Ana La Yiya, Juan Fariña y el espectáculo ¡Viva el Café Cantante llenan de arte el Castillo del Marqués de los Vélez


La Sierra de Almagrera bendijo a sus moradores hace más de ciento cincuenta años dejando aflorar de sus entrañas en el Barranco del Jaroso un gran filón de jarosita y galena argentífera, minerales que convirtieron a la comarca en una de las zonas exportadoras de plata y plomo más importantes de nuestro país. Esa riqueza natural atrajo a Cuevas del Almanzora un importante número de mineros procedentes de las provincias de Granada, Jaén y la propia Almería, mineros que jalonaron de su cultura y vivencias todas las sierras mineras de Levante hasta llegar a La Unión donde la taranta se hizo minera. Fue ese el caldo de cultivo para el surgir de los Cantes de Levante; minas, sufrimiento, dinero y ganas de gastarlo tras las fatigas pasadas en el interior de la tierra...



  • La Yiya
  • Fariña
  • Javiera de la Fuente
  • Malena Alba
  • Viva el Café Cantante
  • Ana Moya y David Pérez


La noche del sábado 3 de octubre el Castillo del Marqués de los Vélez se engalanó para honrar y recordar ese pasado no tan lejano y lo hizo a lo grande, con la organización en Cuevas de Almanzora del I Festival Flamenco del Jaroso en el que artistas de la talla de Ana La Yiya, Juan Fariña y el espectáculo ¡Viva el Café Cantante! llenaron durante más de tres horas con su arte la localidad almeriense.

Abrió la velada Ana La Yiya cantaora de raza quien arrancó su actuación en el festival por taranto, como no podía ser de otra manera, en este recuerdo a los ancestros mineros de la comarca del Río Almanzora. Nos llevó a posteriormente por tientos-tangos en los que la de la Puebla de Cazalla se regocijó al compás de la sonanta de Antonio García quien la acompañó a lo largo de la noche. Y se puso jonda La Yiya arrancando por seguiriyas quizá algo deslucidas por ciertos problemas de sonido latentes en esta primera parte de la velada pero que no pudieron con el cante rajado de la sevillana. Encarando el final de su actuación nos llevó por bulerías para cerrar por fandangos que remató a pelo frente al público que pobló las gradas de este escenario mágico que fue el Castillo del Marqués de los Vélez de Cuevas de Almanzora y que ovacionó a La Yiya en los tercios finales de su cante.

Tras La Yiya fue el onubense Juan Fariña el encargado de llevar el arte a las tablas de este I Festival Flamenco del Jaroso. Cantaor especial y de una personalidad enorme comenzó por caña y polo ofreciendo ya desde el inicio píldoras de su esencia. La enorme guitarra flamenca de Manuel de la Luz se regocijó por malagueña en el segundo lance de la noche, lance que aprovechó Fariña para juguetear con su voz melismática y recordar a D. Enrique El Mellizo en este cante por Málaga. Y nos paseó Fariña a posteriori por Cádiz y sus alegrías que el onubense llenó de gusto con sus personales matices vocales, con ese sabor a sal y sol, que el público, que guardó un respetuoso silencio durante la noche, jaleó tímidamente a las palmas. Por fandangos comenzó a dejarnos huérfanos de su voz Juan Fariña, libres y por Huelva, por la tierra, por ese Alosno y su Calle Real. Cerró por taranta, solemne, rajada, adusta. De nuevo el pasado y nuestro acervo cultural recorrió el patio del Castillo del Marqués de los Vélez que agradeció a Juan Fariña su entrega en una bonita noche al abrigo del cielo cuevano.

La maravillosa voz de Eulalia Pablo fue nuestra guía a lo largo del siguiente espectáculo ¡Viva el Café Cantante! que cerró este I Festival Flamenco del Jaroso y en el que los artistas recrearon las fabulaciones, las idas y venidas y la vida en aquellos cafés de final del S.XIX y principios del S.XX en los que se configuró el flamenco que hoy conocemos. ¡Qué bonito lo hicieron! Con la voz de Edu Hidalgo, el toque de Liam Howarth y el cuerpo de baile compuesto por Malena Alba, Javiera de la Fuente y los artistas invitados Ana Moya y David Pérez nos fueron desgranando los distintos palos flamencos sobre los que el magisterio de Eulalia Pablo fue versando a lo largo de la noche.

Por alegrías arrancó ¡Viva el Café Cantante! con todos los artistas sobre el escenario jaleando y festejando esta maravilla llamada flamenco. Javiera, Malena y David y Ana fueron alternativamente ofreciendo los primeros lances al baile, lances teñidos de color y luz, de energía y dinamismo. Tras esta explosión plástica inicial nos quedamos a solas con Liam Howarth y su sonanta que nos llevó por rondeña, la de Ramón Montoya, dejando bien claro que el flamenco no es cuestión del lugar de nacimiento si no de la fuerza con la que nos atrape y Liam lo está y mucho.

Tras el solo del francés afincado en Sevilla nos introdujo Eulalia Pablo en los tientos-tangos, ese cante de ida y vuelta sensual y de gran riqueza gestual al que Javiera de la Fuente dotó de toda su femineidad y elegancia en sus giros y escobillas. Sedujo Javiera al público cuevano que regaló una enorme ovación a la chilena tras su actuación. Con el sabor aun al mar del Sur y a nuestro Mar Mediterráneo, padres geográficos de los tientos-tangos, nos fuimos de la mano de Edu Hidalgo por seguiriyas. Enorme el extremeño que hizo suyo el patio del Castillo del Marqués de los Vélez con su voz potente y sentida, voz que aun resuena en las almenas del castillo cuevano.