Rezando por tonás


Reportaje
Jorge Sánchez


En la temporada pasada, escribí un artículo “Misa Real Flamenca”, con ocasión de un concierto flamenco-religioso de Tito Losada, en la Iglesia de los Jerónimos, de Madrid. Igualmente otro artículo “El Padre Rizo”, religioso franciscano, que hacía mucho tiempo, no ofrecía su cante en los púlpitos.




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Pues los “cielos” nos iluminan y esta temporada los tenemos a los dos, en grandes iglesias de la capital. Y nosotros estamos para difundirlo.

Los Gitanos también cantan

“Misa Flamenca. Los gitanos cantan a Dios”, con Tito Losada, en la Concatedral de San Isidro y patrocinado por el Festival de Arte Sacro. Parece ya un clásico y bien que lo merece.

Iglesia enorme. Aquí están las imágenes de la Esperanza Macarena y Jesús del Gran Poder.

Y la bellisima Soledad. Y San Isidro, patrón de la villa. Imágenes que hoy parecen que tienen más brillo. Y lo tienen.

El público llena la iglesia. Da gusto verla. Silencio. Lucen en el altar.

La Orquesta Internacional de Madrid, con su director David Moreira, estuvo excelente. El Coro Piccolo con menos presencia que otras veces.

Y delante, los “Losada”. Blancos, blanquísimos.

Esta vez, la Misa ha sonado “más flamenca”. Los cantes han tenido más presencia, con solistas puros y sentidos. Percusión perfecta, guitarras en su justo término y el baile, de Mónica Fernández y Auxi Fernández, que con gran calidad llegaron al público ya entregado.

Nuevamente, Tito Losada arriesga. Tiene apoyos de “altos vuelos” y los sabe traducir en obras complejas, muy difíciles de ver. El público responde con generosidad y ¡ojalá!, como decía al principio, se convierta en un clásico renovado.

Pasión del Padre Rizo

Viene en “andas”, la Virgen de las Angustias. Entra la Semana Santa. Pasión de Cristo en la Iglesia del Carmen, en pleno centro de Madrid.

Acompañan, como narrador el parroco, Adolfo Lafuente, las poesías contadas por los actores Inma Nieto y Carlos Ibarra, dos breves pero intensos acompañamientos del coro rociero “Caña & Compás” y al frente, la guitarra del gran maestro Luis Pastor. Canta el Padre Rizo.

Flamenco intenso, vibrante y duro. Muy duro.

Entra el cante timidamente,
“no llevaba coche ni calesa
sino borriquito”
Se va gustando,
“que noche tan amarga
ay en el huerto los Olivos”
Exclama con rabia,
“sobre los pies y las manos
el martillo rechinooo”

Y termina llorando,
“ no penes mas Virgen Santa,
ay, ay, ... por tu hijo moribundo”

Y el silencio penetrante de toda la celebración, se rompe. El público prorrumpe en una gran ovación. Nos ponemos en pie. Grande entre los grandes.

¡Ahora, vamos por unas bulerias! Rizo y Pastor se van.

¡Cuánto debemos a los grandes Flamencos! El Padre Rizo, 82 años, Luis Pastor, 76. Ellos siguen dandonos buenas tardes y trayéndonos las grandes tradiciones. Historia del pasado y del presente.

Nos vamos por la Puerta del Sol. Un paseito, a comernos una torrija. Gran tradición.