CAMERATA FLAMENCO PROJECT


Opinión
Juan Pérez Cubillo


La Sala San Juan de la Cruz del teatro madrileño de La Abadía fue escenario el día 28 de junio de la intervención de Camerata Flamenco Project en Suma Flamenca (en el marco del Décimo Festival Flamenco de la Comunidad de Madrid, que ha venido desarrollándose entre los días 3 a 30 de junio). CAMERATA está integrada por Pablo Suarez – piano, Ramiro Obedman - flauta /saxo y José Luis Lopez – violonchelo. Se incorporaron en el transcurso del concierto Josemi Garzón al contrabajo y bajo eléctrico y Karo Sampala en la percusión; además contaron con la colaboración de Carmen Linares al cante -en dos momentos- así como con Leonor Leal al baile.


Nos había despertado curiosidad la propuesta tiempo atrás de armonización que supone Impressions y allá que nos desplazamos desde Córdoba a Sevilla. La formación se redujo al trío inicial por problemas de encaje y cambio de espacio del Quintero al Auditorio de Cajasol; nos dejó un grato sabor de boca, con el reto pendiente de que lo contemplaríamos en la versión ampliada, como así fue gracias a los buenos oficios de Azucena Gómez, del sello Karonte. Las referencias de proyectos anteriores estaban avaladas por una calidad inequívoca a poco que evoquemos los nombres del planeta flamenco con los que habían colaborado anteriormente, mencionados aquí en amalgama Eva Yerbabuena, Niña Pastori, Cristina Hoyos, Rafaela Carrasco, Nuevo Ballet Español, Andrés Marín…

La propuesta de armonización entre compositores clásicos franceses como Debussy, Ravel y Satie, a los que cabe añadir el argentino Astor Piazzola y Ferrer o la vuelta de tuerca de Entre dos aguas de Paco de Lucía, podría antojarse una fórmula arriesgada en general para los que propugnan las raíces sin más; mas el flamenco como fenómeno estético pasa por Ciclos, se refunda y acude al encuentro de otras formas musicales, sin que por ello valga todo. La propuesta ha de ser necesariamente consistente.

Cerrar los ojos y anegar los sentidos, máxime cuando se trataba de la sala San Juan de la Cruz, con el maridaje del jazz, el flamenco y el obligado tributo a la nota clásica, tal vez no fuera una solución desdeñable. El mundo oriental, la música de los Balcanes o el aire bonaerense conformaban así un universo musical armónico gracias a la impronta de los intérpretes de CAMERATA, como de los invitados. Ese aire de tono melancólico del Chiquilín de Bachin de Piazzola y Ferrer hubo de encontrar en Carmen Linares correspondencia, con la voz rota que no pierde la impronta flamenca por más que se adentre en otros géneros. Leonor Leal evolucionó en el escenario con gran destreza, con la combinación de elementos de danza y de flamenco y gran dominio de la expresión corporal. Nos reafirmamos una vez más en el inmenso valor plástico de lo sugerente, más que la demostración de la energía incontenida que requiere la necesidad de un amplio espacio.

Separaron los músicos la interpretación de tres temas de su anterior disco en el que contaron -julio de 2012, AVANT-GARDE- con Carmen Linares, Rafaela Carrasco, Rafael Jiménez "Falo", Jorge Pardo, Tino Di Geraldo, Pablo Martín, Antonio Suárez "Cano", Antonio Campos, Juan de Pura, Karo Sampela y Jose Miguel Garzón. El público pidió más y los componentes de Camerata rindieron un particular tributo a Enrique Morente con La leyenda del tiempo y la voz desgarrada de Carmen Linares. El público estaba rendido y recordó en silencio aquello de El sueño va sobre el tiempo.