Paseo de los cipreses


Discos Flamencos
Juan Carlos Romero
Nuba records/Karonte 2016
José Cenizo Jiménez


PASEO MUSICAL POR LA MUERTE Y POR LA VIDA



“Paseo de los cipreses”, Juan Carlos Romero, guitarra y composición. Segunda guitarra: Paco Cruzado. Cante: Carmen Molina. Palmas, coros y percusión: Los Mellis. Sala Chicarreros de la Fundación Cajasol, Sevilla, 5 de mayo de 2016.


No vimos en directo la presentación de este disco en el Teatro Central de Sevilla hace un año, así que para nosotros era algo como novedoso y original, aunque la repetición en la buena música buena importa bien poco, al contrario.

Juan Carlos Romero, reconocido compositor de la guitarra flamenca, ofrece en “Paseo de los cipreses”, como bien explicó, emocionado, un paseo por la muerte, un recuerdo a los seres queridos, de la familia o del arte flamenco, que ya no están: su padre, Félix Grande, Morente, Niño Miguel, Paco de Lucía… O, lo que es lo mismo, un condensado y sobrecogido paseo, envuelto en sencillez lúcida, que no lucida ni retórica, por la vida y por la muerte, dos caras de la misma moneda. Imposible, como confesó, hacer de otra manera que con su guitarra este homenaje, esta reflexión, esta casi diría evasión responsable ante tanta pérdida incomprensible… Y elige estilos como la taranta, seguiriyas, bulerías, tangos, granaína, martinete, rumba, bulerías, fandangos de Huelva y, de remate, recordatorio de otra grabación y tiempo, tanguillos. Y, como hermosa sorpresa, un tema original que lleva por título un verso de Antonio Machado, Se canta lo que se pierde, de lo mejor de la noche. Es decir, una combinación de estilos que cantan a la fiesta, a la esperanza, a la bulla y al encuentro, pero también al recogimiento, a la soledad, a la muerte, al desamparo -que diría Félix Grande-. Así a los asistentes al encuentro de músicas y sentimientos les queda la impresión de que han protagonizado, junto a Romero y su buen grupo, un viaje metafísico, visitando las regiones de la orfandad -eso sí, y afortunadamente, con el encanto de la música, capaz, como en la mitología conocida, de amansar a las fieras y sacarnos de los mismos infiernos-.

Técnicamente, Juan Carlos Romero muestra sobriedad, conocimiento, certeza, seguridad, una maestría de quien ya va de vuelta de algunos cantos de sirena. Podría hacerlo más retórico, comercial, pegadizo, espectacular, pero su estrategia es sentimental antes que técnica, su objetivo el corazón mejor que el oído y su querencia la elegancia y grandeza en la humildad por delante de la estridencia y velocidad vacías. Demuestra además su apego al cante, su capacidad creadora, su enorme deseo de seguir creciendo con la música. Ahora le queda trabajar más sobre la vida, el futuro, la esperanza, que siempre se empeña en seguir adelante. Ánimo, maestro. Nos encantó que recordara estas palabras de Rayuela, de Julio Cortázar: “Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose”. Pues eso.