Camarón Flamenco y Revolución


Dvd's
Alexis Morante
Karma films, 2018
Antonio Nieto Viso


En el pase para los medios de comunicación, por gentileza de Karma Films, asistí el 23 de Mayo al estreno de la interesante película Camarón Flamenco y Revolución. Un homenaje a José Monge Cruz cuando se cumplen 25 años de su muerte.


Reconozco, que me emocioné durante la proyección que dura una hora y cuarenta y cinco minutos dirigidos por Alexis Morante, con guion del propio director y de Raúl Santos, que han contado con la voz en off del actor Juan Diego, para narrar la cronología de la vida del cantaor que nació en la localidad gaditana de San Fernando, el 5 de Diciembre de 1950, y murió cuando en España se celebraba la Exposición Universal de Sevilla, el 2 de Julio de 1992.

En mi labor como documentalista durante muchos años, aprecio el gran mérito del recorrido biográfico por la vida de este cantaor, que hay que analizar en un antes y un después. Me explico: Hay una primera etapa de Camarón hasta que graba el disco La Leyenda del Tiempo, lo que le sigue después hasta su muerte, es otro análisis diferente. Una circunstancia controvertida, que el propio artista explicó en algunas ocasiones, aquí también, no lo comprendían, pero que sabía lo que hacía, y estaba además convencido de su labor creadora.

Son muchos los planos de imágenes que nos sobrecogen. En mi opinión, resulta muy impactante, el multitudinario entierro en su San Fernando natal, en el que se entierra al genio, y nace el mito. Gitanos de toda España, sus paisanos, amigos, familia, artistas de todos los géneros, se reunieron para darle su últimos adiós a su ídolo, que todavía sigue despertando pasiones, y seguirán por mucho tiempo emocionándose con el quejío profundo y especial de Camarón, que marcó una época, que para los que la hemos vivido reconocemos la enorme valía artística de un artista sencillo, amante de su familia, u con una gran devoción hacia su raza gitana que respeto y veneró.

La película-documental, muy bien desarrollada, nos ofrece imágenes y cantes que están grabadas en la memoria colectiva de varias generaciones del Cante Flamenco, que lo hemos visto evolucionar tanto en la calidad, como en la cantidad. No olvidemos, que aparte de Camarón, también estaban en todo su esplendor muy buenos artistas en el Cante, el Toque, y el Baile. Por esta razón, este arte muy bien situado pudo afrontar con éxito la revolución artística de Camarón y Paco de Lucía, dos genios irrepetibles. Posteriormente, como en el films queda patente, Tomatito sería su guitarrista y su compañero inseparable hasta su última actuación en el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, que ha sido uno de los templos del Flamenco de la capital de España, hoy desgraciadamente está abandonado hiriendo la sensibilidad de los aficionados madrileños que allí vivieron horas inolvidables.

En cines desde el 1 de Junio, se está proyectando Camarón Flamenco y Revolución, que por supuesto, recomiendo a todos ustedes que vayan a verla. Los que ya peinamos canas, nos reencontraremos con lo que vivimos y disfrutamos del Flamenco en los festivales veraniegos, en las emisora de radio, en la televisión, y en los demás eventos en que se celebraban espectáculos de Flamenco. Para los más jóvenes, será una experiencia muy interesante, porque se encontrará con unos personajes que le dieron un giro de ciento ochenta grados a casi todos los palos de este arte que nació en Andalucía, y que es conocido en todo el mundo.

Alexis Morante como director, ha tenido inteligencia para saber colocar las imágenes de archivo cuando Camarón estaba vivo, y creo que lo ha querido así, para dar la sensación de que el espectador contempla una historia real del Cante en vida que escribió con su personalidad Camarón. Su familia, su mujer Dolores Montoya La Chispa, sus hijos; y sobre todo su madre Juana Cruz, que la escuchamos cantar, parte de ese sentimiento se lo transmitió a su hijo José, quedan reflejados en esta biografía camaronera.

Vemos a personajes que ya no están con nosotros, ley de vida, pero también, contemplamos a otros que se alegraran de verse en la nostalgia con bastantes menos años, pero con la sensación de los buenos momentos alrededor del Flamenco, ese arte que encandila a la mayoría de las personas que se acercan a él.

Por los paisajes recogidos en la película, podemos comprender cuanto hemos progresado en España desde 1950 hasta 1992, en que se cierra la biografía de Camarón.

Volvemos a destacar la enorme sensibilidad del director, un andaluz de Algeciras, y de cuantas personas han participado en esta gran producción cinematográfica que con arte y respeto nos dejan el testimonio audiovisual de un cantaor irrepetible.

Conocemos la historia, por eso nos deja estupefactos cuando vemos a Camarón, que creemos que preveía el final de su vida, reivindicar parte de los derechos de sus discos, que tanta polémica generó a su muerte, y que tanto dolor le infirió a su amigo el gran Paco de Lucía. Seguidamente, el director coloca a Pepe de Lucía explicando cómo son las cosas, y porqué por ley esos derechos pertenecen a su padre Antonio Sánchez Pecino.

Muy bien dirigida, perfectamente realizada, tratando con respeto y rigor histórico a todos los personajes que en la película aparecen, quedará grabada en la memoria de los espectadores que tendrán la base para conocer la segunda mitad del siglo XX en que vivió Camarón.