Flamenco y Universidad vol. II


Discos Flamencos
Antonio Mairena
OFS, 2007
Miguel Angel Aguilar Avilés


Interesante esta colección de Flamenco en la Universidad de parte de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Aquí nos llega la segunda entrega discográfica de dicha colección, en la que el protagonista es Antonio Mairena cantando en 1969 en el Aula Magna de Derecho de la Universidad de Sevilla, por tanto, flamenco en la universidad.

El disco recoge una conferencia sobre el flamenco ilustrada con el cante de Antonio Mairena, acompañado por la guitarra de Manolo Brenes. Y, aparte del cante, por supuesto, el disco se distingue por la conferencia, que es un formato bastante infrecuente en el mundo de las ediciones discográficas. El conferenciante y guía de toda la velada es el médico Rafael Belmonte García, un curioso personaje si los oídos que lo escuchan viven más en el siglo XXI que en siglos anteriores. Mera cuestión formal.
Y digo cuestión formal porque la retórica del conferenciante, pausada y recreada (“gustándose”, que se dice en los toros, al parecer), choca con el habla más rápida y coloquial al que la radio, televisión e internet ha dado lugar al cabo de muy pocas décadas.

Así pues, tanto por el conferenciante, como por el estilo de cante de Antonio Mairena (cante clásico), como por la fecha del evento, como por la circunstancia de que fuera una conferencia-actuación grabada en directo, detectaremos inmediatamente, al escuchar el disco, que hacemos un viaje en el tiempo, que nos trasladamos a otra época. Y ese viaje en el tiempo, a través del sonido, es un regalo, algo mágico ¿no les parece?, por el interés histórico, antropológico y, -claro, con Antonio Mairena en directo de por medio- por el interés flamenco, también.

El disco se inicia con Rafael Belmonte, el conferenciante, leyendo un poema propio que alaba a la Niña de los Peines, y acto seguido escuchamos una grabación de 1929 de la Niña de los Peines (contemporánea de Antonio Mairena) acompañada por la guitarra de Manolo de Badajoz . A partir de ahí se inicia una conferencia (y un estilo de hacer conferencias que no se ha renovado hasta hace poco, con personajes como Gamboa o Pepa Sánchez) en la que el conferenciante hace su declaración de intenciones definiéndose como “ayudante” de una clase práctica de flamenco, en la que no está dispuesto a sentar cátedra. Pero vaya que si la sienta. A lo largo de la conferencia hablará de que no existe cante grande ni cante chico, sino cante cantado por gitanos -el bueno- y cante cantado por payos -el otro, sic. También hablará de los orígenes del flamenco (finales del siglo XVIII, documentalmente) y de las teorías acerca de las influencias de los hebreos, los judíos y el cante gregoriano en la formación del flamenco: cuenta, por ejemplo, una curiosa historia referida a que, en la época del Imperio Romano, bailarinas de Cádiz fueron llamadas para actuar en Roma, la capital del Imperio. Otro apunte curioso, dentro de un tono humorístico, es la propuesta que hace Rafael Belmonte acerca de que el flamenco lo inventó Adán en Sevilla, pues allí estaba el primigenio paraíso terrenal, y Adán se puso a cantarle soleares a Eva quien, emocionada, no tuvo por menos que ofrecerle la famosa manzana a su compañero sentimental. El resto ya es historia, Universal y del flamenco…

Asimismo, y esta es, quizás, la parte más interesante de las intervenciones del conferenciante, habla sobre los distintos palos del flamenco, y su deformación estética en cada lugar en donde se cantaban, argumentando diversa razones en cada caso. Una conferencia que, sin ser el paradigma de la didáctica flamenca, resulta interesante y dotada de contenidos dignos de ser escuchados.

La intervenciones cantaoras de Antonio Mairena nos ofrecen un recorrido a lo largo de Tonás, Soleares, bulerías, seguidillas y martinetes, con un evidente interés histórico y, en algunos momentos, eminentemente musical, siempre bajo la reconocida, y merecida, calidad de este cantaor histórico.

Si puede, hágase con el disco pues, sin ser la octava maravilla del flamenco, es un documento que merecía ser rescatado y que le hará pasar un buen rato de entretenimiento flamenco.

Lo mejor: La época a la que nos transporta la grabación y el escuchar, inéditamente, a Antonio Mairena, especialmente en su larga tanda de soleares.

Lo peor: Que probablemente sea un disco bastante difícil de conseguir dado que no está a la venta (es edición no venal: gratuita). Póngase en contacto con la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco e inténtelo. Merece la pena que estos documentos se difundan y formen parte del acervo y de la historia documentada del flamenco.