Mis primeros cantes


Discos Flamencos
Kiko Peña
Carta Blanca, 2011
F. López de Haro


Este año que acaba de terminar nos ha regalado el primer trabajo discográfico de un chaval de 15 años llamado Kiko Peña. Nacido en Écija en una casa de cantaores, a destacar su tío-abuelo José Gómez León “El Ecijano”. Ha sido apadrinado por el también cantaor Miguel Poveda, quien se encarga de producir el álbum y de editarlo bajo su sello discográfico Carta Blanca.



La producción artística ha sido realizada por el guitarrista José Quevedo “Bolita” quien ha sabido aportar su buen gusto en cada corte del álbum, entendiendo las necesidades del cante del jovencísimo cantaor, consiguiendo así un trabajo pulcro rebosante de tradición cantaora y de arreglos musicales ajustados al cante.

El cante de Kiko Peña se sustenta en la tradición flamenca más pura, dotado de una capacidad inusitada para el expresionismo vocal, demostrando además mucha versatilidad para los cambios de octavas dentro de su tesitura, cosa reconocible en muy pocos cantaores.

Tiene en su voz la capacidad de mostrarnos colores y matices que se nos antojan poco usuales en estos tiempos que corren donde parece que prime más la capacidad pulmonar de los cantaores que el “quejio” y el compas en el cante.

Kiko nos deja plasmados en este trabajo discográfico cantes por Bulerias, Tarantos, Cantiñas, Seguiriya, Romances, Fandangos, Martinete y Soleá. Todos ellos llevados a cabo con una verdad cantaora desproporcionada a lo que se le presupone a un artista de su edad.

Para ello, el joven cantaor bebe de diversas fuentes flamencas acordándose de los cantes de La Paquera de Jerez, La Perla de Cádiz, Antonio Mairena, El Pinini, Fernanda de Utrera, Manolito el de María, Pepe el Culata, Aurelio Selles, en fin como pueden observar de todos los maestros que han hecho que esta música sea lo que es.

Se acuerda y además le añade con valor su propia identidad dejando un buen sabor de boca en casi todos los cantes que realiza. En el primer corte del disco, por Bulerías, empieza acordándose de La Paquera de Jerez con bastante gusto además de seguir por los cantes de La Perla de Cádiz, Manolito el de María e incluso El Culata.

Se entona por Seguiriyas como hacía tiempo que yo al menos no escuchaba y da verdadera satisfacción comprobar que el cante flamenco en la voz de este joven sigue vivo y puro como nunca.

Las Cantiñas del Pinini, sinceramente las borda, las canta ajustadas métricamente y con mucho desparpajo.

En el Romance como no podía ser de otra manera se adentra en las formas “Maireneras” dejando constancia de que se mueve como pez en el agua en los palos con más dificultad rítmica.

Llegados a este punto tengo que decir que esto es lo más relevante del disco y que los otros cuatro cantes que completan la grabación aunque realizados con rigor les faltan profundidad y quizás conectar con la esencia misma de cada cante.

Con esto quiero decir que para mi en esta grabación hay, nunca mejor dicho, una Cara A y una Cara B, una a remolque de la otra; en una se muestra un cantaor explendido y radiante de “flamencura” y en la otra se observa a un cantaor repetitivo o indeciso.

De todas formas lo escuchemos como lo escuchemos me parece sobre natural lo de este “chavea-artista-flamenco” destinado a enmudecernos con su queja negra y su compas de reloj.

Para concluir quiero resaltar las colaboraciones de todos los artistas que lo acompañan, pero sin duda es digna de ser resaltada la aportación del genial y recientemente desaparecido guitarrista Manuel Moreno Junquera “Moraito Chico” quien una vez más aporta una guitarra empapada en milenios de cultura e historia, haciendo más grande el cante del niño Kiko Peña.