GRAN FESTIVAL FLAMENCO HOMENAJE A ALFOSO SALMERÓN EN MADRID.
22.01.2010
22.01.2010
La ciudad de Almería, ha escrito muchas páginas de nuestro arte con sus cantes, y sus artista, pero también cuenta con emprendedores empresarios honestos, como Alejandro Reyes Domene, director de la agencia artística Culty Art, que desde hace dieciocho años viene encargándose de organizar los internacionales festivales de Caja Madrid, así como otros muchos eventos por todo el territorio nacional. Alejandro, tiene a su lado a las eficaces Lola y Cuchi, que todos juntos han demostrado su profesionalidad con el éxito de todo lo que organizan, en esta ocasión también ha sido así. Lo hemos disfrutado mucho viendo las muestras de cariño de los artistas y el público que llenó por completo todo el aforo, incluso hasta los pasillos, que en ningún momento dejó de aplaudir todas las actuaciones, que para los anales de la historia de Madrid ha quedado.
Es de destacar, la amplia representación de personas que vinieron de Almería para arropar a su paisano; entre los que estuvo el buen amigo José Antonio López Alemán, que ensalzó a Alfonso Salmerón, al que le entregó una placa de recuerdo y de agradecimiento a su labor en nombre del ayuntamiento de su ciudad, y de toda la afición de esa querida tierra del poniente español.
El acto, fue presentado por José Manuel Gamboa, ese gran erudito que se las sabe todas dentro del flamenco. Con un discurso cargado de simpatía, nos fue dando a conocer la vida del cantaor. Por otra parte, el profesor de música Rubén Gutiérrez, presentó a los artistas demostrando que de esto sabe un rato. Ambos maestros de ceremonias nos pusieron al corriente de la biografía de los artistas.
A continuación, paso a contarle a todos ustedes, y según mi leal saber, como transcurrió el festival, que también coincidió con el cuarenta aniversario en que el flamenco entró en este Colegio Mayor, enclavado en plena ciudad universitaria.
Ante el elevado número de artistas que se sumaron al evento, la organización tomó la decisión, además muy acertada, de que cada cantaor o cantaora solo pudiera interpretar dos cantes. Así, que subió el telón el protagonista de la jornada, Salmerón, que se ha jubilado como profesor del Real Conservatorio de Música de Madrid. En mi opinión, jubilarse, no es más que vivir otra etapa de la vida, ya que deviene el jubileo, que es, alegría y celebración por haber contribuido al desarrollo de la sociedad española. La prueba de lo que digo. Es que Alfonso destapó el tarro de sus mejores esencias con unas añejas tonás trianeras que sacudió las emociones de las personas que vivieron esta gran gala. También escuchamos a Alfonso en un disco de vinilo, que grabó junto a José Sorroche cuando ambos en su juventud formaron el dúo Los Jilgueros, en una rumba, y unos fandangos de Huelva, que nos sonó a gloria bendita, por eso opino que, bienvenidos sean los archivos sonoros, ellos guardan como oro en paño la memoria de nuestro patrimonio.
Fue todo un lujo y un honor, escuchar el toque del decano de los guitarristas actuales en activo. El gran concertista madrileño Víctor Monge Serranito, que musicalmente se sentó en el nacimiento del río Guadalquivir, y con su sabiduría tocó por Taranta con su técnica artística, que embrujó el auditorio con un sonido que tardaremos tiempo en olvidar, y que por supuesto levantó al público de sus asientos.
En el apartado de cantaores interviniente, nos hacemos eco de Israel, un joven natural de la localidad toledana de Corral de Almaguer, que está intentando buscarse un hueco en este mundillo. Siempre en la órbita de Camarón, desarrolló unas Bulerías y unos fandangos.
Causó una buena impresión, el cantaor Niño del Gastor, que con la guitarra sabia de Rafael Andújar, presentó sus credenciales con los caracoles de Chacón, con una voz fresca y bien timbrada. Hizo disfrutar y sentir al mismo tiempo, en la seguiriya de Jerez según Antonio Mairena, caminó un poco por el estilo del Viejo de la Isla, y remató con la toná liviana, o cabal de Los Puertos; con lo que demostró que conoce su oficio, y que se entrega de lleno al cante.
En su mejor momento y forma, subió al escenario Cancanilla de Marbella, (de ahora en adelante, Cancanilla de Málaga) que contó con el lujo añadido de ser acompañado por Juan Antonio Muñoz Pacheco. Se empleó a fondo en viejos cantes poco usados que él guarda en su memoria. Desarrolló la soleá de Alcalá de Tomás Pabón, de Joaquín el de la Paula con los ecos de Manolito María, y el plus añadido de la guitarra mairenera de Juan Antonio, supo llevar a buen puerto los tercios de Utrera, que adornó con mucha categoría con el juguetillo como cierre.
Cancanilla, nos dejó el buen sabor gitano de la seguiriya de Jerez, que ensoleró acordándose de los mejores maestros, para terminar en Los Puertos, según Manuel Torre, y mairenero hasta más no poder.
Una gran actuación, fue la de Arcángel, que estuvo acompañado por ese excelente músico que es José María Molero. Llevaba tiempo esperando escuchar por derecho a este joven onubense; esta noche fuera de competitividad, pienso yo, demostró que puede con todo, y mucho más en el San Juan Evangelista. Cantó bien la soleá de Alcalá de Joaquín el de la Paula, de la Roesna, y de la Andonda, que redondeó muy bien con estilos trianeros.
José María Molero tocando la guitarra, y Arcángel cantando consiguieron unos minutos mágicos con el mejor cante por Alegrías de Cádiz aderezados con la juventud del artista, a la que hay que agregarle la variedad estilística con la contrabandista poniendo así el cierre a tanta categoría y ortodoxia.
La noche, siguió con el veterano Jesús Chozas, que supo encandilar al respetable con el martinete y la toná. Sin embargo, no estuvo acertado, a pesar de tener a su lado a Rafael Andújar con la guitarra, en los cantes de Lucena, por el estilo de Cayetano Muriel, al interpretar escuelas heterodoxas que distorsionaron los verdiales y la Jabera, algo incomprensible en un hombre con tanta experiencia.
Les parecerá interminable esta información. Pero les ruego que sigan leyendo, ya que todavía queda por reseñar a los artistas que quisieron estar para dedicar sus cantes al compañero, al amigo Salmerón. Tanta variedad dio mucho juego y colorido a la noche. De Almería, vino María José Pérez, una joven que está progresando a pasos agigantados. María José estuvo muy brillante al compás del toque de José María Molero, todo un maestro que pone la misma ilusión del primer día. Engrandeció como cantaora la granaína de Manuel Vallejo, que con su propia personalidad elevó seguidamente a la máxima potencia la media granaína con bellos arcos melódicos. Por seguiriyas, se basó en Jerez y en Los Puertos que completó con la cabal de Juanichi el Manijero y un hemistiquio de Manuel Molina.
El gran cantaor jerezano José Mercé, también quiso estar en el San Juan Evangelista, le acompañó el excelente tocaor Antonio Amaya. Mercé, demostró una vez más, que es uno de los mejores con los que cuenta el Flamenco en la actualidad, demostró su maestría en la soleá de Alcalá según Juan Talega y de Utrera a la manera de La Serneta, en la que se acordó de la inolvidable Fernanda de Utrera, para tomar los derroteros de Joaquín el de la Paula, Triana, y Frijones, todo un abanico de tercios fieles a la tradición de su raza gitana.
Dedicó las alegrías de Cádiz a la peña el Taranto de Almería. El cante gaditano lo desarrolló como pocos saben hacerlo. Mercé es grande, porque sabe, porque quiere, y porque puede, así quedo acreditado.
Un festival de esta categoría, tenía que tener guitarristas excelentes, eso lo demostró Rafael Andújar, que nos deleitó con un toque por Guajiras, que sonaron magistralmente con la técnica personal que él posee.
También estuvo otra cantaora de Almería, que es Toñi Fernández, muy jerezana nos emocionó con la seguiriya de tío José de Paula, que basó en tía Anica la Piriñaca,que remató con la Cabal de Juanichi, para ello contó con el soporte musical de José María Molero, que también supo darle las mejores notas flamencas en unos fandangos naturales.
El broche de oro a la noche, lo puso Argentina, la joven onubense que está consiguiendo éxitos por donde quiera que actúa. Antonio Amaya volvió a brillar como guitarrista junto a la cantaora, primero con una cartagenera, cargada de matices espectaculares buscando la respuesta en el estilo de Chacón. Argentina fue grande en la granaína y media granaína, cuando previamente interpretó la malagueña granaína del Mellizo como introducción. Se permitió la licencia de regalarnos un breve tanda de fandangos de Huelva, en los que predominaron los tercios alosneros.
Abrió, y cerró la noche, Alfonso Salmerón, que ahora a dos guitarras, cuando sonaban las doce de la noche, le escuchamos unas alegrías o cantiñas de Córdoba fosforeras, a lo que le añadió las formas de don Antonio Mairena, el mirabrás, y sin perder el compás lo engrandeció todo con Bulerías de Cádiz, estos cambios no todos pueden hacerlos, Alfonso sí. Fuera de micrófono demostró saberlo todo con unos fandangos de Huelva basándose en Paco Isidro y en los pagos onubenses de Alosno. El homenajeado muy emocionado, nos abrazó a todos simbólicamente desde el escenario de este templo del cante grande.
Los grandes acontecimientos flamencos, se clausuran con una Fiesta en la que todos los artistas que han participado suben al escenario, así fue también en esta ocasión. Alfonso Salmerón abrió la puerta al duende para que lo envolviera todo. cante, toque y baile, y palmas, animaron el ambiente. Tomó la venia el Niño del Gastor con un tercio bulearero, Cancanilla de Málaga se soltó en la zambra caracolera con patadita incluida, Toñi Fernández, supo agradar con mucho salero, Arcángel estuvo muy festero con un buen criterio, María José Pérez, manifestó su clase con las bulerías de la Perla. Argentina fue la encargada de bajar el telón con bulerías en una Fiesta irrepetible, ya que, Alfonso Salmerón, solo hay uno, esa fue la conclusión que saqué, cuando treinta minutos después de la medianoche el silencio puso punto y final a este gran homenaje. Ahora, amigo Alfonso, vive muchos años tu bien ganado jubileo.