Leilah, bailaora sorpresa del 2009


Reportaje
Jorge Sánchez


Me veo con la bailaora a charlar y tomar un “blanco y un café” en la madrileña plaza del 2 de Mayo, barrio de Malasaña, poco flamenco y mucho de underground.




  • Leilah, bailaora sorpresa
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El pasado mes de Junio con ocasión del Festival “Flamenco Pa´Tos, que organizan los sin pares Gomaespuma, tuvimos la ocasión de verla actuar. Fue un día con un programa completísimo. Y muy femenino. Carmen Linares, Marina Heredia y el baile de Eva Yerbabuena. ¿quieren más?. Imposible. Pues sí. Nos esperaba la sorpresa, presentada por el gran poeta Félix Grande. Su nombre, Leilah Broukhim.

Aquel día parecía destinado al triunfo. La Sala expectacular del Colegio de Médicos, rebosaba de gente. Había expectación por ver a las grandes. Empezó a sonar la armónica de Diego Villegas. Maravillosa. Y aparece una bailaora joven. Distinta. Camina con expresiones únicas. Movimientos raciales, auténticos. Flamenco vibrante. Reposa. Siente. Toda ella es flamencura. No se oyen los cantes ni toques. Ojos y oidos solo para ella. Rugió el público. Puesto en pie, vivas, olés y el triunfo.

Lloraba en su camerino. Temblaba. Sudor frío. Su madre no daba crédito. Entre el público se rumoreaba su nombre. Ángel Vega, gran aficionado, me decía “había momentos que me recuerda a Carmen Amaya”. Y Félix Grande me repetía lo mismo en los pasillos. Pero ¿era para tanto?. ¿De donde había surgido esa muchacha?.

Hace unos años, me llamaron del Patas, para que fuera a ver una chica nueva. Se subía por primera vez a ese tablao. Y me encontré con una chica seria, muy seria, a la que no me canso de repetirla que sonría, pero ella erre que erre. Responsabilidad. El público, el tablao, merece lo mejor. Y ella lo sabe. Allí estaba su padre, algo confundido, pero parecía feliz. Luego vinieron otras actuaciones, el trabajo del día a día. Los esfuerzos del aprendizaje, la dureza para trasmitir el Sentimiento y el Arte. Todo para llegar al 25 de Junio de 2009.

Cine y Flamenco

Pues aquí estamos, conversando en la taberna de “Pepe Botella”.

Leilah nace en New York hace 31 años. Sus padres son iraníes y judíos sefardíes. Su padre se crió en Teherán (Irán) y se traslada a América y su madre en Italia. Estudia cine y dirección en la universidad de Columbia. Dá español en el Liceo Francés y con su profesora van a ver el Ballet Nacional de España, con Lola Greco en “Medea”. Allí empieza a sentir “algo” en las “entrañas”. Ingresa en las academias “Ballet Hispánico” y luego en “Fazil´s”, con José Molina y La Meira.

La Repompa de Málaga, viviá allí y Raquel, su hija, le da unos cursillos y ya toma su gran decisión: Deja el cine y se viene a Madrid. Vive en el barrio de Lavapies.

Se va a Sevilla a ver toda la Bienal y aprovecha para estudiar con los Farrucos.

De vuelta a Madrid, ingresa en “Amor de Dios”, con Maria Magdalena, Manuel Reyes y Rafaela Carrasco, con la que tiene un especial agradecimiento.

Tras varias idas y venidas en el eje Madrid-Sevilla , su vuelta a New York, y un trabajo en Nuevo México. Actúa por primera vez en el tablao “Las Brujas” de Sevilla. En Madrid, en el Corral de la Morería, el Corral de la Pacheca y en la compañía de Rafael Amargo.

En el 2006 actúa en Casa Patas con Oscar de los Reyes. En Barcelona lo hará en El Cordobés. En el 2007, baila “Meridiana” con Javier Barón, en Jerez. Mientras sigue
trabajando en la tienda flamenca de Flamenco-Word.

Para la Casa Sefarad-Israel hace un video promocional.

A partir del 2009

En Mayo de 2009 estrena “Enlazados”, en el Teatro Juan Bravo, de Segovia, dentro de unas jornadas sobre la judería. Este es su proyecto a seguir, junto con otro que une serfardies y persas, y en la que su madre, gran artista pictórica, tiene un hueco muy importante. Acaba de llegar de América llena de ilusión y ganas.

Sobre sus gustos musicales me cuenta que admira a Farruquito y Eva Yerbabuena, con la que estuvo de alumna y cuenta maravillas. Oye flamenco de Camarón, Indio Gitano, Mairena, la guitarra de Paco. Y lo combina con toda clase de música, pero sobre todo, lo que más quiere es el hit-hop.

Pero antes de despedirnos, todavía se acuerda de aquel día de Junio, de como le ha cambiado todo, de esa “solea” que estuvo a punto de llorar, del cariño de la gente. Y pienso según me voy del barrio, que esta bailaora repetirá muchos días aquellas sensaciones. Y lo hará por el bien del Flamenco.