Del libro blanco del flamenco


Opinión
Ángeles Acedo


Del libro blanco del flamenco
Sevilla a 12 e noviembre de 2011


A/A: Directora General de Industrial Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

El Roete nace en 1993, y desde entonces, básicamente, no hemos parado de crear y desarrollar proyectos de cultura popular andaluza entre los que destacan los centrados en el flamenco (docencia, producción, formación de docentes, difusión,…).

Mi posición en la entidad es Presidente y Directora de proyectos; y el equipo que me rodea se caracteriza por la eficacia y la ilusión.
Nuestra relación con las diversas instituciones públicas responsables de la protección y promoción de flamenco comienza antes de la creación de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco y permanece en la actualidad.

Desde El Roete, una entidad pequeña pero muy trabajadora, queremos hacer algunas aportaciones al Libro Blanco del Flamenco que se gesta este I Congreso internacional, en su vertiente industrial, económica y generadora de riqueza.

Personalmente sé que, con toda probabilidad, no esté expresando nada nuevo, pero si estas puntualizaciones cooperan con las de otras y otros ponentes y participantes en el Congreso, a buen seguro serán tenidas en cuenta con mayor peso específico.

Somos herederos del flamenco y eso es una gran responsabilidad, y es nuestro deber protegerlo y mimarlo; por otra parte, también estamos obligados a respetar el modo en que ha crecido y se ha desarrollado convirtiéndose en el medio de vida de personas y entidades en Andalucía y en el resto del mundo, sin embargo quiero plantear mi modesta opinión sobre la responsabilidad de la Administración pública andaluza en este punto en que nos encontramos, tan rico y complejo, que debemos desentrañar, conocer y hacer crecer en las líneas más productivas y rentables para nuestra Comunidad Autónoma.

Puede parecer poco elegante utilizar ejemplos, pero tenemos poco tiempo y es más fácil a veces poner un escalón cuando hay otros debajo, y haberlos haylos.
Quede expresa nuestra voluntad de cooperación para todo lo que se nos requiera, en los sectores cultural, educativo y empresarial.

CANCELAS Y VENTANAS DESDE ANDALUCÍA PARA EL FLAMENCO EN EL SIGLO XXI

Si cabe una recomendación para las y los profesionales que viven directa o indirectamente del flamenco: cancelemos el individualismo y abramos la ventana de la comunicación, la colaboración y a tener más en cuenta el destino final que las necesidades individuales del día a día.
En cuanto a las entidades de intermediación no lucrativas, asociaciones, fundaciones, colectivos varios: cancelemos el miedo y la incredulidad, la pereza y el escepticismo. Las cosas pueden cambiar, y la mera existencia de este Congreso da fe de ello. Abramos las ventanas del entusiasmo cotidiano, la honradez en la gestión y una perspectiva común y convergente.

A la empresa privada le cancelaremos los prejuicios: el flamenco no es un reducto de gentes de mal vivir desde hace mucho tiempo ya. Invertir en flamenco debe ser rentable: abramos las ventanas de la convicción en esta industria emergente. Lo emergente está obligado a crecer y multiplicarse.

A los poderes públicos, y especialmente a la Junta de Andalucía:

1.Cancelación de la impenetrabilidad de la Administración: si existen recursos se han de allanar los obstáculos para llegar a ellos. Abramos las ventanas de la transparencia más absoluta. Si esto es necesario en todos los sectores, lo es más en el entorno del flamenco en el que los cambios culturales y tecnológicos van dejando por el camino a muchas y muchos profesionales que no pueden, o no quieren, adaptarse. Tender la mano honrará al Instituto del Flamenco y a la propia Consejería de Cultura.


2.Reorientación de las campañas hacia toda la población de Andalucía: los logros de reconocimiento internacional, como el reconocimiento reciente de la UNESCO, no calan en las creencias populares. Hay que cancelar pues el elitismo corporativo de las y los políticos y gestores públicos y abrir la ventana al pueblo, a las ciudadanas y los ciudadanos, dando los pasos para que el concepto del Flamenco se vincule a la calidad y a la generación de riqueza y no sólo a cierta erudición inextrincable o la diversión excesiva y noctámbula. El papel central del ámbito educativo en este área es inexcusable; y sólo se llega al alumnado si las y los docentes están formados para ello. Esta ha sido una tarea que hasta ahora El Roete ha desarrollado con éxito.


3.Se ha de cancelar, y esto es importante y urgente, la divergencia entre los caminos de algunas importantes empresas privadas y los poderes públicos. La cooperación, expresa, visible y con objetivos concretos es la gran ventana que está por abrir.


4.Y la balconada es el liderazgo: no hay calidad de los procesos sin una identificación clara del líder, que ni ha de ser artífice del producto y ni el intelectual que reflexione sobre su futuro: sólo ha de aglutinar las voluntades, y hablar por ellas. ¿Está la Consejería de Cultura preparada para asumir el liderazgo del flamenco? Si no lo está debe generar las condiciones para que desde la ciudadanía, la profesión, las entidades vinculadas o la industria, florezca este elemento vital para el progreso de los sectores relacionados con el flamenco


5.Este conjunto de ventanas dan luz a la construcción del nuevo flamenco en Andalucía, y su cualidad principal, que la administración debe tomar por bandera, es la calidad. Calidad en las producciones y los productos, en los procesos de gestión pública de los recursos, en los modos de captación de recursos privados, calidad interna y externa. (La diferencia entre los aficionados y jugadores de fútbol en China y en España es que allí llaman a los entrenadores de aquí (Camacho, p.e.) porque nuestro fútbol español es de calidad. El fútbol vende, genera industria, los medios lo reclaman,..., en definitiva, se ha consolidado como actividad empresarial rentable, porque se ha invertido en ello, porque los poderes públicos lo han protegido y el público lo ha consumido masivamente). Nuestro producto no es masivo, pero algo tendremos que aprender de quienes han logrado etiquetar su producto con una marca indeleble de calidad.


6.Cancelemos, por fin, la internacionalización desorientada, encaucemos los intereses internacionales hacia el flamenco de calidad producido en Andalucía. La formación de calidad, en Andalucía. La globalización en el flamenco nos ha puesto en el mundo entero antes de que existiera Internet; ahora hemos de hacer lo posible para que todas y todos los flamencos del mundo quieran pasar por Andalucía para enriquecer su carrera y culminar su formación y su experiencia. Debemos ser la Meca, física y virtual, por la que los profesionales tengan que pasar al menos una vez en la vida (un profesional del espectáculo que ha pasado por el Circo del Sol se percibe como mejor profesional; los flamencos y las flamencas deben ganar un plus en su carrera tras estudiar en la Universidad Andaluza del Flamenco o trabajar en alguna de sus Compañías de Música y Danza).

7.Para terminar, de verdad: cancelemos las buenas intenciones improductivas. Obviamente todas y todos queremos lo mejor para el flamenco y para Andalucía, pero la voluntad sola no camina, y deseo profundamente, que tras la elaboración del Libro Blanco del Flamenco, inmediatamente, se establezcan las prioridades de acción y se aborden los fines indemorables que inviten a recorrer el largo camino que debe iniciarse aquí y ahora. Las entidades privadas y públicas del flamenco andaluz ha de ser los interlocutores válidos y eficientes que el flamenco necesita y debemos serlo ya.
Por tanto: debe crearse un órgano intersectorial al más alto nivel que, desde una postura receptiva y activa aglutine toda la información, facilite los cauces para al inversión, se anteponga a otras inquietudes legítimas, pero no tan genuinas como el flamenco nuestro, y sitúe al flamenco en lo más alto de la alta cultura andaluza (tenemos que crear al órgano interlocutor, público/privado, que canalice las propuestas, de las empresas que ya están interesadas en invertir sus recursos en el arte de nuestra tierra, y no conocen quien vehicule sus inquietudes). Desde ahí sí podremos obtener los réditos necesarios para que este motor económico, que empieza a ser, llegue, de hecho a generar riqueza en nuestra tierra, y, después en el resto del mundo.

Angeles Acedo
PRESIDENTE DE EL ROETE