Carmen Amaya


Libros
Francisco Hidalgo
Edics.Carena, 2013
Marcos Escánez Carrillo


Tras una larga contextualización de los primeros años del s.XX, quizá algo excesiva, el autor nos sitúa en el nacimiento de nuestra protagonista, allá por 1913, en la Barceloneta catalana. Y con todo lujo de detalles, dibuja la Barcelona de aquellos años y los siguientes, el movimiento artístico de la época y cómo la protagonista se ganaba la vida siendo aún muy niña.


Tras una foto de familia del baile flamenco existente en aquellos años, Hidalgo relaciona a todos los bailaores que han sido importantes en la historia de este arte para indicar, finalmente, que la llegada de Carmen Amaya rompió todos los esquemas anteriores.

En este punto, el autor describe de forma cronológica la vida y vivencias de la mítica bailaora. Sus constantes y sonados éxitos, como ante el rey en Granada, con Raquel Meyer en Paris, así como anécdotas que han quedado para la historia. Sirva como ejemplo el día que terminó la policía en el establecimiento, y al ser menor de edad y no poder trabajar allí, tuvo que salir oculta bajo el abrigo de José Cepero.

Durante toda su vida, Carmen Amaya siempre se hace acompañar de su familia, los Amaya, entre los que se encuentran La Faraona y su padre, el Chino, a la guitarra. Siendo niña quiso llevársela a América Vicente Escudero, pero no pudo ser por no tener la edad suficiente.

Su consolidación coincide con la aparición de los espectáculos teatrales flamencos, formato que a ella misma le sirvió en los años sucesivos para crear sus propios espectáculos y girarlos por todo el mundo.

El verdadero salto en su carrera lo da cuando se traslada a Madrid en compañía de su padre. Cuenta para ello con la inestimable ayuda del Maestro Sabicas. Y tras su apoteósico éxito teatral llega su primera aventura cinematográfica. Con la película “María de la O”, una de las grandes producciones españolas del momento. Aunque este éxito se malogra un poco por el inicio de la contienda nacional, ya que Carmen Amaya decide abandonar el país.

Lisboa, México, buenos Aires, Nueva York son algunas de las ciudades donde Carmen Amaya estuvo viajando, y en todas triunfó. En todas consiguió enamorar al público de forma masiva. Consiguió poner a sus pies a toda América, la del norte y la del sur. Particularmente en Estados Unidos fue considerada como una de las artistas imprescindibles, llegando a conquistar incluso Hollywood.

Tras seis años de estruendosos éxitos en EEUU, regresa a España en el segundo lustro de la década de los 40 con un absoluto éxito, siendo protagonista de una incontable batería de leyendas que supuestamente tuvieron lugar en las Américas. El panorama artístico que se encontró no podía ser más emergente en aquellos años. Vicente Escudero marcaba la pauta del baile masculino, siempre respetado y exitoso, Antonio siendo más joven estaba revolucionando el mundo, Pilar López seguía la estela de su hermana la Argentinita presentando un gran espectáculo en Madrid y convirtiéndose sus estrenos en una cita anual ineludible, y otros grandes bailaores como Rosario, Flora Albaicín, Manolo Vargas, andan coreografiando cantes que nunca antes se habían bailado.

Si en la década de los 40 puso América a sus pies, la de los 50 fue el turno para Europa. Fue en definitiva, una vida repleta de éxitos,, que le permitieron vivir en la opulencia. Y todo esto fue un perfecto caldo de cultivo para alimentar la leyenda en una España que vive en escasez económica e intelectual.

La salud de Carmen se empezó a resentir de un dolencia renal que arrastró desde la infancia, y si fue el baile lo que la ayudó siempre para eliminar toxinas, fue también el baile en exceso lo que acabó matándola.

Su muerte fue un acontecimiento muy sentido en todo el mundo. Había muerto la bailaora. Una de las más geniales de todos los tiempos y de todos los géneros. Pero sobre todo, había muerto una artista irrepetible. Los medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco.

Al final del trabajo, el autor introduce comentarios sobre Carmen Amaya hechos por personajes importantes del arte y de la política de todo el mundo; poemas dedicados y fotografías para cerrar una biografía amena que nos acerca a la figura irrepetible de esta estrella del arte flamenco que conquistó medio mundo y que falleció de forma prematura dejando una estela de plazas, fuentes, homenajes y reconocimientos póstumos que llegan hasta nuestros días.