Mi Herencia Trianera


Discos Flamencos
Paco Taranto
Fonoruz 2016
Antonio Nieto Viso


Mi Herencia Trianera
Paco Taranto
Flamenco y Universidad Volumen XXXIII
Año 2016
Autor. Antonio Nieto Viso


En esta ocasión, nos ocupamos del último trabajo discográfico del cantaor Francisco Álvarez Martín, que artísticamente fue conocido como Paco Taranto, que nació el año 1940, y que falleció el 2 de Septiembre de 2016.

Paco Taranto, está aquí acompañado por la guitarra de Pedro Sierra, la percusión del Tato, las palmas de Joaquín Lérida; y los coros de Toñi Fernández. Antes de proseguir, decir que, se nota la carga de los años en la voz del cantaor, pero también destacamos la sabiduría, y el duende en unos cantes perfectamente ejecutados.

Gracias a la gentileza de don Rafael Infante, seguimos disfrutando y compartiendo con todos ustedes de un Flamenco que cada vez nos sorprende, tanto por la cantidad, como por la calidad de tantos artistas que nos han dejado su testimonio en esta serie antológica.

Paco Taranto, con sus setenta y seis años, nos regaló unas rumbas en aires de bulerías, que nos recuerda el estilo de Bambino. Es la ocasión para reconocer las bellas intervenciones en los coros de Toñi Fernández.

Los ocho cortes que contiene este trabajo están dedicados a Triana, un terruño que tiene su soniquete particular, que ahora lo percibimos en la seguiriya de Cagancho expresada con todo el sentimiento, aunque las facultades están bastante mermadas.

En tercer lugar, están comprendidas una selección de soleares de Triana, que el buen aficionado sabe apreciar las formas eclécticas de los destacados intérpretes de esta modalidad.

Nos refresca la memoria en los tangos según nos lo dejó la Niña de los Peines, que sigue con el Titi, al que le rinde justicia y homenaje a un cantaor poco conocido, pero que es fundamental para Triana.

Es bueno y necesario el escucharle a Paco Taranto la soleá apolá, estilo poco usado por los artistas debido a su dificultad y al desconocimiento. Para salir airoso en la soleá apola hace falta modular el arco sonoro para conseguir el dominio, y con el que sea las sensaciones de escalofrío con el debido conocimiento.

Para la historia quedan los tanguillos de Triana. La gracia, el compás, y la temática del mensaje quedan dentro de un ritmo que consigue el toque de Pedro Sierra.

Otro tipo de soleares de Triana que volvemos a disfrutar de nuevo es la recreación del Pinea (sic) que no recuerda a maestros que marcaron una época. Aquí queda patente que la transmisión oral en el Flamenco funciona, además con la importancia añadida de unas letras que llaman la atención por la filosofía natural del cantaor de un sentir popular que encierra verdades como puños.

Por fandangos naturales expresa la nostalgia de una Triana que se vivió, y que poco a poco se va diluyendo en el tiempo.

La lectura sonora del testamento de Paco Taranto finaliza con un cante por martinete de este singular barrio de Triana que está situado a la otra orilla del Guadalquivir con su genuino eco inconfundible.

Paco Taranto es un eslabón necesario de la memoria de los últimos artistas que han sabido cantarle a Triana. Cadencias, que si Dios no lo remedia se perderán para siempre.