Artesano


Discos Flamencos
Miguel Poveda
Universal, 2012
Marcos Escánez


Artesano es el título del último trabajo discográfico de Miguel Poveda.

El principal mensaje de la presentación en medios ha sido que se trataba de su regreso al flamenco. Un mensaje errático que curiosamente ha sido adoptado después por otros artistas flamencos. En el caso de Poveda resulta especialmente gracioso, porque su planteamiento vital es flamenco incluso cuando canta otras cosas, y además, lo hace divinamente. Tras sus tres primeros discos de flamenco ortodoxo, grabó “Poemas del Exilio” y “Desglaç”, éste último de canciones de cantautores catalanes y por tanto el menos flamenco de todos sus discos, En 2006 publicó “Tierra de calma”, un discazo increíble con creaciones de Juan Carlos Romero, que da un paso adelante en la creatividad flamenca. En 2009 vio la luz “Cante i orquestra”, que pasó sin pena ni gloria a pesar de ser un directo con excelente calidad de cante flamenco con orquesta. Ese mismo año presentó el disco que lo ha catapultado al máximo nivel de aceptación del público español y en el que se supone el mencionado abandonó. “Coplas del querer” es un disco doble irrepetible, que ha acercado a los flamencos y a los “poperos” al universo de la copla andaluza, además de ganarse el respeto y la admiración de los artistas de ese estilo musical.


Por tanto, en la afirmación de que Poveda vuelve al flamenco va implícita la aceptación de que alguna vez dejó de serlo… Eso es tanto como decir que Miguel hoy canta a lo flamenco y ayer no lo hacía o mañana no lo hará… Y la verdad, como reclamo de enganche no sé si habrá funcionado, pero en cualquier caso es un mensaje pobre. Porque realmente, Poveda canta siempre a lo Poveda, haga lo que haga… Ese podría haber sido el mensaje para este disco, y así hubieran asentado su verdadero sello personal, que bien se lo ha ganado.

Descubrimientos en “Artesano” hay pocos, porque ya sabíamos que el artista catalán tiene un registro amplio, que afina y modula de forma espectacular, que goza de un gusto exquisito, que prepara sus producciones con meticulosa elegancia y que ya tiene licencia para cantar lo que le de la real gana sin que nadie se plantee su autoridad para ello. También sabíamos que Miguel padece la enfermedad de la afición desmedida, y quizá sea este último punto el que cabe resaltar de este trabajo, junto con el hecho de que nuestro artista parece haber entendido la importancia de la entrega sin reservas en el cante. La asunción de riesgos que antes no tenía y que impregnan este trabajo, a pesar de ser de estudio, le da un halo de frescura y de verdad mucho más evidente que en los anteriores. La madurez artística de Poveda es un valor seguro y en alza…

Y todo eso, sin restarle importancia a los productores José Quevedo “Bolita” e Isidro Muñoz, cada uno en su nivel de participación. Artesano es una joya del flamenco en el que coinciden las guitarras de Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía, además de las de Manuel Parrilla, Jesús Guerrero, Diego del Morao, Bolita, Juan Ramón Caro e Isidro Muñoz, que hace muchísimo tiempo que sólo se dedicaba a la producción. ¡Ahí es nada…!; y otros artistas como Paquito Gonzalez con la percusión o Rancapino con una letrita por bulerías.

Sin tener nada mediocre ni fluctuaciones de calidad, pero también es cierto que sin inventar nada, son hitos para el flamenco los elementos siguientes (sublimes, por cierto):

- el toque sutil por alegrías de Paco de Lucía sobre el sello creativo de Isidro Muñoz;

- la ingeniería de la malagueña de la Peñaranda en manos de Sanlúcar sobre la que canta Miguel, ambos registros independientes y suficientes por sí mismos, pero ambos indisolubles;

- la grabación del fandango por soleá en la versión de María la Sabina, madre de Santiago Donday, que quedó registrado en la serie televisiva Rito y Geografía del Cante, siendo ésta de Miguel la única grabación en disco que yo conozco de este estilo de fandango después de la que hiciera José Cepero en las primeras décadas del siglo XX, y cuya referencia debiera haber tenido Poveda en cuenta a la hora de abordarlo;

- Con la soleá apolá de Charamusco, que fue motivo de polémica en su momento porque Morente la grabó antes que su rescatador Mairena, Miguel ahora pone “los puntos sobre las íes” ya que pone en relieve que antes que ambos la grabó Pepe Marchena (verdadera referencia de Morente en este cante). Y además lo hace impostando ambas estéticas ralentizando la guitarra en la de Marchena e imprimiendo velocidad y marcado compás en la del maestro del Alcor.

Pero insisto, sin desmerecer los tangos de Triana que convierte en una fiesta pegadiza de sensualidad explosiva;

la bulería de Jerez muy en sintonía con lo que se canta ahora allí, incluyendo la copla con el remate valiente final ;

la bulería de Cádiz como el juego equilibrista que es para el disfrute del que canta y del que escucha;

la sevillana de Isidro que alberga la modernidad y la melancolía colgada de una voz profunda y lastimera;

la seguiriya jerezana con cabal donde se desgarra sobre las cuerdas de Parrilla, que hace convivir la solera de las falsetas antiguas con el compromiso de la guitarra más actual;

el cuplé por bulerías “La Ruiseñora” con la experiencia del que ha profanado todos los recovecos del género;

la minera homenaje a Pencho Cros, siendo el único cantaor que con este palo es capaz de levantar de sus asientos a miles de personas en una plaza que nada tiene que ver con La Unión;

y la “Nana de los Rosales “, con la que cierra el disco, de exquisita sensibilidad y que recuerda al que fue una autoridad en el género y en otros muchos, el maestro Bernardo de los Lobitos.

Es un disco para escuchar muchas veces, cargadísimo de detalles de arte y de verdad, para aprender y para disfrutar, para afincarse en el flamenco y para amarlo.

Gracias, MAESTRO.