Saramuco


Discos Flamencos
Duquende
Universal (2000)
Pablo San Nicasio Ramos


El artista de Sabadell Juan Cortés “Duquende” sacaba a la luz en 2000 su cuarto disco en solitario. Una trayectoria larga avalaba a este cantaor descubierto y recomendado con insistencia por Camarón; sin embargo no es hasta la fecha señalada cuando tenemos un primer trabajo de verdadera repercusión.

Esto último era debido a muchas causas. La primera, la lógica pero calmada progresión y afianzamiento del cantaor. Se pasaba de las colaboraciones a un protagonismo absoluto. Era hora porque “Duquende”, a pesar del aura camaronera que siempre tuvo, podía perfectamente haberse quedado en el segundo plano que no merecía. Algo que pasó y le sigue pasando a algunos de parecido corte.

La segunda causa es la impecable dirección musical de Isidro Sanlúcar. Era esta la época de oro de este singular y polifacético flamenco que algún día habrá que analizar con detenimiento. “Duquende” se pone en sus manos para que nada se parezca a lo anterior.

Disco donde el productor gaditano compone la práctica totalidad de la música y la letra y donde desfilan dos de los mejores guitarristas de nuestro tiempo.

Esa es la tercera causa: las guitarras de Paco y Cañizares se salen por todos los sitios. Mientras Paco de Lucía borda las dos bulerías del disco, “Plaza Real” y “Niquelao”; el paisano de “Duquende” lleva el peso el resto del disco con su estilo personal.

La guitarra de “Cañi” tiene armonías, novedades rítmicas (como en la taranta), es un reclamo en sí misma.
Producto discográfico de una etiqueta y producción magníficas. Un verdadero regalo musical que lanzaría al estrellato a cualquier cantaor. Algo que gente como José Mercé saben de sobra.

Como en la mayoría de los álbumes de la historia reciente del flamenco, el análisis se puede simplificar dividiendo el disco en dos secciones: el flamenco más puro y el más comercial. Entendido este como el más asequible a todos los oídos.

Del primer apartado son la siguiriya “Siquiera una palabra”, la taranta “No viene” y la soleá “Rama Nueva”. Cantes donde “Duquende” muestra una sonora condición cantaora, un quejío por encima de los de su corte y una fácil adaptación a los nuevos conceptos de la armonía y el acompañamiento flamencos.

“Plaza Real” y “Niquelao”, bulerías, estarían en la parte destinada a unos y otros públicos. Queda dicho que Paco y su guitarra hacen mucho y aquí, además “Duquende” canta con mucho y buen compás las curiosas y bonitas letras de Isidro.

“La Telita” es el single, el tema estrella, el de los baretos y amiguetes. Hasta una versión corta se incluye al final por si acaso no cabe la original en nuestros planes. Corte que además tiene el gusto de tener a dos guitarristas de nueva hornada: José María Bandera y José Carlos Gómez.

Las alegrías “Samaruco” y los fandangos “Afina la Guitarrita” son similares en el concepto musical. Más cerca del pop que del flamenco. Son cantes que incluyen una periódica vuelta a un estribillo a coro. Se podrían ver como un recuerdo a aquello que Camarón cantaba de Alonso.

Disco que pasa rápido, es un “yaestá” que uniría más a este cantaor con el mundo de “Paco de Lucía”, pero que a la vez desmarcaría su perfil del de un cantaor simplemente de grupo o de “revival” camaronero.

En la opinión del aficionado queda calibrar el grado de similitudes con el de San Fernando en el fondo y la forma de los trabajos posteriores.