Sueño de torero


Discos Flamencos
Manolo Simón
LB Flamenco, 2014
Marcos Escánez Carrillo


“He cambiao la muleta por la seguiriya
Y el capote de briega por la soleá.”



Huyendo de la fragua coqueteó con el toro, y sin “embites” ni laureles de mención, se asentó en el cante. Al estilo antiguo. Respetando a sus mayores y temeroso de las malas lenguas… Así se ha paseado por todos los escenarios de España y parte del extranjero, cautivo de su humildad y afectado por la “buena sombra”.


De Jerez de la Frontera, es uno de los muy pocos de la zona que obedecen al corte de cantaor clásico y largo. Me explico… Existe una estética jerezana que se repite en la mayor parte de los cantaores y guitarristas de Jerez. Los grandes que resaltan, además de mantener el aire de sus orígenes, añaden su propia personalidad a estas formas estilísticas, convirtiéndose en originales e irrepetibles. Y en definitiva, éstos son muy pocos en comparación con el número ingente de artistas que salen de esa tierra. En este grupo de "singulares", se encuentra Manolo Simón. Un cantaor que, si bien ha desarrollado un concepto tradicional del flamenco, no tiene nada que ver con el Jerez clásico, siendo en la actualidad uno de los maestros que deben ser referencia para este arte por varios motivos.

Este veterano del cante flamenco se caracteriza por su voz atemperada y flamenquísima, y es conocido por su gran conocimiento de los cantes, constituyéndose como uno de los cantaores más largos del panorama actual del flamenco, y que además posee un perfil versátil y dinámico. En el año 2012 recibió la Copa Jerez que otorga la Cátedra de Flamencología de Jerez, lo que significa un emblemático reconocimiento de su ciudad natal.

En este disco que titula “Sueños de torero”, presenta 18 cantes acompañado por las excelentes y flamenquísimas guitarras de Pascual de Lorca y Joaquin Albert, con un planteamiento musical clásico, mientras que nuestro cantaor afianza su voz y la desgarra en todos y cada uno de los cantes que aborda. Desarrolla el fandango por zambra en dos cortes distintos, nos recuerda cómo es la farruca para alante, se atreve con las bulerías del Chozas, de quien las aprendió directamente, y rescata la temporera, el romance del Cid, la serrana o la cantiña por rosas con absoluto poso flamenco. Para esta última, Manolo se erige como el único conservador que tenemos, habiendo hecho, además, aportaciones extraordinarias hasta dotarla de una gran belleza.

Rondeña, bulerías al golpe, fandango de Huelva desde el más jondo recuerdo a Toronjo, soleá apolá, taranto, tientos-tangos, alegría, romera y zambra, en homenaje al Beni, son los cortes que completan un disco de flamenco de verdad, en el que Simón nos regala una voz llena de colores, que flirtea con la oscuridad y el matiz, que revoluciona la serenidad del oído con arañazos de gusto y de queja. Esta voz intimista que pide tiempo al espacio, que se rebusca… generosa en el dolor y cicatera en lo efímero, es la voz de Manolo Simón. Un Maestro de ahora, cuyas enseñanzas deberíamos respetar todos.

Como él mismo dice… “Las prisas están regular”. Así que, si estás leyendo esto es porque tienes el disco en tus manos. Tómate tu tiempo, y disfrútalo.