Un canto de libertad


Discos Flamencos
Pansequito
Bujio. 2009
Marcos Escánez Carrillo


El respeto que la comunidad flamenca profesa a Pansequito avala su importancia como artista. Sin duda, es y ha sido uno de los mejor considerados durante los últimos años en el panorama artístico del flamenco, y ha llovido mucho desde que ese niño criado en el Puerto de Santa María fuese reclamado por el mismísimo Manolo Caracol para cantar en sus Canasteros de la Corte. Entonces, José Cortés Jiménez llamaba la atención por su forma de acometer las bulerías. Una estética personal y diferente, sonidos de formas alargadas que dibujaban sinuosas nubes llenas de grises y tonos crepusculares. Su concepto era una verdadera joya musical llena de profundidad que fue capaz de transportar hasta cantes más solventes para la jondura como la soleá, la bulería por soleá, el taranto o el fandango.

Pese a todo, Pansequito debe considerarse como un cantaor ortodoxo que conoce y defiende las claves del flamenco sin concesiones a la vanalización musical. Su sentido de la creatividad se centra en aportar su impronta personal a la interpretación del cante clásico.

En este disco que titula “Un canto a la libertad” no intenta despojarse de este corsé. Ni lo necesita ni lo persigue, aunque es fácil percibir un especial interés por mostrar un sonido actualizado, un flamenco de hoy, un concepto contemporáneo. Y para ello incluye una soleá muy lenta, alegrias en su línea, una rumba movidita con la participación de Moraíto, tango rociero con su inseparable Aurora dejando vislumbrar su común pasión por las romerías, seguiriyas como punto más jondo del trabajo, perfilados tarantos con Niño de Pura y 4 bulerías. Esto último también denota una clara intención relacionada con la cuenta de resultados.

Además de las colaboraciones de Miguel Poveda, Raimundo Amador y la ya citada Aurora, cuenta con las guitarras de Moraito, Juani de la Isla, Diego del Morao y Niño de Pura.

En su conjunto no hablamos de un disco que marque un antes y un después, ni siquiera en la carrera de este artista. Este será el motivo por el que ha pasado sin pena ni gloria por las estanterías y escaparates editoriales. En cualquier caso, si que destaca por ser 40 minutos llenos de magníficos detalles, aún siendo aislados y sin conexión, puesto que hablamos de extraordinarios músicos.

Y cómo no, Pansequito, siempre es un aval de flamencura y saber hacer.