MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES


Opinión
Rocío Marquez

José Cenizo Jiménez


MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES
(SOBRE EL ESPECTÁCULO “FIRMAMENTO” DE ROCÍO MÁRQUEZ)
Sala Turina de Sevilla. 24 de mayo de 2017.



Quien puede y quiere consigue avanzar, da frutos, aunque, como todo, tenga su lado positivo y su lado menos loable, así como sus defensores y sus detractores. Rocío Márquez presentó el 24 de mayo en la Sala Turina de Sevilla su espectáculo concebido como presentación de su nuevo disco, “Firmamento”, toda una declaración de intenciones. “De la tierra al aire” era el título de un libro de coplas flamencas editado por Gallo de Vidrio, que tuve el honor de coordinar, y desde la tierra, su tierra (Huelva, Sevilla, el mundo) al aire, al firmamento, al universo, se dirige paso a paso, con valentía y poderío, esta cantaora del siglo XXI. La revista “Vogue” publicita un vídeo con Rosalía, no la de Triana -imposible-, sino la de ahora, una que está en candelero, como Rocío, pero por ahora ésta última da más nueces que ruido, su trayectoria es más completa y larga, su capacidad musical y su voz superiores, sus conocimientos -y deseos de aumentarlos- mayores. Que no confundan, pues. Una cosa es Vogue, el escaparate, el gran público; otra la base, la trayectoria forjada con esmero desde lo tradicional a lo experimental, lo heterodoxo o como quieran llamarlo. ¿Por qué no flamenco, arte universal, cambiante, aunque a partir de una base sólida y reconocible? Lo que ha hecho Rocío, dando un paso más que el dado en su anterior disco centrado en el homenaje a su ídolo Pepe Marchena, es flamenco, y del bueno. Ahí están, por ejemplo, los caracoles y su remate espectacular, como el de las seguiriyas, las preciosas y novedosas bamberas con letra de Santa Teresa, la nana cantada con una dulzura embriagadora o los fandangos de Encinasola elevados una vez más a categoría artística por mucho que se originen en el folclore.

Que no hubiera guitarra por ningún lado es lo de menos. Estuvo acompañada por músicos compenetrados con la artista, músicos con fuerza, calidad, entrega (es un espectáculo ver a Antonio Moreno con variados instrumentos de percusión, incluido su propio cuerpo: la percusión es su alivio, su decálogo vital). En todo momento, Rocío segura, potente, artista. Esto es lo que vale: su cante al desnudo, todo voz y sentimiento, que de los dos goza y hace gozar. Lo demás es literatura, incluso los arrebatos contra los puristas en las entrevistas. Es hora de dejar estas dicotomías, pero los propios artistas rompedores, heterodoxos, anunciadores de novedades no pueden caer en la trampa del victimismo cuando no el insulto. Cantando se demuestra todo. Como dijera Caracol: si te ha gustado, pues ya está. Y el espectáculo gusta. Punto. Es el resultado de un trabajo esmerado, dilatado, arduo: búsqueda de nuevos textos, registros distintos de consabidos estilos… Todo esto no se improvisa. Interpretó nana, fandangos, bambera, romance de la Almendrita, minera, alegrías, bulerías, milonga, caracoles, sones de Asturias, tangos, seguiriya y en el bis el famoso “Anda jaleo”. Y luego la intención, loable, esa triple finalidad: la denuncia (del sufrimiento en los pozos mineros, de la contaminación en la ría de Huelva), el homenaje a la mujer, tanto tiempo silenciada (poemas de Santa Teresa, María Salgado, Cristina Rosenvinge, Isabel Escudero o la propia Rocío Márquez), y traer al flamenco sonidos y letras del folclore, del cancionero popular. Gracias porque en su voz suena genial y fresco.

Mucho ruido pero muchas nueces, aunque en algún momento tengamos sentimientos encontrados y pidamos más sosiego, menos instrumentación alrededor; por ejemplo, en el remate de caracoles, y sobre todo de la seguiriya, bravo y poderoso, hubiera tenido más desnudez y efecto silenciar el acompañamiento y dejar la voz libre, a cappella, o a nosotros así nos lo parece. Cuestión de gustos, pero también de no estorbar o tapar lo fundamental.
Espectáculo bien iluminado y con buen sonido, artistas de altura, cantaora con inquietud y capacidades, éxito de público… Rocío es Rocío, empieza a hacerse grande… Y conocida, y eso no es malo, ni para ella, claro, como antes otros (Caracol, Camarón, Morente, Mercé…), ni para el flamenco, pues flamenco es lo que hace, reconocible perfectamente, en este espectáculo, presentación del CD “Firmamento”, una apuesta rica, reivindicativa, poética, de calidad interpretativa y musical.