JOSÉ VALENCIA
SABER CANTAR HASTA EN LATÍN
NEBRISSENSIS
REAL ALCÁZAR DE SEVILLA, BIENAL DE FLAMENCO, 22-9-2022)
JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ
En la Bienal de este año 2022, de casi normalidad por fin, ha presentado en el Real Alcázar de Sevilla (en un precioso patio con historia y belleza) un peculiar y novedoso espectáculo, “Nebrissensis”, dedicado a la figura del lebrijano Elio Antonio de Nebrija, autor de la primera Gramática de la lengua castellana, publicada en 1492, humanista al que debemos reconocimiento por su labor y del que se cumplen quinientos años de su fallecimiento.
Valencia ha trazado un proyecto que aúna flamenco y teatro, todo en dosis bien repartidas (por fortuna, más de flamenco, claro) y en una exposición breve, hora y poco. La parte interpretativa la lleva el propio cantaor de la mano directora de un experto de primera, José Luis Castro, sevillano del mundo del teatro con larga y acreditada experiencia. Los textos han sido preparados por Casto Márquez y han contado con el asesoramiento, para la parte de textos en latín, del profesor José María Maestre. La puesta en escena es sobria, invitando a conocer el ambiente de trabajo de Nebrija. Acompañan al cantaor, en la parte musical, las guitarras de Juan Requena y Pedro María Peña, la percusión de Manu Masaedo y las palmas de Juan Diego Valencia y Luis Cantarote “El Lúa”, un cuadro notable en el que destacamos especialmente las composiciones de los guitarristas, de buen gusto y creatividad, sobre todo con unos trémolos llenos de belleza e intimismo que nos encantaron.

Foto: Silvia Ruiz Caro para la Bienal de Sevilla.
No se sale Valencia del sustrato de lo tradicional por mucho que las letras sean nuevas, e incluso cante en latín la nana y la petenera, y así, aparte de los estilos citados, tenemos el placer de adentrarnos en alegrías y cantiñas, bulerías, tangos o, lo más sobresaliente para nosotros, el romance “parao”, a tempo lento, lleno de fuerza y entrega. También muy notable el canto y cante final con demostración en las letras del gran amor a Lebrija. Todo reconocible y ajustado. José Valencia no defrauda por su aportación de letras nuevas y de melodías o enfoques, por su fuerza, su poderío, su apasionada voz, aunque el exceso de tonos altos pueda abrumar o no siempre poder entender las letras pueda molestarnos. Un homenaje jondo, en fin, al gramático ilustre por parte de un “paisano” también ilustre, cada uno en lo suyo. Esperemos que pueda volver a ofrecer en otros lugares este espectáculo y que no se quede sólo en algo para la Bienal pues lo merece por la calidad musical y por acercarnos al aspecto más poético y humano del gran humanista.