Turronero


Discos Flamencos
Turronero
CAF, 2009
Antonio Nieto Viso


En esta ocasión, antes de nada, comienzo felicitando y agradeciendo a la Agencia andaluza para el desarrollo del flamenco, y por ende a la Junta de Andalucía, y al Centro andaluz del flamenco, por el gran acierto de poner parte de un precioso legado de este universal arte al alcance de todos.

Sirvan estas líneas, para reconocer la generosidad de Ricardo Pachón, por haber cedido parte de su archivo, conseguido a base de madrugadas recorriendo Andalucía de festival en festival. Estamos ante una época maravillosa para que los estudiosos y aficionados puedan adentrarse en los años setenta del pasado siglo XX, en la que los grandes del cante y el toque estaban en todo su esplendor, y lanzaban al aire su arte en las noches calurosas del sur de España. Son unos fenomenales acontecimientos para los que ya peinamos canas, que hoy comprendemos y nos sentimos espectadores de excepción en un período en que el Cante experimentó un gran cambio, que habrá que estudiar en toda su amplitud.

Entre los protagonistas de aquel cambio, estuvo el Turronero, que abre una interesante colección de cinco Cds totalmente digitalizados para que perdure en el tiempo como una joya artística de incalculable valor para comprender esta evolución que iremos analizando detenidamente.

Manuel Mancheño Peña, conocido por el Turronero, que se marchó pronto al tablao de la Gloria, el día 1 de Septiembre del año 2006. Reconozco que cuando escuché la noticia, sentí un escalofrío que me recorrió todo cuerpo, y tuve que admitir, que habíamos perdido a un gran cantaor con mucho carisma, que acompañado por el gran guitarrista Paco Cepero los disfrutamos a ambos siguiéndolo de pueblo en pueblo en aquellas letras nuevas, unas veces con mucha gracia, y otras denunciando las injusticias sociales amparado por la apertura que nos trajo la Constitución Española de 1978; el Turronero denunció por Tientos las fatiguitas que se pasaba entonces trabajando en el campo, tanto en verano, como en invierno, y muchos años antes, las duras condiciones de los trabajadores que enjaulados bajaban hasta el fondo de las oscuras galería de la mina.

En mi opinión, siempre es bueno dar algunas pinceladas biográficas del artista que se está tratando, por eso les diré, que el nombre de el Turronero, le viene por que tanto su familia, como el mismo, se dedicaron a la venta de turrón por las ferias, por lo que nació accidentalmente en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules en el año 1946. Se inició en este arte en las fiestas íntimas de Utrera, al lado de figuras como: Fernanda y Bernarda, y el Perrate, entre otros, este acento cantaor lo llevó consigo todos los días de su vida.

El Turronero, con su extraordinario oído consiguió meterle al cante un soniquete muy peculiar, con el que causó furor entre los públicos más variados. En 1963, se vino a Madrid para actuar en los tablaos Torres Bermejas, el Duende, y las Cuevas de Nemesio, para pasar después cuatro años en el Ballet de Antonio Gades, donde perfeccionó una sólida base con la que triunfó por toda España aportando nuevos elementos a los cantes festeros, y un excelente juego en los cantes básicos.

Dicho todo esto del Turronero, nos introducimos en el Cd. del Centro Andaluz de Flamenco, con grabaciones recogidas entre 1977 y 1978, que abre con “Consolación de Utrera”, unas bulerías en las que Paco Cepero pone el toque a este cante autobiográfico en un perfecto directo, que a pesar del tiempo transcurrido conserva todo el calor de lo auténtico en una conjunción irrepetible entre el cantaor y el guitarrista, en ocho minutos y treinta y siete segundos, una retahíla de frases ligeras en un bonito juego verbal que pocos pueden conseguir. A esto le sigue “Como me hiere en el alma las cosas de mi Andalucía, unos Tientos donde expone la realidad social de la que hablo en anteriores párrafos. Se le nota que estaba a gusto, ese sentimiento lo sigue desarrollando por bulerías en las que nos da a conocer el arte y la majestad de los toreros Curro Romero y Rafael de Paula.

En el ecuador del Cd están unas extraordinarias alegrías de Cádiz remarcada en cada tercio para darle colorido y sonoridad con la que cautiva a propios y extraños. Vuelve el Turronero a demostrar su versatilidad en otras Bulerías cargadas de simbolismo. Canta a Andalucía, la tierra que le vio nacer, a la bandera blanca y verde, que por esta época resurgió para flamear, tras permanecer en los baúles de nuestros antepasados, que aquella noche dedicó a su madre, que se encontraba entre el público, una muestra más de lo a gusto que cantó.

Se le nota fabuloso en el taranto, en otra sección de Bulerías, y pone punto final con unos auténticos tientos, que ese día fue todo un revulsivo contra la injusticia. Recomiendo la audición de estos ocho palos, me vienen a la memoria imágenes de lo vivido en la moviola de la vida, pero como documentalista que soy, me siento orgulloso de poder valorar este y otros documentos apasionantes de esta colección, les avanzo que los siguientes Cds son tan importantes como este del Turronero.