De la fuente


Discos Flamencos
Esther Crisol
Dip. Granada (2010)
Antonio Nieto Viso


El arte Flamenco, es una música universal y viva al mismo tiempo, que sigue avanzando de forma segura por los caminos del siglo XXI, del que ya hemos consumido la primera década, que nos ha dado los primeros sobresaltos preocupantes en lo económico, cuyas consecuencias están todavía por evaluar. Soy optimista ante estos negros nubarrones que amenazan tormentas sociales, que servirán para no repetir errores del pasado.

Afortunadamente, en lo artístico estamos muy bien; la mejor preparación de la generación actual, con su elevado nivel académico, hacen posible a quienes se introducen en el Flamenco puedan aportar mucho a nuestro arte, según se desprende del material sonoro que nos va llegando, aunque sin duda, les espera una ardua tarea, pues tendrán que buscar en su fuero interno armonizar pasado y presente debido a la escasez de vivencias que en parte, pueden suplir acudiendo a las grabaciones que los grandes nos han dejado para así consultar y aprender. Por supuesto, no deben de caer en el desaliento, ya que las figuras históricas lo aprendieron y experimentaron directamente, pero con muchas fatiguitas para salir adelante en el difícil estadio del arte.

Una vez hecha esta introducción, me dispongo a contarle a ustedes mi opinión sobre el Cd que nos presenta “Esther Crisol de la Fuente”, una joven granadina, que canta desde que tiene uso de razón, y que el año 2009 tuvo la oportunidad de grabar su primer trabajo, merced a su participación en el I Concurso de jóvenes flamencos de la Diputación de Granada.

En el Cd, han participado además, la guitarra de nuestro amigo José Manuel Cano Robles, hijo de aquel gran concertista de fama mundial que fue Manuel Cano Tamayo. Están además las sonantas de Alfredo Mesa, Vicente Márquez, y José de la Rosa. La percusión suena porque la lleva a efecto José Cortés, que se complementa con las palmas de “Chiricoco” y Juan Diez; sin olvidar el violín que toca la propia cantaora en la farruca.

A lo largo de nueve cortes, hay de todo un poco. La joven cantaora ha puesto toda su ilusión, pero creo que hay cantes que tendrá que mejorar, tiene que aprender a completar las curvas melódicas clásicas, tarea que no le será difícil, puesto que conoce la técnica del ritmo, posee una buena preparación adquirida en su labor docente. Como musicóloga, disciplina que cursó el año 1986 en el Conservatorio Superior de Música Victoria Eugenia de Granada, le ha ayudado a superar casi todas las barreras.

Por otra parte, y esto es muy importante, Esther Crisol, se dedica al Flamenco como forma de expresión de su alma andaluza para seguir recordando a nuestros antepasados, a lo que hay que añadir el mérito de intentar buscarse un sitio en el Cante.

Abre su carta de presentación, con el polo y la caña, con los esquemas que nos dejó en sus grabaciones Pepe El de la Matrona, que completa con el cambio de María Borrico. Con las influencias de Joselero de Morón, desarrolla los tangos de Triana muy arregladitos. Cambia de tercio con la malagueña de María la Chilanga, cargada de ricas esencias, aunque con sus facultades puede hacerlo todavía mejor en la próxima vez; pienso que es cuestión de seguridad, la que se le irá sedimentando poco a poco, a medida que vaya perdiendo el miedo escénico, el mismo que acompaña a los artistas en el escenario, y que no abandona a los artistas nunca. Completa la malagueña con una leve caída en el Fandango de Lucena dentro de la rondeña aprendida de de Rafael Romero, y de Jacinto Almadén.

En la seguiriya, tiene buenos momentos pellizcándose en lo más profundo. Me gusta su entrada en una bella tonadilla como paso a las bulerías de Utrera, a las que agrega tercios más heterodoxos, como los que en su día empleó Lole Montoya, aires modernos y frescos que engrandece con su personalidad incipiente con esencias fosforeras como fondo.

Una nana peculiar le abre paso a la farruca, que dialoga con la guitarra y el violín. Estamos ante una novedad que no desmerece este cante un poco olvidado en los últimos tiempos; así que ha hecho bien Esther el darle un meritorio lugar en el corte 6. Vuelve a lo clásico, con una soleá apolá con el esquema de Pepe El de la Matrona, excelentes tercios que ella ha aprendido escuchando lo que nos dejó en discos de pizarra El Tenazas de Morón, que fue discípulo de Silverio; cierra estas soleares, con el cuerpo genuino de Triana.

Aprendidas directamente de las fuentes de Antonio Mairena, ejecuta los cantes de fragua, en la que destaca con especial caída en la toná de Los Pajaritos, y sigue con tanda fragüera recorriendo un espacio en el que destaca la debla según Tomás Pavón y las querencias en el remate de Juan Talega. Pone el punto y final, con las modernas tecnologías para lucir con coros y cante de capilla las alegrías de Cádiz, en las que la considero cantaora con una de cal y otra de arena. Son alegrías frescas, modernas, bien desarrolladas, pero que en mi opinión están basadas en artistas de actualidad, que necesitan pasar el filtro del tiempo para conseguir toda su riqueza, y más cuando se emplean técnicas vocales, que están muy bien, pero que hay que pulir para alcanzar el cenit en casi todos los palos del amplio repertorio del Flamenco.

Esther Crisol de la Fuente, una cantaora que no hay que perder de vista, creo que hay que escucharla en directo, y esperamos que no pase mucho tiempo para que nos vuelva a sorprender con otro trabajo, confiamos en sus posibilidades artísticas.