Orígenes del Flamenco en Málaga


Libros
José Gelardo Navarro
Libros con Duende. 2014
Antonio Nieto Viso


ORÍGENES DEL FLAMENCO EN MÁLAGA (1796-1900)


El profesor José Gelardo, una autoridad dentro de la investigación del mundo del flamenco, nos enriquece con su sabiduría, para comprender mejor la historia del flamenco a través de este interesante libro, en el que en sus 286 páginas nos sitúa a los personajes que pasaron por Málaga y provincia entre los años 1796 y 1900. Un periodo muy interesante en el que nos describe toda una crónica social de la capital de la Costa del Sol, con datos referente al cante, el toque, y el baile, además del teatro, en los que en algunos intermedios intervenían los artistas flamencos, míticos por la distancia en el tiempo, y por su obra que luego continuó hasta llegar a nuestros días.


La lectura de Orígenes del Flamenco en Málaga, me ha resultado muy enriquecedora e ilustrativa por corroborar los muchísimos datos que hasta ahora estaban diseminados en libros, artículos, conferencias, ponencias, etc. Así que todo queda recopilado en poco espacio, porque estamos ante un libro electrónico que podemos guardar en nuestro ordenador.

El libro electrónico, será de aquí en adelante, una herramienta fundamental para esta y las siguientes generaciones, ya que las bibliotecas tradicionales, solo se lo podrán permitir los más pudientes; entre otras cosas, por el espacio que ocupan, puesto que las viviendas son cada vez más reducidas. Y cada día hay más información.

Nada más abrir el texto, comienza a estar interesante, ya que en el prólogo, en su primera línea leemos, transcribo literalmente: “La investigación sobre el flamenco dio un giro de 180º con la publicación en 1990 de ¿ Se sabe algo? Viaje al conocimiento del Arte Flamenco en la prensa sevillana del XIX, de José Luis Ortíz Nuevo. Atrás quedaba una historia basada en los recuerdos, algunas veces bastante interesados, de lo que lo que se llamó la “tradición oral”. Había comenzado la reescritura de la historia del flamenco fundamentada en documentación fidedigna, porque, todo lo que la memoria ya no recordaba o había deformado con la transmisión de una persona a otra estaba escrito en las gacetillas de la prensa, en “los papeles viejo”, como se solía nombrar cariñosamente.

Con lo expuesto en el párrafo precedente, que he creído conveniente reproducirlo en su totalidad, parara destacar todo lo que vamos a ir exponiendo según vamos leyendo con acrecentado interés.

El inicio de esta historia está extraído de los periódicos y libros a partir del año 1841. Vamos con el primero de los datos. En la Plazuela del Ángel número 11, academia de niñas, se halla Manuel Pérez, guitarrero, que acaba de llegar de La Habana y se ofrece al público para composiciones de todo instrumento de cuerda. Tiene guitarras de última moda muy bien construidas a precios equitativos. Así se recogió en el Eco del Mediodía, el 27 de Agosto de 1841. Es curioso comprobar cómo era el lenguaje escrito en aquellos años, en que se nota el avance del lenguaje a través de los 183 años que nos separa de la noticia.

Por otro lado, resulta muy ilustrativo para el lector, la reproducción de litografías y las portadas de libros que circulaban. Leemos en un programa de teatro que, se bailarará por todas las parejas de baile el polo de Tobalo. Por lo que se pregunta el autor del libro. ¿Tendría razón el bueno de Demófilo, y no olvidamos a El Solitario. Es decir, existió bastante antes de esa fecha de 1849 un tal Tobalo, que cantó, recreó o creó una pieza musical plenamente flamenca llamada polo, diferente y distinta y muy alejada del polo de Manuel García.

En 1851, se habla de que la señorita Hody cantará el vito, que bailará la señora Linde y el señor Giménez (sic). Lo bueno de esto, es que tenemos en página impresa lo verdadero desde cuando se conocen estos palos del cante. Lo mismo que en 1856 apareció en la prensa malagueña la palabra flamenco (cante), y seguimos para detenernos en la página 51, en que se define el vocablo para definir flamenco en su génesis: La aparición de la palabra mágica y tabú flamenco, un tanto que tiene lugar en Madrid por el año 1853, según las investigaciones de Sneeuw en la prensa de la villa y corte. El diario madrileño La Nación (8-10-1853) el espectáculo que tuvo como marco los salones de Vensano) (salones de baile) en la calle del Baño, actual calle de Ventura de la Vega, en el mismo barrio donde pasando el tiempo se instalaron los tablaos flamencos de Villa Rosa y Los Gabrieles, que los que conocemos Madrid sabemos que estamos en los lugares más entrañables para el cante estratégicamente situado de una época dorada.

Encontramos un párrafo titulado Ilustre ascendencia, de un pequeño volumen que trata de castañuelas que dice que, la zarabanda, era una bailarina disoluta, cuyos bailes fueron prohibidos, tanto por las contorsiones, meneos y zarandeos de ellos, cuando por lo hueca que iba, dejando ver todas las configuraciones de su cuerpo a los espectadores. Este ahuecamiento ya era antiguo usándolo las señoras en tiempos de doña Juana la Loca con el nombre de tontos, en reinado de Carlos I con el de tontones, y después con Felipe IV, con el de tontillos. Ahora cualquiera los llamaría sencillamente miriñaques.

De entre todo lo atrayente que estamos leyendo, vamos a tener un párrafo para el humor sano. El Faro del Mediodía del año 1898 nos dejó impreso en letra, que un amigo nuestro recién venido de la feria de Antequera, nos ha referido el lance que un gitano flamenco de la raza más pura, pararesaltar las cualidades de una jumenta (burra) que en honor a la verdad, era lo mejor que, según el diario había visto en su vida entre esos que sirven tanto y se apalean. No sabiendo ya el gitano como excederse, se le ocurrió decirle al marchante con quien trataba diciéndole: “compare, este es todo un animal valiente”; y ha aprendido tanto que lee too corrió (sic) ¿Es verdad? Jaga oste la prueba (sic). El marchante colocó un papel escrito delante de los ojos de la jumenta, y viendo que pasaba un rato sin mover siquiera la comisura de los labios, le dijo al gitano: Hombre, no lee. Si lee le contestó, solamente que no pronuncia.

Por otro lado, es muy acogedor leer que, Julián Arcas ofreció un concierto en Málaga en el Salón del Conventico. Son de los pocos documentos que se han encontrado de este afamado guitarrista, que solo hasta ahora se mencionaba en los diccionarios de música clásica.

Llama poderosamente la atención, que el periódico El Avisador Malagueño, nos informa de que, en el Teatro Principal hubo una función concierto de jóvenes andaluces, tomando parte el aplaudido cantor (sic) D. Silverio Franconetti, acompañado por el joven guitarrista Juan el malagueño, que cantará las lindas serranas del sentimiento, la caña, el polo y el jaleo, así como seguidillas (sic), las rondeñas del negro, y malagueñas. Conw respecto al polo de Tobalo la fecha es del año 1866, después de que Silverio hubiera regresado de América.

En lo referente a la etapa hermética del flamenco, aquí se insinúa con buen fundamento, que puede deberse a la poca o nula información de la prensa, que silencia las actuaciones de este género, pero que se seguirían ofreciendo en los tablaos, y es posible que las noticias no interesaran al público, o al propio periódico, por no pagarse la correspondiente publicidad.

Razona el Señor Gelardo, que si Silverio nació en 1823, en 1843, a sus veinte años ya sería un famoso cantaor, así sucedió también con Chacón, Silverio fue silenciado por las razones que desconocemos.

De antes, ya sabíamos por nuestro compañero Gonzalo Rojo, de la publicación de la falsa muerte de Juan Breva, antes de que se produjera en la prensa del año 1855. Todos los medios se hacen eco de la noticia, pero no se produce ninguna rectificación a pesar de lo engañoso de la noticia.

En la página 160, encontramos noticias de la cantaora La Rubia de Málaga, para acto seguido darnos la noticia de la condena que le cayó a su padre por haber matado al Canario, inventor de unas malagueñas, fue sentenciado por la audiencia de dicha capital a la pena de 12 años y un día de reclusión, costas y 2500 pesetas de indemnización a la familia del interfecto.

Conocemos por este texto, la noticia del Café de las Siete Revueltas, llamado de El Sevillano, en el que actúa un cuadro de artistas del género flamenco en el que cantó Juan Breva en 1887, junto a Loriguillo de Coín, Manolito el de Jerez, Félix Mangano, y Quiqui de Cádiz. También actuaron las tres hermanas Borriqueras, Juana la Macarrona, la Rana. A propósito de la Rana, no debemos olvidar que Silverio era también conocido por El Rano, por lo que ambos eran hermanos.

En 1889, se anuncia la actuación de Juan Breva en Paris, por lo que nos podemos hacer una idea de su fama en otras capitales europeas de este afamado cantaor veleño.

Damos un salto en las páginas de este libro para situarnos en el ordinal 135, en donde se informa de que en el año 1893 un cuadro de baile, que dirige el señor Ramos, además tomará parte la célebre cantaora Trinidad Navarro la Trini, acompañada por el guitarrista Francisco Reina (a) Paco el Águila. Seguidamente, aparece la referencia al genial guitarrista Paco el de Lucena en 1864 actuando en el Teatro Principal de Lucena acompañando al gran don Antonio Chacón.

Ponemos fin a este interesante libro de José Gelardo en la página 279, en el que el diario La Unión Mercantil de 21 de Agosto de 1898 informa de que don Antonio Chacón y Cayetano Muriel cantaron juntos en una fiesta que se improvisó con los cantes de ambos maestros con las cadencias y la armonía del verdadero cante.

Un libro de consulta para investigadores y público en general que quieran conocer este atractivo trayecto en el tiempo del siglo XIX y de la siguiente centuria en sus primeros años.