Esencia


Discos Flamencos
Marta La Niña
Prod. Music. La Niña, 2013
Marcos Escánez Carrillo


Cuando aparece en nuestra redacción un disco de un artista que en primera instancia resulta absolutamente desconocido, siempre es un motivo de alegría, principalmente, porque supone un argumento más para contradecir a todos los que han intentado acabar con el flamenco a lo largo de la historia diciendo que se está muriendo o perdiendo, desde Demófilo a algunos dirigentes actuales de peñas flamencas que justifican su trabajo diciendo que es “para que esto no se pierda”.



Esta vez nos llega de Granada, y se trata de una joven llamada Marta y apodada “La Niña”. Un disco que tal y como está la cosa, es de autoproducción, y que podemos asegurar que se trata de una producción muy digna. El título del trabajo delata la intención del mismo. Es “Esencia”, y su colaborador con más peso específico en el ámbito musical es el guitarrista Luis Mariano, que podemos hace ya tiempo, auguramos un gran futuro en el mundo del flamenco, sobre todo, por gozar de un gusto exquisito y una madurez incuestionable.

Marta es una cantaora en la que confluyen varias cosas muy positivas. La primera es que deja patente una gran afición y un excelso conocimiento de los cantes; la segunda es su versatilidad para abordar pasajes con vigor o deslizarse en busca una estética más liviana, más sugerente y más moderna; la tercera es su instrumento, voz ágil y afinada, con potencia y sin perder la calidez en ningún momento; y por otro lado, su capacidad para adaptar los cantes a su concepto musical. Seguramente esto último es lo más importante.

Es una cantaora ortodoxa, pero deja entrever su personalidad en pequeños detalles que como antes decía, acomodan el cante a su concepto.

Abre con unas bonitas alegrías que como en tiempos antaño incorpora taconeo y en tiempos más recientes, estribillo moderno con coro, imprimiendo tensión al final. Continúa con una Farruca que da título al disco, y efectivamente, me atrevo a asegurar que en este corte está la misma esencia de Marta. Es decir, todo lo que hemos expuesto hasta el momento, aunque podríamos añadir que da un paso más en las formas de la farruca haciendo su estructura más coherente.

Ni la bulería ni la sevillana que siguen aportan detalles dignos de reseñar, aunque son muy correctas. En los tangos de Graná deja patentes sus referencias en este palo, acordándose de la señora del Cante, Carmen Linares. Otra joya del disco son los fandangos de Huelva… Marta va verdaderamente bien en el territorio choquero, no ya por su capacidad para llegar a todos sitios, sino también por el buen gusto que llega a desarrollar en estas lides. Le sigue otra bulería para terminar con una rumba.

Un disco que quiere agradar, con predominio de cantes de compás y sin grandes pretensiones musicales que no sean el que sirva de carta de presentación de esta cantaora joven y llena de ilusión por tener su propio espacio en el panorama nacional del flamenco.