La Alameda sevillana


Discos Flamencos
V.V.A.A.
Pasarela, 2005
Loco Mateo


La Alameda de Hércules es una creación de un Conde en 1574, que pobló de árboles y fuentes unos terrenos pantanosos. Un espacio abierto en pleno centro de Sevilla, que está rodeado de Álamos, de donde recibe parte de su nombre.

La Alameda de Hércules, nombre flamenco con el que se conoce ese lugar. Fue el centro neurálgico del flamenco sevillano, allí se concentraba la esencia del arte flamenco a finales de los años 30. Próximo a la Alameda estaban los cafés cantantes, los cuartos y reservados, donde se juntaban los cantaores hasta las claras del día. Allí se profesionalizó el cante.

En la Alameda se forjaron muchos cantaores que se encuentran recogidos en la obra que nos presenta el Ayuntamiento de Sevilla “La Alameda Sevillana. Crisol del Cante flamenco”. Analicemos… ¿por qué crisol del cante flamenco?

Un crisol es un recipiente donde se funden los metales, donde se fundieron los metales del Chocolate, que con nueve años cantaba en las reuniones, locales y fiestas de la Alameda, de Vallejo que con 15 años frecuentaba el Bar del Pinto, donde alternaba con la Niña de los Peines, la cual tiene un monumento en la Alameda. Allí se fundieron metales como el de Tomas Pavón…, allí alternaba Mairena hasta la madrugada…, allí nació Manolo Caracol.

Reuniones y fiestas en las que se juntaban los mejores cantaores que hasta el momento ha dado el flamenco. Reuniones que eran el crisol del flamenco, fiestas donde se fundieron los metales de Pastora, de Vallejo, de Pies de Plomo, de Tomas, de Pinto, de Mairena, de Carbonerillo, de Caracol y tantos otros. Crisol de esencias.

En definitiva, como canta Marcelo Sousa, crisoles mas firmes que las columnas de la Alameda, Hércules del flamenco como Pastora, Vallejo, Tomas y leones como Mairena o Caracol, rodeándose unos a otros con el hierro y los metales de sus voces.

Crisol donde todos ellos se fundieron.