De la vigilia al alba


Discos Flamencos
Curro Piñana
RTVE (2004)
Marcos Escánez Carrillo


José María Velázquez-Gaztelu presenta el disco indicando que Curro Piñana está en el camino, en el buen camino, y que este camino que “ya carece de regreso y se precipita ciego con el fín de alcanzar una hipotética consumación. Así que Piñana, en la encrucijada de una búsqueda compulsiva, está siguiendo los pasos irreversibles que lo arrastran al territorio donde el acento de ahora, en un proceso que se adivina breve, va a coincidir con la voz soñada.”.

Las vueltas que damos algunas veces para decir que no es todo lo que debiera o todo lo que nos gustaría….

No obstante, debo aclarar que comparto ese mismo sentimiento con Velázquez-Gaztelu. Si Curro Piñana no es un cantaor que arañe por seguiriyas, por soleá o por los cantes entroncados con lo popular (tangos, bulerias, fandangos, alegrias), es sin duda por su tesitura de voz, demasiado “payica” para el gusto general, incluyendo el de Velázquez-Gaztelu.

Pero si algo ha demostrado Piñana hasta ahora es ser una persona inteligente, así que para esta entrega nos presenta una buena colección de cantes muy poco oídos, alejados del sota, caballo y rey comercial y dicharachero imperante. Esta es la diversidad del flamenco, y por ende, la grandeza del arte, que existe para todos los gustos y para cada momento.

Milonga, guajira, nana, taranta, mariana, murciana y levantica, que se complementan con una malagueña del Mellizo y otra de Gayarrito y que popularizó Bernardo de los Lobitos, con unas cantiñas que se pasean entre Cádiz y Córdoba, y una bulería de sabor gaditano que rinde homenaje al “Cum Laude” del compás, Chano Lobato.

Desembocar en el conocimiento de sus propias facultades así como de sus limitaciones, no nos engañemos, ya lo ha hecho, y lo asume con este disco que es tan valioso por sus formas cantaoras como por su producción musical, de una cuidada elaboración y de una excelente calidad.