Paco del Gastor. De otra cuerda


Libros
Ramón Soler Díaz
Almuzara, 2019
Antonio Nieto Viso


Paco del Gastor. De otra cuerda


Escrito por.

Ramón Soler Díaz


Editorial Almuzara, SL; 2019
Autor.
Antonio Nieto del Viso


El profesor de matemáticas, y un gran erudito del Arte Flamenco Ramón Soler Díaz, ha escrito este interesante libro que trata sobre la vida de Francisco Gómez Amaya, artísticamente conocido como Paco del Gastor, un artista de la sonanta con una dilatada carrera musical cimentada en el toque de Morón pero sobre todo, de su tío Diego del Gastor, maestro que le enseñó y le transmitió el sentir de la guitarra con la que nos enamoró a cuantos tuvimos la suerte de escucharle personalmente.



Antes de continuar, creo oportuno transcribir literalmente lo que dice en la página once el alcalde de Morón de la Frontera Juan Manuel Rodríguez: “Francisco Gómez Amaya, Paco del Gastor, es uno de los grandes nombres del Flamenco de Morón, no solo por ser heredero del toque de su tío Diego sino por que ha sabido dar a la guitarra su sello personal, con una calidad a nivel de los grandes maestros y haciendo aún más grande el toque de Morón”.

Ramón Soler nos cuenta como elaboró este libro. Primero, con una serie de entrevistas al maestro, la primera de ellas, tuvo lugar el 10 de Abril de 2018 en su localidad natal, que continuaron hasta completarlas todas en Agosto de 2019 en diversos sitios, y en la casa del artista, incluidas llamadas telefónicas para exponer en la obra todos los detalles. Este es el resultado, que merece nuestro respeto más sincero ya que de esta manera el personaje está muy bien biografiado para comprender mejor este período histórico irrepetible desde todos los puntos de vista.

Para conocer los orígenes de esta saga de artistas, Los Amaya Flores,decir que pertenece a la extensa familia conocida como los “Negros de Ronda” entre los que , por poner un ejemplo, está la famosa cantaora y tocaora Ana Amaya Molina (1855-1931) llamada Anilla la de Ronda, o Anilla la gitana, anterior a ella, está La Andonda que también formó parte de esta estirpe. A propósito, el investigador Vázquez Movilla, ha descubierto que La Andonda se llamó María Amaya Herencia, y que no fue la amante de Antonio Ortega Heredia El Fillo, sino de su hijo Francisco Ortega Vargas, que heredó el alias de su padre.

Comprendido entre las páginas veinte y la veinticuatro, encontramos parte de las claves del devenir del biografiado. El Ótalo, era para los griegos el centro del mundo, el ombligo, que es lo que significa esta definición. Situado en Delfos de donde emanan las energías telúricas. Tal piedra totémica marcaba el kilómetro cero: El centro del universo, de donde ha salido todo.

Nos sigue ilustrando el profesor Ramón Soler sobre la vida de Paco, que está también marcada por una piedra a la está ligada mediante el cordón umbilical, el de su memoria.

Francisco Gómez Amaya, nació en Morón el 25 de Mayo dde 1944, pero su nacimiento artístico fue unos años más tarde delante de una pradera coronada por una guitarra que le marcaría para toda su vida. Interesante resulto esa piedra donde su tío Diego del Gastor sentado sobre ella tocando la guitarra. Tenía Paco siete años cuando escuchó al gran Diego que durante siete u ocho horas, en la que encantaba con su atractiva y peculiar música flamenca.

Leemos, que con once años Paco ya sabía las siete claves, gracias a que las enseñó don Francisco Martínez Quesada, maestro al que Diego del Gastor le dijo: “Yo quiero que este niño toque un instrumento para que lea la música como el que lee el periódico”. Este dato nos da una idea del gran músico que fue Diego.

En otras páginas, Paco dice que: Que la guitarra le ha gustado desde siempre, pero que empezó a estudiarla en firmeen Sevilla con dieciséis o diecisiete años, cuando empezó a trabajar en la Venta Bellavista, en cuyo ambiente conoció a los grandes de época, como Pastora Pavón. Fue una noche en la que acompañaban Gitanillo de Triana, su marido Pepe Pinto, Bambino, y El Lebrijano.

Tuvo el privilegio de acompañar a Pastora por bulerías, en la que ella empleaba sus inigualables trabalenguas. Dice: Que tocarle a esta mujer fue muy fácil, lo mismo que le pasaba con Fernanda de Utrera, lo más sencillo del mundo.

Cuenta el guitarrista que, estando en la Venta de Antequera en 1961, fue cuando grabó su primer disco acompañando a Perlita de Huelva. Disco que después de escucharlo al cabo de muchos años, le suena su toque a Morón; pero sobre todo, al Niño Ricardo.

Es de alabar al autor del libro, que ha tenido la deferencia para con los lectores, al reseñar al final del texto toda la discografía en la que Paco ha intervenido con su toque.

Finalizo estos comentarios con una de las muchas anécdotas vivida por este interesante guitarrista, valga la siguiente: Un día habló con don Felipe, el dueño del tablao Torres Bermejas para que le diera permiso para ir a ver a su familia. Don Felipe le dijo: “Venga vale vete el fin de semana”. Al bajarse en la estación de su pueblo, escuchó en una cantina una fiesta en la que cantaba Fernanda de Utrera. Soltó la guitarra en un rincón, y venga compás y a tocar. No vio a su familia, se volvió de nuevo para Madrid. Al día siguiente, los paisanos que lo había visto de comentaron a sus padres, a los que les extrañó muchísimo esta actitud.

Lo mismo le pasaba a su tío Diego en cuanto se metía en fiestas que duraban hasta tres días, en lo que no aparecía por su casa, y es que Diego del Gastor, fue mucho Diego.

Es un libro que recomiendo a los aficionados al Arte Flamenco.