Por mi Amor al Arte
Canta.
Rancapino Chico
Guitarras. Antonio Higuero, Paco León
Palmas y jaleos. Manuel Cantarote, José Rubichi, Luis Monje
Copyriht © 2019 FodsRecords (Fonográfica del Sur)
Autor. Antonio Nieto del Viso
Este primer Cd. De Rancapino Chico, es todo un homenaje a
maestros del flamenco
, que le han inspirado a la hora de manifestar con su voz el alcance de una genética que corre por sus venas. Por mi Amor al Arte, contiene nueve cantes en los que la perfección en equipo, pone de manifiesto la enorme responsabilidad para esta obra sensacional de un cantaor que está en lo mejor de su vida.Nosotros creemos, que poco más se le puede decir su padre después de lo expuesto. Añadir que los actuales cantaores más jóvenes pueden aprender de las fatiguitas pasadas por sus predecesores.
Alonso Núñez Fernández, su nombre completo, nos cautiva desde el comienzo del análisis del contenido con la matriz del cante por soleá de Alcalá que nos dejó en sus grabaciones Juan Talega, que aprendió directamente de su tío Joaquín el de la Paula, aquí deja patente su magnifico oído para captar las esencias auténticas.
Nos vienen a la memoria bellos recuerdos el olor a sal del Atlántico mientras escuchamos unas alegrías de Cádiz llevadas en volandas por las guitarras. Bellas letras a su abuela, que completa con pasajes dedicados a su Chiclana natal.
Se acuerda de Manolo Caracol en unos fandangos naturales que pellizcan por unos momentos muy interesantes en los que se nota el consejo de su progenitor.
Con toda su alma se acuerda de los suyos en unas bulerías desarrolladas con toda la categoría de aires jerezanos dando lugar a esta maravilla flamenca insuperable. Palmas, cante, toque, tienen el futuro asegurado en la obra flamenca, con nuestro más sincero agradecimiento.
Rancapino Chico, conoce, controla, y sabe sumergirse con su voz en la seguiriya de Jerez según Manuel Molina, que cierra perfectamente con la variedad de Los Puertos.
Casi al final de este recorrido, nos encontramos con una dedicatoria que destaca a dos figuras irrepetibles como fueron, la Niña de los Peines y la Perla de Cádiz, tientos y tangos indiscutibles dentro de la tradición que fueron creados con sentimiento y amor a su oficio como cantaor. Los mismos adjetivos calificativos continúan en bulerías por soleá de rancio sabor jerezano.
El cantaor, muy seguro de este trabajo, despide a lo grande muy caracolero con una zambra que dedica a aquel gran artista que fue Beni de Cádiz. El piano, con sus notas se suma a este recuerdo con el embrujo de su sonido acompañando al cantaor para empujarle a nuevos proyectos, que esperamos que pronto se hagan realidad.