Rito y geografía del Cante


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TVE
F. López de Haro


Rito y geografía del Cante
Programador de TVE: Romualdo Molina
Producción: Epifanio Rojas
Director: Mario Gómez
Guión: Pedro Turbica/ José María Velázquez Gaztelu
Fotografía: Pedro Sevilla
Montaje: Alberto Beato


La serie documental Rito y geografía del cante fue un proyecto ideado y fraguado por un grupo de jóvenes profesionales (R. Molina, P. Turbica, J. M. Veláquez Gastelu) dirigidos por el poeta Caballero Bonald y siguiendo la filosofía populista de Vergara.

En Marzo de 1971 se tiraron a las carreteras de España para contarnos con gran desparpajo que era eso del Flamenco a la vez que nos enseñaron el estado socio económico de nuestro país. El periplo duró hasta Octubre de 1973 momento en el que es retirado de la parrilla.

La idea parece sencilla, cámara al hombro, dejar constancia de lo que ocurría en una España franquista sumida en un desastre social propiciado por los últimos suspiros de un régimen fascista y trasnochado (por ser comedido) y por supuesto a enseñarnos la gran maravilla del Flamenco. Creo que puede ser de las mejores cosas que hayamos inventado en este país. A simple vista como decía, parece sencilla, pero tenemos que presuponer que el director de TVE por entonces, Salvador Pons tuvo que sortear y vender el proyecto de tal manera, que el régimen y su censura permitieran rodar y emitir un espacio cultural como el que planteaba Rito y geografía del cante.

Viéndolo desde donde nos encontramos, 40 años después que se dice pronto, en algunos momentos parece adelantarse a las nuevas tendencias de comunicación (realitys, redes sociales) dada su frescura y su manera de narrar lo que acontecía, siempre desde la palabra, la óptica, la luz y la producción en general.

Cuando veo capítulos colgados en las redes sociales y me paro a pensar en como aguantan el paso del tiempo, sobre todo a nivel comunicativo y de audiencia, sencillamente me quedo perplejo. Es actual y sobre todo es documentación veraz. A todos los niveles, podemos encontrar información de mucho valor. Nos están narrando y mostrando con imágenes todo lo que acontecía alrededor del Flamenco y de los flamencos. Nos aportan claves que nos permiten entender mejor nuestras vidas, nuestro momento social, económico, político y proporcionar información sobre detalles antropológicos, arquitectónicos, urbanísticos y de cualquier otra índole en relación a las fechas en que fueron rodado, fechas por cierto bastantes cruciales para nuestro país.

Creo sinceramente que le debemos todos mucho a todas aquellas personas que se preocuparon por dejar constancia documental fílmica y sonora de una época y de unos artistas que ya nunca volverán. Quedan muchos, y vendrán más.

¿Que sería de nosotros sin esas imágenes llenas de FLAMEN-CURA, de arte, de vida? Yo sinceramente llevo algún tiempo que solo escucho música en directo realizada por artistas que han sido filmados, creo que la música tiene así algo diferente, algo de verdad y de pureza, que la hace más trascendental y mágica.


¿Qué sería de nosotros sin esos videos de Caracol, Terremoto, La Piriñaca, Los Perrate, La Perla, El Negro del Puerto, La Paquera, Donday, Camarón, en fin de todos? No me queda más que dar las gracias y estar infinitamente agradecido, creo que el fin que les movía a todos ellos lo han conseguido sobradamente, esta es la prueba, un imberbe aficionado del Flamenco, que no había nacido todavía cuando se rodó la serie, esta hoy escribiendo sobre la iniciativa. Gracias.


En la actualidad, en la televisión (medios de comunicación en general) no existen ya ni programas de actuaciones en directo de Flamenco, ni mucho menos series documentales que nos muestren los entresijos de algo tan maravilloso como el Flamenco. Ahora lo que prima en televisión es la mala educación y sobre todo proporcionar al pueblo una droga que no te aporte absolutamente nada, futbol todos los días, deporte todos los días y NADA todo los días.

Cabría preguntarse para que ha servido toda la parafernalia del “Patrimonio inmaterial de la Humanidad”, ahora se programa menos que antes. Definitivamente soy de la opinión de que no podemos dejar estas cuestiones y todas las otras, que no vienen al cuento en este momento, en manos de la “Casta PARASITARIA política” de este país.

Estoy convencido que al respecto, en la actualidad estamos haciéndolo mal, no estamos dejando constancia de “Nuestro Flamenco” como deberíamos. En este mundo globalizado y con la democratización de medios de producción deberían existir series documentales como Rito y geografía del cante, que nos muestren como somos, que ejerzan de espejo del alma y sobre todo que difundan Flamenco.