Esperanza Fernández Canta a José Saramago
Dirección musical. Dorantes
Colaboración especial. Pastora Galván
Aunque la grabación de este Cd. data de finales del 2013 y comienzos del 2014, hasta ahora no nos había llegado a nosotros. Pero no importa, es prácticamente una novedad, por lo que podemos tomarle el pulso al flamenco unido a las nuevas tendencias que podemos clarificar con una detenida audición.
A través de una perfecta producción, la música, el cante, la voz, y la poesía del gran José Saramago, Premio Nobel de Literatura, la extraordinaria cantaora Esperanza Fernández ha sabido darle vida a la palabra escrita por el escritor portugués, que vivió sus últimos años de vida en Andalucía.
Por lo que hemos podido comprobar, este trabajo contiene flamenco, canción ligera, y el mestizaje con otros movimientos del otro lado del Atlántico, y que poco a poco ha pasado a formar parte en nuestras vidas. Es normal escuchar el cante bajo la batuta de otros modos de expresión, que en algunos casos resulta interesante, y en otros; no tanto. Por eso los críticos tenemos la obligación de adentrarnos en toda la temática musical para así, poder emitir un juicio objetivo para esos aficionados que la mayoría de las veces nos preguntan desorientados hacía dónde va el flamenco.
En mi opinión, el flamenco como tal perdurará siempre, pero el mestizaje y el experimentalismo es un poco pronto para historiar sus consecuencias.
Según mi leal saber, con respeto como siempre lo hago, hemos escuchado una voz de mujer extraordinaria, y muy bien acompañada musicalmente para ensamblar los poemas sincronizados, en este caso, el garrotín que resulta la introducción comercial muy agradable al oído de todos los públicos.
Arte, mensaje, y sentimiento, se han sabido conjugar para un cante de Triana en forma de martinetes que están dentro de la genética de Esperanza Fernández, que ha sabido revitalizar lo que crearon sus antepasados cantaores y toreros.
El corte tres, y otros aquí contenidos, no es flamenco por mucho que nos esforcemos en su análisis. La cantaora ha abierto el abanico de sus sabias facultades para demostrar que es polifacética, así queda patente en este tango argentino.
Encontramos pasaje de puro trámite, sin pena ni gloria que induce a desviar la atención del oyente. Lo subjetivo de esta intérprete, en este caso apartándose de lo original, es justo reconocer que esto pueda atraer a nuestra parcela cultural del flamenco a otras personas que no han tenido la oportunidad de escucharlo.
En los tangos ha arriesgado mucho con unos matices dignos de admiración, ya que deja su patente su capacidad general para afrontar sin dificultad el cantar en cualquier disciplina musical.
A mi juicio, lo mejor de todo está en sexto lugar, una malagueña de La Trini reforzada con su personalidad. Sin embargo, desluce el recorrido con la jabera y la bandola a un ritmo muy rápido, tanto que hasta resulta estridente escucharlo. Los cantes abandolaos tienen un ritmo sincrónico inigualables. Aquí, parecen más unas bulerías que unos cantes de Málaga.
Los cortes siete, ocho, nueve y diez, son una solución de continuidad dentro de la canción ligera con algunas querencias al flamenco, eso sí, destacamos una vez más la grandeza vocal y sentimental de Esperanza Fernández completa a todos los efectos.
Destacar por último, la excelente música de David Peña Dorantes triunfal acompañando a esta artista trianera que atraviesa el mejor momento de su vida como mujer y como artista.
Nosotros expectantes, nos quedamos prestando la máxima atención a todo lo nuevo que gira alrededor del arte flamenco.
Dirección musical. Dorantes
Colaboración especial. Pastora Galván
Aunque la grabación de este Cd. data de finales del 2013 y comienzos del 2014, hasta ahora no nos había llegado a nosotros. Pero no importa, es prácticamente una novedad, por lo que podemos tomarle el pulso al flamenco unido a las nuevas tendencias que podemos clarificar con una detenida audición.
A través de una perfecta producción, la música, el cante, la voz, y la poesía del gran José Saramago, Premio Nobel de Literatura, la extraordinaria cantaora Esperanza Fernández ha sabido darle vida a la palabra escrita por el escritor portugués, que vivió sus últimos años de vida en Andalucía.
Por lo que hemos podido comprobar, este trabajo contiene flamenco, canción ligera, y el mestizaje con otros movimientos del otro lado del Atlántico, y que poco a poco ha pasado a formar parte en nuestras vidas. Es normal escuchar el cante bajo la batuta de otros modos de expresión, que en algunos casos resulta interesante, y en otros; no tanto. Por eso los críticos tenemos la obligación de adentrarnos en toda la temática musical para así, poder emitir un juicio objetivo para esos aficionados que la mayoría de las veces nos preguntan desorientados hacía dónde va el flamenco.
En mi opinión, el flamenco como tal perdurará siempre, pero el mestizaje y el experimentalismo es un poco pronto para historiar sus consecuencias.
Según mi leal saber, con respeto como siempre lo hago, hemos escuchado una voz de mujer extraordinaria, y muy bien acompañada musicalmente para ensamblar los poemas sincronizados, en este caso, el garrotín que resulta la introducción comercial muy agradable al oído de todos los públicos.
Arte, mensaje, y sentimiento, se han sabido conjugar para un cante de Triana en forma de martinetes que están dentro de la genética de Esperanza Fernández, que ha sabido revitalizar lo que crearon sus antepasados cantaores y toreros.
El corte tres, y otros aquí contenidos, no es flamenco por mucho que nos esforcemos en su análisis. La cantaora ha abierto el abanico de sus sabias facultades para demostrar que es polifacética, así queda patente en este tango argentino.
Encontramos pasaje de puro trámite, sin pena ni gloria que induce a desviar la atención del oyente. Lo subjetivo de esta intérprete, en este caso apartándose de lo original, es justo reconocer que esto pueda atraer a nuestra parcela cultural del flamenco a otras personas que no han tenido la oportunidad de escucharlo.
En los tangos ha arriesgado mucho con unos matices dignos de admiración, ya que deja su patente su capacidad general para afrontar sin dificultad el cantar en cualquier disciplina musical.
A mi juicio, lo mejor de todo está en sexto lugar, una malagueña de La Trini reforzada con su personalidad. Sin embargo, desluce el recorrido con la jabera y la bandola a un ritmo muy rápido, tanto que hasta resulta estridente escucharlo. Los cantes abandolaos tienen un ritmo sincrónico inigualables. Aquí, parecen más unas bulerías que unos cantes de Málaga.
Los cortes siete, ocho, nueve y diez, son una solución de continuidad dentro de la canción ligera con algunas querencias al flamenco, eso sí, destacamos una vez más la grandeza vocal y sentimental de Esperanza Fernández completa a todos los efectos.
Destacar por último, la excelente música de David Peña Dorantes triunfal acompañando a esta artista trianera que atraviesa el mejor momento de su vida como mujer y como artista.
Nosotros expectantes, nos quedamos prestando la máxima atención a todo lo nuevo que gira alrededor del arte flamenco.