Cien años de Tío Gregorio El Borrico de Jerez, 1910-2010
José María Castaño, Alfredo Benítez y Gonzalo López
Los caminos del cante, 2010
La figura del Tío Gregorio, Borrico de Jerez, es sin duda, un paso ineludible para el aficionado al flamenco. Y cualquiera que le guste este arte, pasará en algún momento de su afición por el disfrute y el aprendizaje del cante de nuestro protagonista.
Hay dos elementos característicos en el Borrico que no pasan desapercibidos a nadie. Uno es su voz gruesa y áspera, pero a su vez, con un vibrato envolvente y cálido. Una voz basta que le valió su nombre artístico y que le permitía convertir en tragedia todo lo que cantaba, fuese o no, de compás.
La otra característica estriba en lo recortao de sus cantes, algo más austeros que la generalidad jerezana, y por ello, de más dificultad expresiva, a pesar de que en su ejecución el Tío Gregorio todo lo hacía fácil y natural.
El libro está estructurado en tres partes fundamentales:
- José Manuel Martín Barbadillo estudia la genealogía del artista, que sitúa al Tío Gregorio como punto de unión de las más importantes dinastías del cante jerezano.
- José María Castaño asume el peso de la biografía, que resuelve con unas notas biográficas previas y posteriormente con una narración en la que elige la conversación como recurso estilístico, rememorando al malogrado poeta Fernando Quiñones. Así, pone en boca de un primo coetáneo del Borrico las vicisitudes de su vida, con anecdotario incluido.
- La tercera parte es el análisis discográfico que escribe Alfredo Benítez Valle, que de forma bastante exhaustiva repasa cada uno de los cortes que grabó el artista, haciendo convivir sus opiniones personales con datos relacionados con el origen del cante en sí, variantes, vocalizaciones y acentos, y todas aquellas connotaciones que el autor ha sido capaz de captar en su análisis. Este tipo de estudios no proliferan en el flamenco, por lo que debemos de reconocerle cierta originalidad y sobre todo, mucha valentía.
Un trabajo ameno y sincero, que bien merece la figura del Tío Borrico, que como decía al principio, es imprescindible conocer bien para cualquiera que se acerque con interés y con ganas de aprender a esto del flamenco.