Me voy contigo


Discos Flamencos
Remedios Amaya
Hispavox, 1997
Pablo San Nicasio Ramos


Reaparecía La Camarona de Triana tras su naufragio en Eurovisión. Y lo hacía a lo grande, embarcándose en uno de los proyectos más exitosos que se recuerdan en el flamenco de la segunda mitad de los noventa.
Momentos que hoy nos parecen, y no sin cierto fundamento, de la Prehistoria de este arte. En esta época se empezaba a tener conciencia de las posibilidades comerciales del flamenco. Si hasta la fecha solo Paco de Lucía y Camarón de la Isla habían sido los únicos que, de forma relativamente continua, habían removido las listas para hacer hueco al buen flamenco; en estos tiempos, aquellos, ya se empieza a notar que las discográficas se interesan por proyectos que no tienen por qué significar exclusivamente pop aflamencado o mal cante.

No es que este trabajo sea algo rompedor o de una categoría fuera de lo normal, pero sí abre algo los oídos a los no iniciados en las veredas del cante, aunque este sea predominantemente festero.

“Me Voy Contigo” son nueve temas, con cinco cantes diferentes. Hay tres bulerías, dos tangos, una rumba, tanguillos y, Oh sorpresa, unos jaleos extremeños.

Una fórmula ideada por Manuel Ruiz “Queco” y Vicente Amigo. Los compadres cordobeses. Dos titanes a la hora de crear “pelotazos” flamencos y de todo tipo. Aserejé.

Este “Me Voy Contigo” marcó un gol de ciento cincuenta mil copias y lanzó al estrellato a una cantaora que llevaba más de una década sin dar muchas noticias de su arte. Cualidad acreditada por otra parte en Remedios Amaya. Artista, queda dicho, que cogería carrerilla a partir de este punto.

Disco que no sólo compitió en “Radiolé” o en la “Dial”. Hasta en los “Cuarenta Principales” se ponía la octava pista: el “Turu Turai”.

La composición de los temas corrió a cargo sobre todo de los autores antes citados, aunque los hermanos Salazar, Pepe de Lucía y Javier Limón (ya andaba por aquí) también se hacen cargo de parte del trabajo.

A mi juicio lo mejor de este disco se lo lleva la guitarra de Vicente y la preciosa interpretación de Remedios con el guitarrista en los jaleos que cierran el disco. Eso, y la nana de propina que Remedios utiliza para echarse a dormir, la fama estaba criando en su figura.

Son cuarenta minutos de música del mismo corte e intenciones. Flamenco y fiesta de ritmo parecido y letra pegadiza que dieron pie a que otros aprendiesen la lección y se adentrasen en terrenos inexplorados pero mucho más atrayentes para sus carreras.

Vicente Amigo, con sus treinta años recién cumplidos se consolidaba aquí como una primera referencia en todos los niveles flamencos, interpretativo, creador, productor… El de Guadalcanal se convierte a partir de “Me Voy Contigo” en uno de los puntales que marquen el devenir del flamenco que se conozca más allá de tablaos y peñas.