De la sierra a la mina


Discos Flamencos
Manolo González
Fed. Peña Jaén, 2012
Marcos Escánez Carrillo


Manolo González es un aficionado jienense, curtido y de voz poderosa, que con este disco presenta la segunda entrega de la Federación de Peñas Flamencas de Jaén, capitaneada por el incombustible Paco Viedma, en su proyecto de poner en valor a los artistas locales, con el ánimo de divulgar este arte y con la intención de registrar para la posteridad a los artistas que alimentan los circuitos peñísticos y pequeños recitos de la provincia.


En este trabajo, Manolo González se hace acompañar de los tres guitarristas que lo han acompañado en las distintas grabaciones que ha realizado a lo largo de su trayectoria flamenca: Pepe Toques en la Soleá; Niño de la Paz en Serrana, Petenera y Taranto; y Juan Ballesteros, en el resto de los cortes (14 en total). Las diferencias de sonido delatan las diversas condiciones de grabación de cada cante.

La voz de Manolo González es, como ya mencioné, poderosa y con buen timbre. Exultante en la granaína y media, aunque no mantiene las mismas condiciones de voz en todos los cortes. Seguramente se debe a que todos los días no estamos igual, pero todo hay que decirlo, las diferencias hacen pensar en algunos casos que se trata de personas distintas. Teniendo en cuenta que se trata de un disco de estudio, esto se debería haber cuidado algo más en el proceso de grabación/producción.

Lo que más me llama la atención de este disco, sin duda, es la dedicación de este cantaor a los estilos levantinos (2 tarantas, levantica, taranto, cartagenera, minera y murciana). Algo excepcionalmente inusual en estos tiempos que corren, si bien, pese a tratarse de un veterano, sus referencias para la catalogación y desarrollo de estos palos son excesivamente modernas, fundamentalmente centradas en la oficialidad del Festival de la Unión, que entre otras cosas, llaman Levantica a una de las Tarantas Clásicas. Lo que más claro parece tener es la taranta de Linares, con la que se hizo acreedor de dos primeros premios en los concursos de Linares y en el de la Carolina. Todo esto no quita que en algunos de estos cantes la afinación sea bastante mejorable, y los recursos melismáticos algo repetitivos.

Además de su afición por los cantes mineros, aborda Serrana, Granaína y Media, Peteneras, Seguiriyas, Malagueñas rematadas con verdial, la Caña, Soleá y Milonga. Perfectamente afinado, en contraste con algunos de los cantes mineros mencionados anteriormente, y con mucho gusto. Poderoso y seguro, en todos es un cantaor solvente y eficaz.

Manolo González es una muestra más que evidencia que en cualquier parte del universo flamenco aparecen artistas que garantizan el desarrollo del flamenco. La base que sustenta la cercanía entre el arte y el aficionado, la referencia más cercana para los jóvenes que se acercan al flamenco con interés y con ambición. Un hombre que cuenta con las suficientes vivencias como para poder escribir desde su pequeño espacio de dominio, la historia del flamenco, la suya, que es su verdad, la que él defiende en cada cante, en cada pose, en cada paso. Son también los imprescindibles de este arte.