Cantes Cabales


Discos Flamencos
Pepe Alconchel
Fonoruz, 2006
Antonio Nieto Viso


Por fortuna, me han llegado tres cds en forma de borbotones de sangre flamenca que circula por las venas del digno cantaor Pepe Alconchel. Pasito a pasito, sorbo a sorbo, tercio a tercio, lo iré escuchando para luego contárselo a ustedes amigos aficionados con total objetividad, según me lo dicte el sentido del oído.

Pepe Alconchel, en la madurez de su vida, ese período tan importante en la vida de la persona, ilustrado por la experiencia, con el privilegio de vivir en Jerez, aunque él vino al mundo en la bella ciudad de Arcos de la Frontera, en la actualidad desarrolla su amor al Cante en los concursos, recitales, festivales, así como en los balcones de nuestra Andalucía en Semana Santa cantando saetas a las bellas imágenes, del que es un consumado especialista.

Comienzo describiendo el primero de estos cds. de Pepe Alconchel, el que lleva por título “Cantes Cabales”, arropado por el toque de la guitarra de Miguel Chamizo, con las palmas y los jaleos de Pedro Ramón, Antonio Saborido, y Miguel Ángel Formón.

El Cd., técnicamente deja mucho que desear, ya que en la actualidad, los estudios de grabación cuentan con los medios adecuados para hacerlo bastante mejor que en esta ocasión. Pienso que estas deficiencias pueden deberse al presupuesto, sospecho, que la grabación se la ha tenido que costear el propio cantaor, método al que desgraciadamente tienen que recurrir casi todos los cantaores de flamenco; a pesar de lo expuesto, considero que estamos ante un interesante trabajo.

“Cantes Cabales” está estructurado en once cortes cargados de autenticidad, la misma que ha sentido en cada momento de la grabación, que queda como sigue: Para enganchar al oyente y seducirle, lo consigue con una Colombiana llena de estética. Y digo esto, porque huye de las florituras innecesarias de un pasado felizmente superado, cuando lo que primaba era la demostración de facultades, salvo excepciones, claro está.

Pellizca, y se mete de lleno en lo que Pepe conoce y se siente a gusto practicándolo, como es la Seguiriya, en esta ocasión con las querencias gaditanas de Francisco la Perla, que adorna al cierre con el estilo de Los Puertos pasando por Manuel Torre, pero sin perder de vista a Manuel Molina. Toma un pequeño respiro, y jerezano cantiñea por Caracoles, como preparando el terreno para ir adentrándose en la Subbética cordobesa con unos Fandangos de Lucena con la introducción que creó Cayetano Muriel Niño de Cabra, sigue por el estilo de la calle Rute, donde Rafael Rivas cantó en los aledaños de La Barrera. Se le nota a nuestro amigo que lo ha aprendido directamente de Curro Lucena, y de Felipe el Tábarro, sigue con evidencias del terruño para clarificar el Verdial de Lucena, y rematar con el Fandango personal del Niño de Cabra, que aunque poco conocido, resulta muy interesante escuchar para así conocer la personalidad extraordinaria y creadora del maestro de Cabra (1870-1947).

Lo mejor de “Cantes Cabales”, está comprendido en el corte cinco, una Serrana cargada de matices de este palo que fue recogiendo por los lugares de la Serranía por donde pasó, hasta conseguir la estructura actual. Se lo agradezco de corazón que la Serrana tenga este lugar de honor en el ecuador del cd. , a fin de que el oyente capte lo mejor de este estilo, que exige poder, conocimiento, y jondura, aquí está completamente perfecto.

Con letras de Manolo Zapata, denuncia por Fandangos naturales, el abandono de algunos de nuestros mayores, que se esforzaron para conseguir un mundo mejor, estamos ante un desafío a la conciencia de las personas que llevan a cabo estos actos tan execrables.

Me gusta mucho la Malagueña del Chato de las Ventas, creada por aquel cantaor de Madrid que murió de un infarto en Cáceres, en el inicio de la Guerra Civil de (1936-1939) al comunicarle su fusilamiento en la madrugada siguiente. Remata la Malagueña como es costumbre, con cantes de Juan Breva.

El cantaor sigue recorriendo las comarcas cantaora, ahora muy personal, se sitúa en los Fandangos de Huelva. Así sigue con su maestría en la Petenera de Medina, la misma en la que se inspiró la Niña de los Peines. Va acortando distancias con el aire mayestático en la Granaína, a la que culmina muy valiente con la Media Granaína sin parecerse a nadie.

Para cerrar ha creído oportuno echar la llave con unos sentidos Fandangos que le ha escrito Ramón Almagro. Como conclusión, todos los cantaores y cantaora, me merecen un respeto, Pepe Alconchel, se lo merece mucho más, sobre todo cuando a través de su cante descubro que reparte su corazón a trocitos entre el público.