Fosforito.
En el corte diez encontramos una presentación muy singular simulando que Argentina está en un café cantante del siglo pasado, quien esto hace con su voz en off es Rafael el Guardacoches. Un pretexto para deleitarnos por tientos chaconianos que completa con aires extremeños y el estilo de Pastora por tangos sobresaliendo el estilo de El Titi que nos dejó Naranjito de Triana. Sigue con la soleá de Triana, la bambera; con el apoyo del Zurraque y la soleá apolá del portugués y la bambera como epilogo de una época ya lejana.
Me gusta mucho la petenera de Medina en la que se agarra a la fidelidad marcando las pautas para cantar conforme a la actualidad. Ennoblece a la profesión de cantaora de flamenco con unas modernas bulerías capaces de crear ambiente en cualquier lugar del mundo. Ya que estamos en los pagos de Jerez, nos pellizca con la toná y la cabal del Sernita, que no es otra que la creó El Loco Mateo, aunque la versión del Serna es de las mejores de los últimos tiempos, rematando cabalmente con Juanichi el Manijero.
El punto y final a este buen trabajo lo pone con un bello poema cantando con originalidad con la colaboración del piano de Alberto Amargós y los instrumentos que han participado en una bella canción en comunión con estos músicos que la han acompañado en este viaje flamenco con parada estelares.
Espero que próximamente nos vuelva a regalar otro trabajo al mismo nivel que “Un Viaje por el Cante” para seguir cantándole a su tiempo. Desde aquí nuestra admiración para siga engrandeciendo el flamenco.