David Zafra es en la actualidad, sin duda, el pintor de motivos flamencos más reputado que tenemos en el panorama nacional. Esta reputación se justifica por su basta obra y por su gran calidad.
Nos vuelve a regalar un libro con diversas colaboraciones de amigos y un número considerable de preciosas láminas que giran en torno a la figura de la gran bailaora Mariquilla. Y es que la belleza de esta bailaora, su plasticidad, su arte, han despertado la inspiración de David, que de forma magistral ha sabido transmitir en sus cuadros a una Mariquilla llena de fuerza, de profundidad y de belleza.
Si la bailaora ha sabido llegar a la madurez siendo bella, siendo flamenca, siendo bandera y espejo de muchas jóvenes, Zaafra la ha parado en el tiempo. Justo lo que le faltaba, dejar de envejecer para ser siempre nuestra, tal y como ha sabido serlo hasta ahora, siempre joven, siempre ahí, como el mismo Sacromonte, como Mariquilla de Graná y real a través de los ojos del maestro Zaafra.
Nos vuelve a regalar un libro con diversas colaboraciones de amigos y un número considerable de preciosas láminas que giran en torno a la figura de la gran bailaora Mariquilla. Y es que la belleza de esta bailaora, su plasticidad, su arte, han despertado la inspiración de David, que de forma magistral ha sabido transmitir en sus cuadros a una Mariquilla llena de fuerza, de profundidad y de belleza.
Si la bailaora ha sabido llegar a la madurez siendo bella, siendo flamenca, siendo bandera y espejo de muchas jóvenes, Zaafra la ha parado en el tiempo. Justo lo que le faltaba, dejar de envejecer para ser siempre nuestra, tal y como ha sabido serlo hasta ahora, siempre joven, siempre ahí, como el mismo Sacromonte, como Mariquilla de Graná y real a través de los ojos del maestro Zaafra.