El siete de Julio del presente año 2018, el libro de la historia del Arte Flamenco se abrió para que se escribiera la última página de la intensa vida artística del cantaor Joaquín Garrido Méndez, que aunque nació el año 1955 en Córdoba, prácticamente casi toda su vida la vivió en Villa del Río, pueblo que hace frontera entre las provincias de Córdoba y Jaén.
Como homenaje a Joaquín, vuelvo a comentar su Cd. Latido Flamenco, que fue grabado el año 2007 con la guitarra de Juan Muñoz El Tomate, en el que se recoge parte de su interesante repertorio cargado de autenticidad convencido de que el oro molido de su voz cordobesa nos emocione cuando acabamos de perderlo.
Latido Flamenco, se abre al oyente del Flamenco con un puro estilo por mirabrás en plenitud de facultades y del conocimiento con letras nuevas que llaman poderosamente la atención.
Quiero matizar, que nuestro amigo, fue un gran admirador de Fosforito, que se percibe en muchos pasajes de su estilo, cierto, pero también aportó su personalidad a la hora de expresarse, es lo que percibimos en una selección de cantes por soleá a lo cordobés, perfectamente perceptible.
En la malagueña del Mellizo, apreciamos de este cantaor la total libertad en el manejo de las curvas melódicas perfectamente instaladas en la ejecución. Aquí él, el auténtico, con doctrina propia nos brinda la ocasión de escuchar buen cante.
Fue un intérprete de todo el abanico del Flamenco, aquí queda demostrado en unos fandangos naturales que recreó el maestro Fosforito para la historia, que solo los valientes son capaces de llevar a buen puerto.
Está fenomenal en la taranta de Linares, en los arcos digitales, apreciamos que dominaba estos estilos levantinos que los cantaores de la comarca del Alto Guadalquivir le introducen unas variantes únicas; matices propios diría yo.
Juan Muñoz El Tomate le dio prodigiosos tonos a Joaquín para disfrutar los dos de unas alegrías de Cádiz según Fosforito con letras que piropean a Córdoba.
Pocas veces en una grabación discográfica de estudio hemos escuchado una serrana tan cabal como esta. La serrana es un cante de poder que solo los cantaores con facultades pueden con ella.
Para piropear a Villa del Río, eligió el fandango personal de Cayetano Muriel, un gran cantaor que nació en Cabra el 7 de Agosto de 1870, y murió en Benamejí, el 9 de Mayo de 1947. Las querencias de Joaquín por los maestros cordobeses, demuestran que los respetó y homenajeó con su genuino repertorio. Pocos son los que conocen este fandango, aquí está perfectamente diseñado, lo aconsejo como patrón a seguir.
Como cantaor y conocedor de todas las latitudes andaluzas, también se atrevió con los fandangos de Huelva por los aires alosneros.
Antes de pasar a comentar el final de este Cd. quiero recomendar la escucha de una granaína fosforera en la que sus matices personales sobresalen con categoría artística.
Despedimos para siempre a Joaquín Garrido, con una desgarradora seguiriya rematada muy bien con la cabal de Silverio.
Desde Jondoweb, queremos rendirle este emotivo testimonio de gratitud para un cantaor que fue todo bondad, que lo vivió todo para el Cante.
¡¡¡Hasta siempre amigo!!!