Flamenco y Univ. Vol. XXXII


Discos Flamencos
Diego El Cabrillero
Fonoruz 2016
Antonio Nieto Viso



Flamenco y Univ. Vol. XXXII
El Sentir de Diego El Cabrillero
Fonoruz 2016
Por Antonio Nieto Viso


En esta ocasión, buscamos un hueco en las páginas digitales de Jondoweb para dar a conocer a un peculiar cantaor, se trata de Diego Amaya Núñez, que tuvo la suerte de nacer en Utrera el año 1944. Es hijo de La Cabrillera, cantaora que destacó por bulerías; de ahí le viene su nombre artístico de El Cabrillero. Se confiesa admirador de don Antonio Mairena, Fernanda, Bernarda, y Perrate. Con estas referencias, nos pone la piel de gallina cuando lo escuchamos, y si a esto le añadimos, que es sobrino de Antonio Núñez Chocolate, el círculo de su casta queda doblemente redondeado.


Estamos ante un cantaor poco conocido fuera de los circuitos de su terruño, pero es poseedor de unas esencias ortodoxas del mejor cante de Utrera, de Lebrija, y de Jerez; un mágico triángulo para recorrer por los amantes de lo bueno de una manera de cantar, de los que desgraciadamente van quedando pocos. Recemos al Señor para que nuevos artistas continúen portando esta antorchapara engrandecer a Andalucía a través del Cante.

Agradecemos de todo corazón a las personas que han hecho posible que nos lleguen estos excepcionales documentos cargados de autenticidad.

El desarrollo artístico comienza con un primer tercio de la malagueña granaína de Manuel Torre, como preludio a la malagueña del Mellizo. Seguidamente, vienen catorce cortes que hemos disfrutado con las correspondientes emociones que dejan al descubierto una valiosa joya.

Su enorme potencial artístico responde a la llamada de la sangre de su casta flamenca ampliando su radio de acción a otros matices que más adelante iremos reseñando.

En dos fandangos naturales, descifra las claves de su antepasado que fue Chocolate, el que armó el taco en su época cuando cantaba en los festivales veraniego y en los grandes escenarios.

Por bulerías, demuestra unos conocimientos aquilatados en sus largas horas de aprendizaje en Jerez, Lebrija, y Utrera, conviviendo con los maestros a los que honra El Cabrillero con sus genuinos tercios, sobre todo por el estilo de El Chozas.

Diego se ha buscado en su interior la genética cantaora para sacar adelante una zambra caracolera, que aunque no tiene riqueza artística, sobrecoge por su profundidad para arrancar matices que pellizcan por su duende.

Reconocemos, destacamos, y le admiramos, al cantaor unas bulerías por soleá cargadas de vivencias, no hay otra manera de alcanzar tanta fidelidad, que nos trae a la memoria tiempos pasados de este palo jerezano.

Chocolatero a más no poder, nos ha dejado para siempre una serrana como referencia para los artistas de vienen detrás, pero que necesitan estos patrones. El Cabrillero se las regala a quien quiera seguir esta línea, que remata con el cambio de María Borrico

Una soleá, sin más acompañamiento que sus nudillos sobre una mesa como compás, sobrecoge por su calidad con esencias de Lebrija y Utrera con ElPerrateen el recuerdo.

En el corte nueve, hay otra soleá de grandes cadencias de Joaquín El de la Paula desarrollada con los esquemas de Perrate y de don Antonio Mairena. Son bonitos minutos para escuchar en la intimidad del hogar.

Muchísimas gracias Diego por obsequiarnos en este gran trabajo con las cantiñas de Pinini. No se puede cantar mejor este estilo que se gestó en Utrera, y que nos sirve para poder distinguir perfectamente la diferencia entre cantiñas y alegrías de Cádiz. Matrícula de honor para el cantaor y el guitarrista.

De nuevo, honor y arte, para cantar el taranto de Almería que Chocolate aprendió siguiendo el esquema que nos dejó Manuel Torre, curvas melódicas insuperables que emocionan al oyente.

Para despedirse, este cantaor utrerano, ha elegido dos palos básicos del Cante con mayúscula. Una seguiriya de Manuel Torre que completa magistralmente con la cabal de Los Puertos de El Fillo.

Con la satisfacción de haber vivido maravillosos minutos, nos sentimos afortunados cuando llegan a nuestros oídos unos martinetes cargados de matices personales de excepcionales creadores.
Gracias de todo corazón a don Diego Amaya Núñez. Que Dios te conceda una larga vida para que sigamos disfrutando tu cante dentro del Arte Flamenco.