Luz de alba


Discos Flamencos
Tina Pavón
Solmag, 2007
Marcos Escánez Carrillo


Tina Pavón es una cantaora clásica, con una larga experiencia sobre los escenarios y una interesante trayectoria. Una artista con numerosas inquietudes que en este, su último trabajo, ha sabido conjugar su afición a la literatura con su gran debilidad: el Flamenco.

“Luz de alba “ es un disco-homenaje a la obra poética de Juan Ramón Jiménez, con motivo del cincuentenario de la concesión del Premio Nobel de literatura.

Pensé en un principio en utilizar para esta reseña la presentación que José Antonio García incorpora en el tríptico del disco, en el que analiza con bastante profundidad las letras seleccionadas para cada uno de los cortes, pero finalmente he descartado la idea porque el aspecto musical y creativo de Tina queda diluido en el texto con la fuerza literaria del autor, y sinceramente, no sería justo no tratarla en esta reseña.

“Platero y los niños” son unos tangos intimistas, con bonito estribillo que sirve de apoyatura, además, en el desarrollo melódico. Con música de Paco Cruzado y letra de Ana Reverte y su hermano Andrés Zamora. Tina despliega su buen gusto en este palo, y resuelve con sencillez y flamencura, aunque algo forzada.

Almoraduj es otra cosa; una bujería melodiosa y suave. Tina se deja llevar por esta “Balada de Primaver” publicada en 1910, natural y cadenciosa, con moderna instrumentación y matices jazzisticos.

El viaje definitivo es un poema agreste de 1912, en el que Tina vuelve a adentrarse en el compás de bujería, aunque musicalmente tiene poco que ver con el concepto del palo. Más cerca de la copla, busca un desarrollo pausado que nada se ajusta al ritmo, pero que Paco Cruzado sabe cuadrar.

Sigue “El valle” referido a Moguer, un cuadro pintado en verso. Un valle del Moguer de Juan Ramón Jiménez para el que la cantaora sabe convertirse en idílico lienzo. ¿Acaso podemos obviar lo que nos configura como lo que somos, nuestra infancia, nuestras vivencias más profundas, aquellas que nos desvelan el mundo?.

La “Fuente vieja” es cantarle al Platero por seguiriyas. Un cante donde se fusiona el espíritu del folclore lorquiano con la tradición enraizada. Un concepto cercano de Cádiz y que sobrevuela montes y ríos de la serranía.

La versatilidad cantaora de Pavón es una garantía de variedad y buen gusto. “Por tanta cuesta de tierra” se traduce en colombiana en la voz de nuestra artista. Apropiado palo, -ida y vuelta- para un poema parido al otro lado del océano atlántico. Un cante hecho de requiebro y mucha intuición musical.

Y Cádiz, alegrias… “El corazón en el viento”, creando tensión, aunque con una voz difícil para tal empresa, con excelente conocimiento y empaque, da paso al cante por guajiras, escaso en la nómina de nuestro actual panorama. Otro poema concebido en Estados Unidos, al que Tina Pavón incorpora elementos poco comunes que gozan de cierta originalidad para rematar con originales tonos aguajirados de origen cubano.

Del libro “Pastorales” extrae “Sobre la luz de la tarde”, que la cantaora ve como granaínas, con una extraña forma de templar, y que luego recoge magistralmente. Lo mismo que con la taranta “Anda el agua de alborada”.

“Fresno primero” es una malagueña que bien podría haberse creado pensando en esta clave musical; a pesar de pertenecer al libro “Una colina meridiana”, y que Tina borda acordándose de Baldomero Pacheco y remate con formas chaconeras.

De “Jardines lejanos”, publicado en 1904, nos regala la cantaora la soleá titulada “Jardín galante”, medida y ligada, clásica y locuaz, variada y completa.

Un disco-homenaje que aparece con el sello Solmag, con tres temas distintos a los que presentaba este trabajo en una edición anterior y esencialmente limitada; y una cantaora imprescindible en el panorama actual del flamenco, que aglutina en sus formas la estética “recortaíta” de Cádiz, el gusto exquisito de Málaga y la ausencia de prisa de Huelva.

Este disco no viene a descubrir nada que no supiéramos ya de Tina Pavón, pero quizá nos invite a considerar que existen aún determinados maestros a los que debemos poner oído para entender que una evolución natural no tiene por qué estar sujeta a las modas vigentes.