Nueva Historia del Flamenco


Libros
Juan Vergillos
Almuzara, 2021
Antonio Nieto del Viso


Nueva Historia del Flamenco


Escrito por

Juan Vergillos


Editorial Almuzara
ISBN 978-84-18578-34-2
Depósito Legal CO-1397-2020
Autor.
Antonio Nieto del Viso


Juan Vergillos, que nació en Madrid en 1969, Doctor en Filología y licenciado en filosofía por la Universidad de Granada, ha escrito este interesante libro que vamos a comentar, ha sido publicado por
Editorial Almuzara
, dentro de la colección de Flamenco. Serie Ensayo.

A lo largo de 347 páginas encontramos toda una serie de investigaciones que afanosamente ha encontrado en archivos, bibliotecas, centros de documentación, y como novedad ha abierto la puerta de las nuevas tecnologías para completar esta obra con todo lujo de detalles.

El escritor, ilustra, enseña, comparte conocimientos en esta Nueva Historia del Flamenco, que en general nos refresca la memoria, sobre todo a los que llevamos muchos años dedicándonos a este maravilloso arte. Para la generación actual es un nuevo lenguaje actualizado en materia del conocimiento humano.

Como parte general la conocen, o están siendo protagonistas, creo oportuno ocuparme de los temas más novedosos que ve la luz en este inigualable trabajo, en el que hay que adentrarse en su lectura para complementar la formación flamenca.

Para comenzar nuestros comentarios, nos situamos en la página 15 donde dice: “La primera tarea que afronto es la de establecer una clara distinción entre los aires nacionales andaluces o boleros y la escuela bolera. Con esta distinción se elimina una traba fundamental para entender”

Cree el investigador que en Europa occidental encontramos, principalmente, dos manifestaciones dancísticas antes del siglo XX. Una es la que deriva de Marie Taglioni, que hoy denominamos ballet, y la danza española, que en el siglo XVIII y principios de XIX se llamaba bailes nacionales o de palillos, precisamente para diferenciarlo de los de influencia francesa, y que desde mediados de esa centuria se empieza a conocer como bailes flamencos. Acto seguido, en la página 18 propone que el Flamenco surge de los aires nacionales, de palillos o boleros, que fue planteada por Luis Lavalier en los años sesenta y setenta del siglo XX, que ha tenido continuación en la obra de Steingress, Faustino Núñez y su propia contribución que refleja en este libro. Por lo tanto, creo que aquí están las claves de la interpretación que subyace en su exposición, aunque haya estudiado a sus predecesores, que aportaron una gran labor, y el despertar del estudio como disciplina del cante, el toque, y el baile.

Nos detenemos en la página 52, y leemos que, el Flamenco con los datos de que disponemos tiene su origen, en su mayor parte en las danzas tradicionales españolas que se conocen desde el Renacimiento y el Barroco, que si le añadimos la influencia árabe dan lugar a nuestro arte.

Resalta por otra parte que la primera parte de las danzas españolas se encuentran en el Cancionero de Palacio, que es una recopilación de músicas y danzas de finales del siglo XV y principios del XVI. Se trata también, lo referente a la seguidilla, que hoy tiene forma flamenca bajo la denominación de sevillanas. Del mismo modo, encontramos Flamenco en la seguidilla serrana, hoy conocida por seguidilla serrana, la seguidilla liviana, así como la seguidilla gitana, en la actualidad es la seguiriya .

Nos gustaría seguir hablando de este tema en concreto, pero pienso que ocuparía mucho espacio, para eso está el libro, para leerlo muchas veces. Por lo que seguimos avanzando con otros capítulos para formarnos una idea cabal de las nuevas teorías hechas realidad con los estudios y trabajos de los eruditos.

Figura en la obra, lo que en su día dijo Caro Baroja, que lo majo madrileño se alimenta de la inmigración andaluza y manchega. El eje Madrid-Sevilla es fundamental para comprender la vida popular española en los rasgos esenciales.

Es muy ilustrativo leer que, la historia de los palillos o castañuelas, no son un complemento, sino un accesorio del baile: Son instrumentos de percusión que se tocan al tiempo que se baila. Aunque se fabrican de diversos materiales, es la madera lo más habitual, y que sus orígenes se remontan a la antigüedad.

El cambio radical en las castañuelas, ocurre en el siglo XVIII cuando se convierte en parte fundamental de los bailes nacionales o de boleros. Las castañuelas están dentro del Flamenco desde sus orígenes.

En este tema el señor Vergillos difiere de la opinión de Pilar López, que afirmaba que fueron las bailarinas de clásico español las que introdujeron las castañuelas en el Flamenco. Quizá esto sea cierto, para el siglo XX, pero no para el XIX.

Sigue diciendo que, sobre los bailes flamencos, especialmente los del XIX, sin que tengan una relación con estos bailes boleros. Su carácter erótico no es tan importante para el zapateado, elemento hoy fundamental en este período no se bailan estilos tan importantes como la seguiriya, los martinetes, la petenera, o el taranto.

Entre las muchas curiosidades, nos encontramos con la del famoso bolero Luis Alonso, que fue hermano de uno de los primeros cantaores del Flamenco, El Planeta. Una noticia que dio Antonio Barberán basándose en una información de Manuel Bohórquez. Hemos de tener en cuenta que el cante para el baile como técnica surge en las posguerraespañola de 1939. Incluso Guillermo Núñez de Prado en su libro Cantaores andaluces, escrito en 1904, nos ofrece las biografías de Silverio, Chacón, la Trini, el Canario y no utiliza la palabra Flamenco, sino la denominación de cantaores andaluces; incluso hasta “jondo” y nunca flamencos.

El primer documento, en que se recoge la denominación de Flamenco para baile y cantes, es de 1847 en una gacetilla publicada en el diario Espectador que habla de un cantante flamenco que resulta ser Lázaro Quintana, sobrino de Luis Alonso, precisamente al que alude el anónimo autor del cantante del género flamenco.

Finalizamos este especial recorrido histórico explicado con todo lujo de detalles, con la escuela bolera andaluza hoy, donde encontramos uno de los arcanos, cada vez menos enigmático gracias a los hallazgos de los investigadores del origen de la danza andaluza y flamenca en general.

Juan Vergillos, erudito en la materia, ve una clara continuidad entre la escuela bolera y el flamenco escénico en personajes como: Petra Cámara, El Raspao, Antonio el Pintor, y Amparo Álvarez La Campanera, que fue una Sevilla de mi ochocientos treinta y tantos, hija del campanero de la catedral de donde procede su nombre artístico. Su jaleo gitano es el origen de los bailes y cantes por soleares y bulerías, en los que Machado y Álvarez cifra el origen del arte jondo.

El libro Nueva Historia del Flamenco, es una nueva visión con las últimas investigaciones, por lo que resulta muy necesario tanto por su lectura, y como obra de consulta.

Vaya nuestro más sincero reconocimiento reconociendo el tiempo empleado y con el cariño que demuestra Juan Vergillos por el Arte Flamenco,