Del Amanecer


Discos Flamencos
José de la Mercé
Virgin. 1998
Pablo San Nicasio Ramos


Hay trabajos discográficos que suponen un antes y un después en la trayectoria artística de un intérprete. Este es el caso del que nos ocupa.

“Del Amanecer” va incluso más allá y hasta se puede catalogar como el punto de arranque de la “nueva vida” de José Mercé. Esa que ha traído por la calle de la amargura a algunos guardianes de la pureza y ha llenado de soniquetes flamencos con su voz los locales de copas.

Este cantaor contrastado y asolerado, poseedor de notables facultades para el cante, asumió a partir de este álbum un rol que, se suponía en 1998, correspondería a otros. Sobre todo partiendo de algunas confesiones del maestro años antes.

Sin embargo la cabeza pensante de Vicente Amigo y su portentosa guitarra trocaron el ansia por la pureza en sopesada metamorfosis festera. Ver para creer. Tampoco pasa nada, digo yo. Nada malo, quiero decir.
El disco se propone como el encuentro de dos artistas punteros en sus respectivas disciplinas. Vicente Amigo, guitarrista y compositor de sabrosas piezas flamencas; y Mercé, cantaor largo que, sin demasiada dificultad, llevaría a buen puerto las apuestas del anterior.

Tiene a mi juicio este disco un antecedente: “Me Voy Contigo” de Remedios Amaya. Álbum que salió un año antes del que nos ocupa con una fórmula muy parecida. Vicente a los mandos y una cantaora que sale catapultada más allá de las fronteras del interés exclusivamente flamenco. Otro disco del estilo: “Canto”, obra del año 2003 de “El Pele” y Vicente Amigo. Parece fácil pero este guitarrista es de los pocos flamencos que tiene la habilidad de convertir en oro puro todo lo que hace.

Los nueve temas son básicamente cantes “asequibles” a los oídos. Tres bulerías, unos tangos, unas alegrías, una cartagenera, una soleá y dos que no se catalogan como cantes concretos pero que bien podrían encuadrarse en el esquema de la rumba.

Letras y músicas frescas que llegan a su punto culminante en la sexta pista: “Te roza y te quema”, aludiendo a pilas alcalinas y demás novedades energéticas. Toda una “herejía” para los tiempos.
Disco que posee un notable nivel guitarrístico, no podía ser menos, con el fenómeno Amigo a la sonanta y alguna colaboración de Moraíto. Carles Benavent se ocupa del bajo y el grupo habitual de Vicente de las percusiones y coros.

Hay intervenciones de Chonchi Heredia y hasta del hijo mayor del guitarrista de Guadalcanal (por aquellos años un bebé) que introduce las alegrías que cierran el disco.

Música en general que suena a un Jerez del siglo XXI y que caló hondo en la afición. Fue un éxito de ventas de los que se recordarán siempre, sobre todo por los flamencos agradecidos.

No se puede hablar de variedad, de riesgo en la fórmula, tampoco de revolución en el flamenco. Pero no se buscaba. Se pretendía un éxito comercial y la difusión decidida de un gran cantaor de la mano de un genio de la guitarra. Con ráfagas de música de calidad, queda dicho.

Todo se logró con nota y la prueba sigue visible.

José Mercé canta hoy en sus conciertos un “doble” flamenco, del antiguo y del nuevo. Es una especie de alusión a su trayectoria vital y que puede gustar más o menos.

Sus grabaciones más recientes, sin embargo, no esconden el tributo a este trabajo que le abrió las puertas del cielo y del infierno. Depende de lo que hablemos. Sea como fuere no ha renunciado a buscar el éxito allende el flamenco. Algo legítimo.

Este “Del Amanecer” sin embargo, aun abriendo una época, tiene más de valor flamenco de lo que pueda parecer y está, sin duda, a la cabeza de los trabajos del “nuevo” Mercé, antes aludido.

La opinión del que escribe es que estos discos son los que ingresan afición, recursos, atenciones y medios al flamenco. Es decir, tienen una función vital para este arte.

En el lado negativo encontraríamos la división del personal aficionado y lo enrarecido que se puedan encontrar el ambiente flamenco los aquí presentes y actuantes.

Si compensa o no es algo que tampoco creo que les preocupe. Entre otras cosas porque elaboraron este disco sabiendo que ya no tenían que demostrar nada a nadie.