Para ti mi cante...


Discos Flamencos
Antonio de la Malena
Palomino Productions, 2014
Marcos Escánez Carrillo


Para ti mi cante, que es mi libertad
Antonio de la Malena
Palomino Productions, 2014


Entre el desenfado y la solemnidad a veces no cabe ni el bigote de una gamba. Ambas actitudes pueden disputar el mismo espacio, o incluso desarrollando la armonía de la convivencia, fluida y ágil. Esa es una de las primeras impresiones que he tenido con las primeras audiciones de este disco. La impresión de estar paseando por un territorio que alberga la broma salpicada en la textura del cante grave y el peso de conceptos como Jerez, familia, seguiriya, afición y flamenco.

Antonio de la Malena es un cantaor de alto conocimiento, adquirido a lo largo de una dilatada trayectoria. Ya siendo un niño fue filmado por las cámaras de Rito y Geografía del Cante cantando por seguiriyas. Dese entonces el flamenco ha sido su profesión, cantando para distintas compañías y en solitario. La última etapa de su carrera se desarrolla como director artístico de la compañía Jerez Puro, con la bailaora Maria del Mar Moreno.

Este disco aparece en 2012, aunque a nuestra redacción llegó en este 2014. La guitarra principal es de su hijo, aunque también participan Manuel Parrilla, Santiago Moreno y Domingo Rubichi. En el cante también se hace acompañar de familiares para conseguir un disco doble disfrutable, sencillo y de mucha solera. Cante de muchos quilates en forma y fondo. Despacito el flamenco se queja mejor y voces como la de Antonio de la Malena matizan sobremanera cuando no hay prisa. Él lo sabe y lo fuerza. Posee una garganta propensa al desgarro, al grito duro del flamenco de enjundia, sin brillo apenas, pero con bordes de filo negro y sombras inquietas.

Empieza con un cante de trilla en el que un estribillo incisivo y deslavazado va haciéndose hueco hasta convertirse en cantinela amigablemente pegadiza, bulerías al golpe haciendo un recorrido por las bulerías de Jerez y los Puertos, alegrías de Córdoba bien medidas, seguiriyas en las que demuestra mucho conocimiento de las estructuras y dominio de los matices que permiten la expresión más seria. El corte siguiente son unos tarantos cantados por su hermano Manuel, con un preámbulo espontáneo y natural en el que recuerdan a sus familiares de arte; sigue con soleá ralentizada en el tiempo, casi a la espera de que algo suceda que justifique la salida de la voz, una verdadera joya del buen gusto; tonás que siguen a un poema de propia cosecha; y cierra el primer disco un cante por tientos/tangos de extraordinaria factura.

El segundo disco comienza con soleá por bulerías, con la falta de prisa como constante de este trabajo, con el matiz suficiente para que duela, con todo el despliegue de esta voz llena de colores, flamencura por donde se mire…; siguen bulerías, fundamentalmente de Jerez, acordándose de todos los que le precedieron con nombre propio en este palo; volvemos a disfrutar de este cantaor por seguiriya, muy en su papel de jerezano, terminando con la cabal de Sebastián el Pena, curiosa queda en este tipo de voz…; algo parecido a lo que sucede con la bambera, la serrana o las malagueñas de Chacón, cantes poco interpretados hoy día y cuya presencia en este trabajo denotan ese conocimiento y esa afición a la que hacía referencia al principio de esta reseña; más seguiriyas rebuscándose, en forma de culto al dolor. Esta vez forzando la expresión en el genio.

Es evidente que una voz tan flamenca puede abordar cualquier cante con solvencia, sin tener que tener un portento en altos y bajos para salir airosos, y por otro lado, se abordan con el mismo concepto que un recital o concierto clásico en una peña o festival, de entre 7 a 10 minutos de duración.

Es el concepto de lo jondo, y Antonio de la Malena lo domina…