RAFAEL SILVA
EL ARTE JONDO. IDENTIDAD Y SENTIMIENTO
CÓRDOBA, ALMUZARA, 2022OTRA VUELTA DE TUERCA SOBRE FLAMENCO Y ARABISMO
JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ
Rafael Silva Martínez (Málaga, 1963) profesor y escritor, investigador de temas flamencos, publica El arte jondo. Identidas y sentimiento en la colección de flamenco de la editorial Almuzara, que ya ha recogido un largo número de temas y autores prestando así un gran servicio al flamenco y su investigación.
Seis bloques en fin para dar una visión de conjunto, enciclopédica. En las partes más andalucistas e históricas, digamos, como Blas Infante o Antonio Manuel, hace esa reivindicación de Andalucía. Entre las tesis o ideas que defiende estarían: sitúa la música andalusí (cóctel de influencias) como la piedra de toque para la posterior música flamenca; enfatiza el venero morisco y la influencia negra en el flamenco; define lo morisco y lo gitano-andaluz como básico para el flamenco; defiende que no se puede separar la historia del flamenco del contexto histórico y social de Andalucía; da preponderancia no al elemento gitano, sino al andaluz; está en contra de que sea sólo un “fenómeno romántico”; el flamenco no bebe de la música académica sino al contrario; el enfoque musicológico no es infalible porque el flamenco es “un hecho antropológico completo”; subraya la importancia de la familia, de los clanes en el flamenco; la estética del flamenco se basa “en la cultura del corazón”; la copla flamenca es individual pero esto es compatible con lo colectivo; las letras reflejan la vida de las clases andaluzas populares; etc.
Como ven, muchas de estas tesis, como él mismo reconoce, lo sitúan en contra de buena parte de las últimas investigaciones de autores como José Luis Ortiz Nuevo, Juan Vergillos o el musicólogo Faustino Núñez. De la misma manera, las ideas del influyo andalusí y árabe en la etimología además de en el origen y evolución del flamenco, en la línea ponderada por Antonio Manuel y José Ruiz Mata, como decíamos, vienen siendo muy criticadas en publicaciones de algunos críticos e investigadores.
Sea como fuere, cada uno aporta lo que cree conveniente, pues buena o mala recepción siempre está servida. Defiende nuestro autor sus ideas con convencimiento, enfatiza la óptica arabista, andalusí y andaluza -desde la óptica del negro sino continuo de la historia de Andalucía-, ofreciendo una panorámica global desde la historia, la antropología o la literatura.