La tradición, la experiencia, y la vanguardia, se han unido para crear este interesante trabajo contemporáneo en el que el profesor y guitarrista Paco Escobar ha aportado su personal toque, para que el también profesor y cantaor José Manuel Castillo haya alcanzado la brillantez flamenca. La Universidad de Sevilla se puede sentir orgullosa de estos docentes que han encontrado las raíces del Cante, un patrimonio de Andalucía desentrañado para aportar un arte renovado.
También, hemos de reconocer la labor de todas las personas que han participado en este Cd., los coros, la percusión instrumental, la batería, las palmas, y el violín, que ponen lo mejor de sí mismos al servicio de la progresión para completar este documento.
Con todo el rigor académico de este trabajo universitario, nos sumergimos en sus sonidos para compartir con todos ustedes los cuatro apartados que engloban a los nueve cortes de esta demostración artística.
Ocupando el primer lugar, está el Preludio, un alegato contra la guerra en unos neotientos, catalogación que compartimos con la empleada por la producción. Mientras lo escuchamos, nos formamos una idea sobre la vanguardia creativa y el presente que estamos viviendo.
Desde la pureza y la base de los tientos, el cantaor José Manuel Castillo comparte con la guitarra manejada por Paco Escobar, y el violín de Jaime Hernando, bellas melodías que se complementan con el bajo y la guitarra eléctrica manejada por Benjamín Bazán.
“Cárcel del olvido” son unos fandangos-sevillanas como ahora se estilan, lentas, para bailar. En el segundo tercio una amalgama de sonidos perfectamente sincronizados nos llevan a los fandangos de Huelva por los estilos personales de Paco Isidro, y Rengel; todo resulta muy atractivo.
Permitidme que me extienda un poco más a la hora de comentar los apartados tres y cuatro, que están dentro del segundo bloque titulados como criptogramas, lo que significa documento cifrado, una especie de crucigrama en los que el proponente presenta una serie de conceptos que dan como resultado una palabra preestablecida. No nos es desconocido, puesto que los crucigramas solemos encontrarlos en las últimas páginas de periódicos y revistas como pasatiempos. Nos quieren decir, creo yo, que buscan el paralelismo con lo que siempre se ha cantado de forma original, pero con matices actuales.
Dicho esto, nos detenemos ahora en el concepto que da título al apartado tres, “Palimpsesto”. Un palimpsesto es un libro antiguo con páginas de pergamino que conserva las huellas de una escritura anterior borrada. Y es que, antes del invento de la imprenta los libros se escribían a mano. En el siglo VII de nuestra ahora, escaseaban los pergaminos, por lo que se recurrió al borrado original para volver a escribir de nuevo sobre otros temas.
Así, que deducimos que el guitarrista y el cantaor, han buscado en lo más antiguo del flamenco para elaborar un bulería étnica que suena diferente, pero con sensaciones modernas que se adentran en el pasado.
“Aroma de arena” son unas alegrías de Cádiz atractivas al oído, es una brillante idea hecha cante gaditano engalanado con la música producida por los coros y la batería resaltada con la voz del cantaor.
“Ave Fénix” es una farruca con mescolanzas del tango argentino. Riqueza de sonidos no muy lejanos de la tradición que resulta muy ilustrativa con la poesía en la voz de nuestro buen amigo el profesor Cenizo Jiménez.
“Soleá del camino” abarca a las soleares para guitarra, voz, y marimba. Identificamos los aires de Alcalá, a los que le siguen las formas de Triana y Cádiz, para ello han empleado la cuadratura de Antonio Mairena, sin olvidarnos de otras influencias menos conocidas.
Ya que estamos con los cantes básicos, vamos a seguir por esta senda sonora y creativa con la “Noche oscura”, unas seguiriyas creadas o recreadas por Manuel Torre, Curro Durse (sic) El Marrurro, y Paco la Luz, ecos jerezanos rematados con la cabal de Los Puertos de alto contenido simbólico.
En penúltimo lugar encontramos “Nana bajo la luna”, que con expresión contemporánea con los esquemas del cante de trilla, se va forjando la melancolía de una nana que saca adelante sorprendiendo al oyente a través de las bellas cadencias endulzadas con las voces corales, sobresaliendo con su bella voz Victoria Escobar.
Cierra esta importante obra “Palimpsesto II”, regalándonos unas bulerías de los importantes centros cantaores como son, Lebrija y Utrera, la perfección más absoluta nos dejan un sabor flamenco de vanguardia, pero sin abandonar los patrones básicos de los grandes creadores.
Reconocer finalmente, que en todo momento ha estado revoleteando el arte renovador del inolvidable maestro Enrique Morente.
También, hemos de reconocer la labor de todas las personas que han participado en este Cd., los coros, la percusión instrumental, la batería, las palmas, y el violín, que ponen lo mejor de sí mismos al servicio de la progresión para completar este documento.
Con todo el rigor académico de este trabajo universitario, nos sumergimos en sus sonidos para compartir con todos ustedes los cuatro apartados que engloban a los nueve cortes de esta demostración artística.
Ocupando el primer lugar, está el Preludio, un alegato contra la guerra en unos neotientos, catalogación que compartimos con la empleada por la producción. Mientras lo escuchamos, nos formamos una idea sobre la vanguardia creativa y el presente que estamos viviendo.
Desde la pureza y la base de los tientos, el cantaor José Manuel Castillo comparte con la guitarra manejada por Paco Escobar, y el violín de Jaime Hernando, bellas melodías que se complementan con el bajo y la guitarra eléctrica manejada por Benjamín Bazán.
“Cárcel del olvido” son unos fandangos-sevillanas como ahora se estilan, lentas, para bailar. En el segundo tercio una amalgama de sonidos perfectamente sincronizados nos llevan a los fandangos de Huelva por los estilos personales de Paco Isidro, y Rengel; todo resulta muy atractivo.
Permitidme que me extienda un poco más a la hora de comentar los apartados tres y cuatro, que están dentro del segundo bloque titulados como criptogramas, lo que significa documento cifrado, una especie de crucigrama en los que el proponente presenta una serie de conceptos que dan como resultado una palabra preestablecida. No nos es desconocido, puesto que los crucigramas solemos encontrarlos en las últimas páginas de periódicos y revistas como pasatiempos. Nos quieren decir, creo yo, que buscan el paralelismo con lo que siempre se ha cantado de forma original, pero con matices actuales.
Dicho esto, nos detenemos ahora en el concepto que da título al apartado tres, “Palimpsesto”. Un palimpsesto es un libro antiguo con páginas de pergamino que conserva las huellas de una escritura anterior borrada. Y es que, antes del invento de la imprenta los libros se escribían a mano. En el siglo VII de nuestra ahora, escaseaban los pergaminos, por lo que se recurrió al borrado original para volver a escribir de nuevo sobre otros temas.
Así, que deducimos que el guitarrista y el cantaor, han buscado en lo más antiguo del flamenco para elaborar un bulería étnica que suena diferente, pero con sensaciones modernas que se adentran en el pasado.
“Aroma de arena” son unas alegrías de Cádiz atractivas al oído, es una brillante idea hecha cante gaditano engalanado con la música producida por los coros y la batería resaltada con la voz del cantaor.
“Ave Fénix” es una farruca con mescolanzas del tango argentino. Riqueza de sonidos no muy lejanos de la tradición que resulta muy ilustrativa con la poesía en la voz de nuestro buen amigo el profesor Cenizo Jiménez.
“Soleá del camino” abarca a las soleares para guitarra, voz, y marimba. Identificamos los aires de Alcalá, a los que le siguen las formas de Triana y Cádiz, para ello han empleado la cuadratura de Antonio Mairena, sin olvidarnos de otras influencias menos conocidas.
Ya que estamos con los cantes básicos, vamos a seguir por esta senda sonora y creativa con la “Noche oscura”, unas seguiriyas creadas o recreadas por Manuel Torre, Curro Durse (sic) El Marrurro, y Paco la Luz, ecos jerezanos rematados con la cabal de Los Puertos de alto contenido simbólico.
En penúltimo lugar encontramos “Nana bajo la luna”, que con expresión contemporánea con los esquemas del cante de trilla, se va forjando la melancolía de una nana que saca adelante sorprendiendo al oyente a través de las bellas cadencias endulzadas con las voces corales, sobresaliendo con su bella voz Victoria Escobar.
Cierra esta importante obra “Palimpsesto II”, regalándonos unas bulerías de los importantes centros cantaores como son, Lebrija y Utrera, la perfección más absoluta nos dejan un sabor flamenco de vanguardia, pero sin abandonar los patrones básicos de los grandes creadores.
Reconocer finalmente, que en todo momento ha estado revoleteando el arte renovador del inolvidable maestro Enrique Morente.