Jerez en el Recuerdo
Cantaoras Jerezanas de Principios del Siglo XX
Flamenco y Universidad Vol. XLIX
Marita Ediciones SE 1533-2017
Autor. Antonio Nieto Viso
Las cantaoras, María Valencia la Serrana, la Pastora, Luisa Requejo, Luisa la Pompi, Niña de Jerez, Luz Divina la Jerezana, Milagritos la Macarena, y Adela López, conforman los dos Cd. del Volumen XLIX de la prestigiosa serie Flamenco y Universidad. Estamos ante documentos, en los que a lo largo de cuarenta y dos cortes recorremos todo un período de principios del pasado siglo, que para los estudiosos y público en general, descubrirán y conocerán los matices que nos han llegado merced al avance de las nuevas tecnologías.
Vamos a ocuparnos del primer Cd. donde en los cortes del uno al cinco está la voz de la Serrana, que se llamó María Josefa Cayetana Valencia Rodríguez, que nació en Jerez de la Frontera en 1863, y murió en Sevilla el año 1940. Fue nada más y nada menos que, hija del gran Paco la Luz.
La Serrana, nos dejó seis discos de pizarra que fueron grabados en año 1909 en la casa Odeon, en los que podemos escuchar una saeta muy rica artísticamente, en mi opinión, una auténtica joya ilustrativa con el acompañamiento de banda de cornetas y tambores. El guitarrista que le acompaña en los cantes fue Juan Gandulla Habichuela (no confundir con Juan Carmona Habichuela).
Las dos seguiriyas, comprendidas en el corte dos y cinco, corresponde al estilo jerezano del Loco Mateo, inspiradas en las escuelas jerezanas de ese tiempo.
Con la conocida letra lucentina “De la Santa Caridad” ennoblece unos fandangos de Lucena con un gran conocimiento que se asemeja a la ejecución actual, conservando el cante pequeños restos de la malagueña. Sorprende muchísimo que una jerezana cantara muy bien estos estilos lucentinos, por lo que nos da una idea de la formidable artista que fue, y se aprecia aún más en el cierre del remate con restos de la malagueña.
De todo lo escuchado a la Serrana, resulta muy atractivo sus soleares de Utrera que nos dejó Mercedes la Serneta, completa con el tercio del Mellizo.
En el espacio comprendido entre los cortes seis al trece, están los cantes de la Pastora, artista de la que desgraciadamente se sabe muy poco; solo su legado discográfico que nos dejó en la firma Odeon en el año 1911 es lo único que sabemos hasta ahora, también se ignora el guitarrista que le acompañó.
De entre todo lo de esta obra, destacamos los tientos, que nos sorprenden por su gran parecido en la voz con la de la Niña de los Peines.
Nos detenemos en unas bulerías muy bien ajustadas que completa a la perfección con una fiesta jerezana. Pocas veces hemos escuchado como en este caso, unas soleares de Triana según la creó Cagancho adornado con un tercio de la Serneta.
Le apreciamos a la Pastora una bella farruca con los parámetros de la actualidad, por lo que deducimos, que este estilo ha evolucionado muy poco. Resultan muy llamativas sus clásicos tangos, que conocemos más, gracias a la labor difusora de Manolo Mairena. En la misma línea de calidad y de buen gusto está la petenera de Medina. Nos deja un buen sabor flamenco en su despedida con la malagueña de don Antonio Chacón, aunque está más cerca del estilo de la Trini, que cuadra con la cartagenera chaconiana.
Podemos decir con toda seguridad, que lo mejor de este primer Cd. lo encontramos en los nueve cantes de Luisa Requejo. Son documentos grabados el año 1928 para la casa Gramófono, se nota, y mucho, que estuvo acompañada por el gran don Ramón Montoya a la guitarra.
Luisa Requejo, nació el año 1898, y murió en Madrid el 5 de Febrero de 1940. Luego, fue nueve años más joven que la gran Niña de los Peines. Decimos esto, porque en algunos de sus cantes se le aprecian las influencias de Pastora. Grabó con treinta años, por lo tanto, en plenitud de facultades con un arte de superior categoría.
De su rico repertorio, lo primero que nos emociona, son unas soleares de Cádiz bajo las influencias de Pastora, como ya he dicho en el párrafo precedente. Está sensacional en la malagueña grande de don Antonio Chacón. Lo mismo decimo de las bulerías jerezanas, quepodemos catalogar como antológicas.
Luisa Requejo, nos demuestra que cantó muy bien por seguiriyas, concretamente por las modalidades jerezanas de Paco la Luz y Manuel Molina. No se puede cantar las bulerías por soleá, con la curiosidad añadida de que poco ha variado este palo desde entonces. Le admiramos en la petenera, y nos quitamos el sombrero en la media granaina de la escuela chaconiana. En la misma línea estilística, está en la cartagenera.
En su despedida nos deja perplejos con unos sentidos fandangos naturales engrandecidos con su fuerte personalidad.
El segundo Cd. También está lleno de voces de artistas, que es bueno recuperar para el arte Flamenco estas grabaciones históricas. Dejan en muy buen lugar a Jerez de la Frontera, Luisa Ramos Antúnez, más conocida artísticamente como la Pompi, que nació en la capital del vino y del caballo en la calle Nueva el año 1883. Hermana del Niño Gloria y de la Sordita. La Pompi, falleció en Sevilla, capital en la que desarrolló la mayor parte de su vida, en 1958, Fue una artista muy completa, que destacó por saetas, bulerías, soleares, y fandangos. Sus grabaciones pertenecen a la casa Parlophon fechadas en 1932, y fue acompañada por la sonanta de Miguel Borrull.
El genuino arte de la Pompi comienza con unos fandangos del Carbonerillo, de similares características que los anteriores, son los del corte seis. Demostró su categoría como cantaora con unas soleares de Joaquín el de la Paula. Comprobamos que en sus bulerías están en pleno vigor por sus paisanos, que a lo largo de varias generaciones las siguen cultivando. Su fiesta jerezana suena a gloria bendita, la que creó su hermano Rafael, que más tarde la siguió Manuel Vallejo como lo hemos escuchado en la voz de este cantaor.
A pesar de la baja calidad técnica, algo normal en algunas de estas grabaciones, podemos apreciar la calidad cantaora de unas bulerías navideñas. Otra bulería, esta con mejor calidad, es todo un lujo para el oyente, y les diré que, si Dios quiere, en la próxima Navidad las escucharé hasta saciarme. Cierra su ciclo en este trabajo pellizcando en la emoción del aficionado por seguiriyas.
Tampoco, ha habido mucha suerte para saber más acerca de la vida de la cantaora Niña de Jerez. Solo los datos que aparecen en sus grabaciones, es lo que se ha podido saber. Sus discos fueron grabados en 1913 para la firma Gramophone.
Nos resulta muy agradable conocer sus soleares de la escuela del Mellizo y de la Serneta, modalidades que no dejan indiferente a nadie. Luego, entre una taranta y la cartagenera comprobamos que fue una formidable artista cuando remata perfectamente sincronizado con el fandango de Lucena.
Hay sabiduría y compás en las soleares de la Serneta que remata con los esquemas de Frijones. Hay matices para admirarle su arte en las bulerías llenas de buen gusto, aunque reconocemos que en el camino de la época se quedaron matices que la técnica de entonces no nos podía ofrecer.
Dejamos a la Niña de Jerez, para ocuparnos de Luz Divina la Jerezana y Milagritos la Macarena. Desafortunadamente, poco se sabe de ellas. Que nos remite a lo que publicó el Diario La República de Cartagena el 10 de Junio de 1931, que anunciaba una velada flamenca, que se celebró al día siguiente en la plaza de toros, y en la que también participaron, Pepe Marchena, Niño de Cantillana, Niño de Almadén. Esta información nos sirve de referencia para situarnos en el tiempo que les tocó vivir a estas dos cantaoras.
Así que a Luz Divina la Jerezana, y Milagritos la Macarena, les captamos su arte a través de unos fandangos del Carbonerillo muy parecidos a los que les hemos escuchado antes a la Pompi, incluso con la misma letra. Resulta una delicia su cante por colombianas, estilo que más tarde grabaron sobre esta base la Niña de la Puebla y su marido Luquitas de Marchena.
Finalizamos estos comentarios después de habernos sumergido en un tiempo del Flamenco en que no sabíamos de algunos de sus intérpretes.
Hoy va de pocos datos biográficos, tampoco se sabe casi nada de Adela López, solo lo aparecido en la prensa el 15 de Junio de 1912, que nos la describe como cantaora de flamenco y de aires regionales. También que interpretó aires regionales, y canzonetista de aires flamencos que solía acompañarse de orquesta, por lo que recibió muchas críticas. Efectivamente, aquí la escuchamos acompañada de orquesta en una fiesta jerezana. Le sigue una cartagenera de Chacón, y unos aires asturianos, para corroborar sus aptitudes para otras modalidades musicales.
Finalizamos este segundo Cd. Con Adela López interpretando un bello pregón al que le encadena unas soleares, que poco tienen que ver con el Flamenco ortodoxo, pero resulta curioso comprobar, que siempre ha habido experimentos en todas las épocas de este arte, luego el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio, el del olvido, o el del reconocimiento generación tras generación.