Cantaora de bareto


Discos Flamencos
Alicia Gil
Discmedi, 2007
Pablo San Nicasio Ramos


La cantaora sevillana Alicia Gil es relativamente nueva en el flamenco, entendido este en su versión de masas. Por edad, bagaje y por repercusión mediática. Aún así, vamos conociéndola poco a poco y ahora estamos aquí presentando su segundo disco en solitario. Trabajo que, de un modo más notorio que el primero, ha supuesto una mayor difusión de su nombre por todo el mundillo.

La discográfica catalana Discmedi ha corrido con la tarea de publicar un disco que, desde el título, parece dar una señal inequívoca de pretensiones comerciales. “Cantaora de Bareto”, no obstante, no acaba de ser una bandera que nos oriente sobre los cimientos en los que basa su filosofía artística esta guapa andaluza. Porque, aunque predomina el “entretenimiento” frente a lo “rancio”, no es menos cierto que Alicia Gil entiende el flamenco más allá de la mera diversión. Y eso nos descoloca.

Puede ser que se trate de un agradecimiento al mundo de los cafés y bares donde los que empiezan se foguean hasta dar el salto a los teatros y auditorios; puede ser que ella misma se defina como una cantaora que se ha hecho en este ambiente y quizá se “autoencuadre” más ahí, que en la opción del tablao o las peñas. Puede ser, como se ha apuntado, que en este caso se dirija a la audiencia de bares como escaparate ideal de este, y solo este disco… en el fondo eso es algo secundario.

O quizá sea todo aquello junto. Sea como fuere Alicia Gil, la filosofía de este trabajo, me recuerdan a apariciones femeninas que surgieron a principios de esta década vendiendo y vendiendo, y que hoy, una vez defendido su flamenco en directo, encabezan carteles. Porque una cosa es grabar y otra cosa es lo que pase en el escenario. Y el curriculum de la sevillana tiene más de lo segundo que de lo primero.

Estamos ante diez temas de autoría y resultado heterogéneo. Creo que se ha desechado, en el álbum en general, la opción de exprimir al máximo las cualidades netamente flamencas de Alicia. En “Cantaora de Bareto” solo se apunta lo que, seguramente, se tendrá que ver más claramente en un directo.

Yo me quedo en general con su voz. Un eco que suena añejo, curtido, a pesar de la edad. En algunos momentos me recuerda mucho a otra sevillana, pero esta gitana, Remedios Amaya.

Destaca Alicia en el compás, sobre todo en las bulerías, que son tres. También en el martinete y debla del final. Pienso que parece que se encuentra más a gusto en ellos, por lo que se puede decir que Alicia conoce mucho su compás y su potencia. Afina francamente bien y, muy importante, vocaliza. Se entiende lo que dice. Intuyo en esta artista grandes dosis de profesionalidad y honestidad en su día a día.

Esto último, lo nítido de su mensaje, viene a cuento para destacar las letras del disco. A mi juicio muy interesantes por la frescura. A uno le sube la moral notar que el flamenco esté vivo. Se nos dice que esta música evoluciona, que los estilos se pulen…pero las letras… no salimos de lo mismo desde hace décadas y seguimos más cerca en este aspecto de los puñales lorquianos y la marginación social, que de la realidad. Las cosas de desamores (casi sólo se escribe de eso en la música) hoy día tienen las connotaciones que se oyen aquí.
En cuestiones armónicas sin embargo este disco no se mete en muchas honduras.

“Cantaora de Bareto” cuenta con muchísimos músicos colaborando, casi todos de la edad y el entorno de Alicia. De ellos destaco el peso de Lito Espinosa en la composición y la guitarra de algunos temas. El apartado de la bajañí se completa con el otro escudero de Alicia, Fran Cortés, y más puntualmente, Daniel Jurado, Antonio Moreno y sobre todo Chico Gallardo, que por alegrías me parece que lo borda.

Al nutrido número de bajistas, palmeros, percusiones y jaleos se les añade unos arreglos y teclados también justos y precisos de Álvaro Gandul. 

Me dejo para el final de este apartado la digna intervención por soleá del fenómeno Chiquetete. Con lo que cantaba este hombre…podía volver al flamenco en serio y eso que nos quedábamos.

Álbum que sonará con fuerza en los baretos prometidos y que presenta a una Alicia Gil aún por ver en toda su dimensión. Creo que falta grabar otra mitad, por lo menos, que puede que llegue en el futuro.

A Alicia a lo mejor, o a lo peor, la encasillan en la onda comercial y pseudo popera en la que, no hay duda, se vive “más y mejor”. El título invita a ello pero sería injusto porque esta es una cantaora con afición por el estudio, cualidades demostradas y reconocidas, y los baretos últimamente cierran demasiado pronto…