Flamenco y Universidad Vol. XIV


Discos Flamencos
Márquez El Zapatero
LC Producciones, 2013
Antonio Nieto Viso


Un día cualquiera del año 2013, en el estudio de grabación de Artes Escénicas Rebollar, de manera entrañable se reunieron el guitarrista Eduardo Rebollar, que con su sonanta hizo posible recrear parte del tiempo de estos cantes trianeros. Yolanda Lorenzo con su compás, marcó las pautas de la diacronía. El cantaor Nano de Jerez aportó su sabiduría y arte. Manuel Macías, con su sapiencia flamenca le dio seguridad al cantaor para que saliera adelante esta obra.



Todos ellos, le arroparon con su calor humano a este veterano cantaor que es Márquez “El Zapatero” uno de los pocos supervivientes que nos quedan de una época gloriosa, una voz añeja, pero segura al mismo tiempo, nos enriquece con este Cd. compuesto de once cortes en los que ha depositado las mejores esencias de Triana, enclave donde tuvo el privilegio de aprender en primera persona, la verdad como norma participa en esta herencia como testimonio irrepetible de unas vivencias personales.

Como explican en el libreto don Manuel Macías Moreno, presidente de la Peña Flamenca La Solera del Ariscal, y don Rafael Infante Macías, catedrático de matemáticas de la Universidad de Sevilla y coordinador de esta magna obra: El testimonio que contiene este trabajo del volumen XIV, viene a resumir una vida entregada al Flamenco de Triana. El que generó el arrabal ribereño unido a las labores que sus creadores que un buen día tuvieron el gusto y el acierto de cantar: alfareros, fragüeros, zapateros, areneros, pintores, tejadores, taberneros, gremios de habilidosos con desempeño e indiscutible valía, que legaron la aportación y su impronta a su barrio y al Flamenco.

La edad del cantaor, su memoria, y el buen gusto para estos estilos debidamente identificados colocan a este cantaor como referente de los ricos estilos personales de Triana.

Manuel Márquez Barrera, ese es su verdadero nombre, nació en Villanueva del Ariscal, provincia de Sevilla el año 1930, aunque la mayor parte de su vida la ha desarrollado en su zapatería de la castiza calle Pureza en Triana, donde desde los diez años ha ejercido su oficio de zapatero.

Antes de entrar en materia, les diré, que el núcleo de esta lección magistral está entre los cortes del uno al cinco; aunque no se preocupen, por su alto valor histórico me ocupare de todo el contenido.

El propio cantaor, entre falsetas y ambiente nos irá anunciando cada cante. El primero, es una soleá que con el título “Aires del Sordillo” expone su versión de este cantaor que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX.

Nuestro veterano cantaor sabe administrar sus facultades y eleva la voz a la entrada de cada tercio. Así lo acredita en los “Aires de Antonio El Arenero”, donde también destaca la guitarra en el característico compás del tres por cuatro en su desarrollo.

Vaya nuestro agradecimiento y felicitación para Eduardo Rebollar, que supo acompañar al cantaor con todo el cariño del mundo para que se sintiera con ellos como en familia. Sale a relucir el toque solemne, pero al mismo tiempo cumpliendo con su misión de acompañar al cantaor.

Seguimos en el corte segundo porque conviene resaltar las diferencias personales de El Arenero con las letras “Esto sí que es cosa grande” y “Anda diciendo tu mare”, que se popularizaron por cantaores posteriores, tanto en sus actuaciones en directo como en las grabaciones discográficas.

En el tercio conocido como “En el querer no hay venganza” percibimos lo que creo Silverio, y que conocemos gracias a lo que nos dejó “El Tenazas en su grabación a raíz del Concurso de Granada de 1922.

“Recordando a Manolo Oliver” percibimos primeramente el fabuloso toque de Eduardo Rebollar marcándole al cantaor el tono justo que suena en una soleá específica, sonando diferente, que es lo que sucede al otro lado de la orilla del Guadalquivir.

“Para mis amigos de Triana” recoge las recreaciones que nos dejaron por soleares hombres como. Emilio Abadía, Naranjito de Triana, Paco Taranto, Manolito Triana, algunos de ellos alcanzamos a escucharlo en directo.

Sigue la selección con “Añoranza” de Teodoro El de Triana”; variedades estilísticas que siguen con “Avances de Manuel León El Teta”, así como la propia recreación del propio Márquez, en los que dedica bellos versos a su tierra natal, Villanueva del Ariscal, y termina con unas pinceladas recordando a Manolito El Pintor.

Con el título “Nadie se arrima a mi cama” disfrutamos de la soleá apolá grande de Triana. Márquez El Zapatero perfectamente escoltado por el guitarrista, las palmas, y la percusión, nos reverdece la emoción con lo que nos dejó anteriormente El Portugués y que Cobitos se encargó de transmitirnos la fidelidad. Nuestro veterano cantaor está genial en perfecta armonía con una amplia gama de matices difíciles de escuchar hoy en día.

Gratamente sorprendidos, le escuchamos unas añejas bulerías; que nos confiesa que es la primera vez que lo hace, al menos en público. Resulta increíble escuchar tanta pureza, sorprendiendo a sus acompañantes en el estudio de grabación.

“Soleá entre amigos” es una bulería por soleá con otras pautas más modernas para completar los esquemas, que saca de sus amplios conocimientos que atesora en su memoria con la que sustenta la perfección de este palo.

La seguiriya la basa en Manuel Torre, pero el pensamiento le lleva a la forma jerezana que nos dejó Antonio Mairena.

El toque de Eduardo Rebollar, nos devuelve de nuevo a la realidad de las soleares, pero de otros pagos, como los ecos de Alcalá, La Roezna, y La Andonda, para cerrar con Tomás Pavón.

La clase magistral está llegando a su fin, pero todavía quedan minutos de buen arte, como esta reliquia de tonás de Triana que recreó el gran Tomás Pavón, que cada día está más reconocido por los buenos aficionados.

La despedida es muy alegre a los acordes musicales de un pasodoble torero que Márquez El Zapatero con su duende peculiar canta lo de ahora, y lo de antes.