Letras del arte jondo


Libros
Ginés Jorquera
Ed. Comares, 2021
José Cenizo


Ginés Jorquera, Letras del arte jondo en el curso de la lírica tradicional hispana, Granada, Comares, 2021

HOMENAJE Y REENCUENTRO CON GINÉS JORQUERA

José Cenizo Jiménez

Génesis García, la prestigiosa investigadora y coordinadora de la colección de flamenco de editorial Almuzara, se ha encargado de la edición de Letras del arte jondo en el curso de la lírica tradicional hispana,un reconocimiento a la figura del gran aficionado al flamenco Ginés Jorquera, fallecido en 2020 a los ochenta y ocho años. A su labor política (fue secretario general en los ayuntamientos de La Unión y de Cartagena, y secretario durante trece años en la Asamblea Regional de Murcia) suma su inquietud humanista, interesado por el arte (en la obra veremos algunos dibujos suyos), por el flamenco, por la poesía y por la cultura en general.

El título es muy acertado, pues señalar lo de “en el curso de la lírica tradicional hispana” enmarca muy bien la raíz y sentido de la lírica del flamenco, en este caso de las letras o coplas flamencas.


La presentación de su obra corre a cargo de la propia Génesis García, así como de José Javier León y José Martínez Hernández, autores conocidos en el ámbito de la bibliografía flamenca. Génesis García recuerda que para Ginés Jorquera las letras flamencas eran para ser cantadas; si no, se quedaban en una especie de autismo del que debe liberarla la voz del cantaor. También destaca el compromiso social de muchas de sus creaciones y cómo guardaba “un sitio siempre especial por el flamenco gitano, sin ningún filtro ni reserva que empañara su entrega”. José Javier León, por su parte, hace hincapié en que sus mayores logros están en las letras de cantes mineros y además nos hace notar cómo se inspira en fuentes cultas como Quevedo o Cervantes, explícitamente apuntadas en algunas secciones del libro. Y José Martínez Hernández titula su intervención “Sabiduría jonda” y hace un recorrido por el mundo poético del autor, con temas como el amor, el desamor, la muerte, lo social, lo metafísico, etc.

A continuación, entramos ya en las creaciones de Jorquera, divididas en los capítulos “Por los palos del flamenco” (seguiriyas y tonás; soleares; bulerías; fandangos; malagueñas, granaínas y peteneras; tientos tangos; romances; y por Cartagena y las minas); “Quejíos jondos por lo social” (las Cortes de Cádiz, los cantes mineros, la libertad…); “Salmos, proverbios, pasión muy honda” (de temática religiosa); “Puertas adentro” (nanas, soleares, o las intensas “Letras a tono con la perra vía”); y, por último, “A Camarón de la Isla, José Menese y Francisco Moreno”), homenaje a estos artistas del cante y, en el caso del último, de la pintura y de las letras flamencas, a la vez que recuerdo de vivencias personales en sitios tan flamencos como La Puebla de Cazalla. Se complementa con “Notas biográficas de los colaboradores” y “Agradecimientos”, y todo el libro está recorrido por numerosos dibujos de autores diversos, incluido el propio Jorquera.

Como vemos, el repertorio de sus letras flamencas es variado en estilos o palos flamencos y en temática y enfoque. Unas oportunas notas a pie de página explican algunas cuestiones cuando se hace necesario. Para despedirnos del libro y de su autor, gran pérdida para el flamenco y los flamencos, elegimos algunas de sus composiciones, a veces con un humor muy fino:

Ve a la ermita esta tarde,
y te daré agua bendita
cuando no mire tu madre.

Por lo mucho que roneas,
tienes más humos, primita,
que catorce chimeneas.

No acabo yo d´entender
que Dios m´echara a este mundo
sin explicarme pa qué.

El cielo y la tierra
se han puesto de acuerdo,
y los dos me condenan pa siempre
a vía de perros.

Con los nueve mal cumplíos,
me han quitao de la escuela,
a la mina me han traío
y en el rumbo me han subío
pa darle a la manivela.

Mira que no puede ser
caminar sobre las brasas
sin que se abrasen los pies.

Enhorabuena, pues, a Génesis García por esta edición tan merecida para un hombre cabal, un aficionado flamenco de primera. En la memoria queda y quedará.